Plaza de Toros de Cortegana, con tres cuartos largos de entrada en los tendidos, se lidiaron toros de D. José Luis Pereda, desiguales de presentación, mejor la segunda parte de la corrida, descastados, mansos, nobles, destacando el sexto que fue indultado, por los diestros,
“Finito de Córdoba”, de azul rey y oro, casi media y descabello, oreja; cuatro pinchazos y tres descabellos, silencio.
Manuel Escribano, de berenjena y oro, pinchazo y estocada, oreja; estocada, dos orejas.
Daniel Luque, de caña y oro, estocada, dos orejas; indultado el sexto, dos orejas y rabo simbólicos.
Carlos Arroyo. “Laborioso” de la ganadería de José Luis Pereda fue indultado en la tarde del domingo 14 de septiembre en la Plaza de Toros de Cortegana, por un hábil Daniel Luque que supo ponerle al toro lo que le faltaba, que eran demasiadas cosas, para lograr la máxima distinción a un toro bravo.
Entre las virtudes del astado destacaron su nobleza y bondad, siendo un animal pronto en los embroques y con recorrido, pero le faltaba la condición sine qua non para obtener el perdón de su vida, que es la bravura. La pelea en el caballo no paso de ser testimonial, con una sola entrada al caballo en puyazo levísimo. Se vino arriba en la muleta, propio el encaste Núñez, pero muy ayudado por la excelente labor de Daniel Luque, que no le apretó en los primeros compases de la faena.
De hecho terminó la faena en la misma puerta de los chiqueros, porque al animal no le sobraba casta. Fue un gran toro, un toro excelente pero que se antoja que el indulto es demasiado exagerado. Por lo demás, la corrida tuvo el denominador común de la mansedumbre, con toros muy aquerenciados a los terrenos de dentro y demasiado rajados.
Finito de Córdoba se mostró dispuesto en el primero de la tarde, quizás imbuido por la belleza de la plaza serrana. Sabemos que el de Córdoba es torero de sensaciones y estuvo a gusto con su primero.
Toreó bien de capa a la verónica, pero en la muleta el toro se defiende y suelta la cara. Peor clase demuestra por el izquierdo, por lo que la faena se fundamenta en el toreo en redondo. Algunos muletazos sueltos con la clase y la elegancia propias de este torero, pero sin llegar a prender la mecha. Mata bien, y se le concede una oreja.
En el cuarto, no pudimos presenciar nada de la tauromaquia de Finito. El toro se rajó muy pronto, y salió huido a los terrenos de chiqueros, sin que el diestro pudiera componer siquiera un atisbo de faena. Abrevia el torero en el toreo, pero no con la espada, desconfiado en la suerte suprema. Sólo la bondad del público le evita algo peor que el silencio escuchado.
Manuel Escribano debutaba en Cortegana e hizo todo lo posible por agradar. Participó en todos los tercios con animosidad, sobresaliendo los tercios de banderillas en ambos toros, donde hubo riesgo y verdad, sobre todo en los pares al sesgo junto a las tablas, ya que la querencia de los astados hizo que fueran comprometidos y muy jaleados por el público.
También las faenas de muleta tuvieron guión similar, ya que los astados que le correspondieron tuvieron similares condiciones. Falta de casta, mansedumbre y ausencia de pelea, lo que derivó en la porfía del torero sin excesivo lucimiento. Sólo el quinto duró algo más, sin celo, y rematando los muletazos con la cara arriba. Manuel le sacó todo lo que llevaba dentro, con exposición y firmeza, concediéndole la presidencia las dos orejas, que sumadas a la generosa de su primer oponente, resultaron los tres trofeos.
Muy sevillano comenzó Daniel Luque la faena de muleta al tercero de la tarde, un toro colorado con menos presencia que el resto de la corrida, a base de trincherazos y pases del desprecio, con empaque. El toro se fue viniendo a menos, y sólo hubo un par de series en el toreo fundamental, ya que ante la falta de acometividad del astado, el de Gerena fue acortando las distancias en faena encimista y expuesta. La estocada precedió a las dos orejas.
Y en el sexto lo ya referido, un buen toro excelentemente toreado por un torero en un estado de forma excepcional.
Quizás el indulto, expresamente solicitado a la presidencia por el ganadero y por ello seguramente concedido, fue algo exagerado, ya que una vuelta al ruedo al toro podía haber sido premio suficiente a las buenas condiciones del toro, pero si de algo sirviera para grandeza, difusión y conocimiento de la tauromaquia, podríamos darlo por bueno.
1 comentario en «Daniel Luque indulta a ‘Laborioso’ de José Luis Pereda en Cortegana»
Muy señor mío, respeto su opinión como no podía ser de otra manera.
Ahora yo le pregunto ¿que es la bravura para usted, que un toro valla al caballo 3 veces y deslumbre empujando en el caballo? Esto podría valer si luego el toro tuviera 40 muletazos. ¿Señor donde esta ese toro?
Usted parece que se ha quedado enclavado en los años 20, donde el toro iba 10 veces al caballo, pero ni el toro era el de ahora , ni el caballo tampoco, ni los aficionados los mismos. El aficionado de ahora premia la faena de muleta y el torero de ahora torea para el público de ahora y lo del caballo porque no hay más remedio. El aficionado no paga para que maten a los toros con la puya, el aficionado moderno quiere ver x encima de todo una buena faena de muleta y si haya que prescindir de que el toro se mate en el caballo pues se hará. Por cierto Luke le podía haber dado muletazos hasta Nochevieja, eso es lo que se premia hoy y por eso se indulta un toro hoy 2015