Ana Rodríguez. El 11 de agosto de 2013 está marcado en el calendario del onubense Jeromo Segura con doble círculo rojo. Es una fecha muy especial, esa noche ganó la Lámpara Minera en el 53 Festival Internacional del Cante de Las Minas y su vida cambió por completo. Ese día Jeromo creció como artista. Dejó de ser Jeromito, la voz que había acompañado al cante a centenares de cantaores por medio mundo, para pasar a ser Jeromo Segura, primera figura y una de las 54 personas del Globo que poseen el premio más prestigioso y uno de los más codiciados del flamenco.
Ha pasado poco más de un año y en este lapso de tiempo Segura ha ido cosechando nuevos premios, como la distinción en el campo de la Cultura de la Junta de Andalucía, el Gurumelo de Oro al mejor artista del año, la Uva de Oro de la Cadena Ser y, recientemente, el Premio a la Discografía ‘Pencho Cros’, que ha tenido a bien concederle el Festival de La Unión este 2014 por su nuevo disco ‘La voz de la mina. Antología de los Cantes Mineros de La Unión’.
Este último trabajo, el segundo del artista –el primero, ‘Oro viejo’, salió en noviembre de 2011 y estaba producido por Juan Carlos Romero-, sale al mercado este mes de septiembre y es una recopilación de cantes típicos del lugar que lo ha catapultado hacia lo más alto, a la par que una carta de amor a los sones más puros de una tierra que Jeromo ama y que siente como la suya propia.
– Hábleme de su nuevo disco, ‘La voz de la mina. Antología de los Cantes Mineros de La Unión’.
– Es un trabajo que recoge cantes de la Mina de La Unión, el legado de las familias de los Cros y los Fernández, que son las que tienen los matices de los sones de esta tierra. Son 23 cantes de músicas diferentes los que aparecen en el disco: seis mineras, dos cartageneras, dos murcianas, dos tarantos, dos tarantas, dos cantes de madrugá, dos fandangos mineros y dos levanticas.
– Si no me equivoco, a mediados de agosto ya presentó el trabajo en La Unión.
– Sí, lo presenté en ‘su casa’, en el interior de la Mina Agrupa Vicenta, en un tablao a 80 metros de profundidad y acompañado a la guitarra por Rosendo Fernández. El recital duró como una hora y allí había casi 300 personas, muchísima gente. Canté de pie, porque estos cantes son duros y tienes que meter al público en situación, y a viva voz, sin equipo de sonido. Fue un momento mágico que no se me olvidará en la vida.
– Aunque su distribución acaba de iniciarse, ‘La voz de la mina’ ya ha cosechado su primer premio…
– El disco ya ha sido distinguido en el Festival Internacional de Cantes de las Minas de este 2014 con el Premio a la Discografía Pencho Cros, un galardón que en sus dos últimas ediciones habían ganado Vicente Amigo y Miguel Poveda.
– ¿Y cuándo será la presentación oficial?
– El 26 de septiembre en la Casa de la Memoria de Sevilla, a las 17.00 horas, en el marco de la Bienal de Flamenco que se está celebrando ahora en la capital andaluza y donde, por cierto, llevo este año el espectáculo ‘Pureza-Segura’, un recital de corte clásico al que invito al público a que acuda el próximo 1 de octubre. También me gustaría hacer una presentación en mi casa, en Huelva, pero aún lo estamos viendo.
– ¿Dónde más actuará en los próximos meses?
– Pues el 4 de octubre estaré con Rocío Márquez en una gala benéfica en Huelva; el 18 de octubre cantaré en San Pedro de Alcántara (Málaga); el 7 de noviembre en Torrent (Valencia) con Chiquetete; el 8 en Conil (Cádiz); el 28 en Bilbao y el 29 en Miranda del Ebro (Burgos).
– ¿Piensa seguir trabajando en esta línea, recuperando cantes de Levante?
– Tengo un proyecto relacionado con este tema y con mi preocupación por la pureza de los cantes. Mi intención es seguir con el legado de los Cros y los Fernández, continuar con esta senda que he abierto y que ahora tiene su primer fruto en ‘La voz de la mina’.
– ¿Cómo ha cambiado su vida desde que ganó la Lámpara Minera en 2013?
– La Lámpara me ha cambiado la vida y la carrera. Al que me hubiera dicho hace un año que me iban a ir las cosas como me van ahora, le habría contestado que estaba loco. La carrera me ha cambiado por completo porque ahora canto como primera figura, no en segundo plano, y todo me va muy bien, en gran medida porque creo que estamos haciendo las cosas bien. Otra cosa buena es que me sale trabajo mucho más cerca de casa y paso menos tiempo viajando y más disfrutando de mi familia.
– ¿Y cómo le hace sentir todo eso?
– Estoy muy feliz. En la vida se van cumpliendo los sueños que uno tenía desde hace años y estoy disfrutando de eso. Me siento muy afortunado además porque con sólo 35 años he obtenido varios reconocimientos.
– ¿Su forma de ser ha cambiado también?
– No, mi personalidad sigue siendo la misma de antes. Humildad y sencillez van con el nombre de Jeromo Segura. El ir muy despacio, pasito a pasito, con mucho trabajo y constancia.
– Hablaba antes de sueños cumplidos. Después de haber hecho realidad algunos, ¿cuáles son sus nuevos sueños?
– Pues me gustaría que me hiciera un disco Juan Carlos Romero, porque hace siete años que no hace ninguno de temas suyos, desde ‘Tierra de calma’ de Poveda y el homenaje a Juan Ramón Jiménez de Carmen Linares.
– ¿Y con qué artista le gustaría cantar si tuviera oportunidad?
– Me gustaría cantar con Pasión Vega. He trabajado antes con ella, estuvimos en el Metropolitan de Nueva York hace tiempo, pero me encantaría cantar un tema con Ana.
– Para terminar, ¿con qué causas está comprometido?
– Con ninguna en particular. Siempre que me llaman de alguna ONG, asociación, etc. para colaborar con una causa en la que necesitan de mi presencia acudo si el trabajo me lo permite.
Aunque ahora es una figura destacada, cabe recordar que este onubense lleva ya 14 años dedicándose al mundo del cante, donde ha logrado el éxito gracias a su tesón. Jeromo Segura trabajaba en una pescadería en Huelva capital cuando en 1999 se presentó a un certamen y consiguió una beca para estudiar en la Fundación Cristina Heeren. Allí tuvo como maestro a Naranjito de Triana, a quien Segura califica como un pilar en su carrera, ya que fue éste quien empezó a introducirlo en el mundo de los festivales, tablaos y peñas flamencas.
De ahí empezaron a llamarlo para que cantara al baile a primeras figuras como Eva la Yerbabuena o Rafael Campallo, en los teatros más importantes del mundo, recorriendo desde la Ópera de Sydney hasta el City Center de Nueva York, además de escenarios en Wellington (Nueva Zelanda), Singapur, Jerusalén, Moscú, Siberia, Sudamérica y toda Europa.
En 2001, Jeromo Segura se hizo con el Premio Joven del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión. Fue el preludio de lo que le esperaba, un aviso de que su voz acabaría imponiéndose a la adversidad, como así ha hecho.