Sapiensity/@Sapiensity. Es absolutamente cierto, cualquiera puede hoy día llegar a ser famoso en Internet generando contenidos virales. Y a partir de ello, ser objeto de deseo de marcas de todo el mundo que pagarán por ser referenciadas en sus intervenciones en redes sociales. Casos en Twitter y, sobre todo, últimamente en Youtube o Vine lo demuestran. Diversas personas crean canales y comparten vídeos en estas redes sociales alcanzando una audiencia instantánea, global e inusitada, a la vez que posiblemente segmentada en ocasiones. De este modo consiguen que anunciantes paguen por colocar anuncios en sus vídeos, por sus recomendaciones, por el hecho de que su producto aparezca en el siguiente vídeo que comparta en Vine o publique en Youtube, etcétera.
Casos espectaculares como el de Ben Phillips, un vendedor de zapatos galés que en su veinteañera juventud ha conseguido vender por unos 2.500 euros cada segundo en un vídeo suyo. Hasta 15.000 euros por un Vine completo. Pero consigue entre 1 y 7 millones de visionados en 24 horas mediante Vine. No cualquiera consigue tal marca.
Casos también sonados los ha proporcionado Youtube. Los “youtubers” son usuarios que han creado canales en Youtube con una audiencia muy elevada. Las marcas los adoran, y Youtube más aún. Incluso la misma red social la que llega a buscarlos, a apoyarlos económicamente y a promocionarlos. En España, youtubers reconocidos están ingresando hasta 6.000 euros por un vídeo, o una media de 400 euros en publicidad en su canal. Un youtuber español con éxito puede percibir entre 90 y 1.000 euros al día en la explotación de su canal. No son cifras para tomárselo a broma, aunque son lejanas a lo que es posible lograr en Estados Unidos con canales que facturan millones de dólares anuales comentando videojuegos, haciendo vídeos para niños, etcétera. Pero ya tenemos algunos españoles que han dejado sus trabajos o directamente no han tenido que buscar trabajo gracias a esto.
Ejemplos de estos “influencers” afortunados en nuestro país son Mangelrogel, Willyrex, Elrubius, Jpelirrojo. Son los más destacados entre los ‘youtubers’ que han hecho de este sistema una forma de ganar dinero.
Pero las marcas no solo buscan a las nuevas estrellas de Internet. También buscan a los famosos de toda la vida, a los que están en todos los medios. Famosos más o menos interesantes, no vamos a entrar a valorarlo, venden su identidad digital a las marcas. Un tuit de un famoso puede estar patrocinado por alguna marca, aunque haya quien no lo hubiera imaginado.
Así es. Un tuit de un famoso puede salir entre 500 y 20.000 euros en España. El “famoseo” de menos nivel cotiza alrededor de los 1.000 euros por tuit. No llegamos tampoco a los niveles de EE.UU. Donde, por ejemplo, Charlie Sheen se ha hecho un maestro del arte de tuitear y consigue ingresar alrededor de 2 millones de dólares a través de esta práctica publicitaria de los tuits vendidos. Ostenta el récord mundial registrado: 39.000 dólares por tuit. Personajes como Kim Kardashian cotizan altísimo en este ranking: 20.000 dolares por tuit.
Cualquier actualización en una red social es susceptible de ser vendida a las marcas si tienes la audiencia apropiada. Este mercadeo menoscaba la credibilidad de quien vende sus actualizaciones e incluso la de las propias redes sociales, pero es así. Las empresas deben encontrar un camino alternativo a los anuncios que tanto cansan a los internautas, y complementarios a su marketing de contenidos, marketing en redes sociales, prescriptores genuinos, etc. Es lógico y lícito, pero también es necesario que los usuarios sepamos que no todo lo que diga un famoso por creíble que nos parezca, puede ser auténtico.
Y menos si tenemos en cuenta la figura de los “negros” de Internet. De forma análoga a los profesionales que escriben los contenidos en medios tradicionales de los famosos o redactan sus libros, han surgido servicios de gestión total e integral de los perfiles en redes sociales de los famosos. Los equipos de community manager se ponen a disposición de personalidades del mundo del deporte, cine, música, farándula, etc. En ocasiones cuatro personas a turnos de 24 horas alimentan en todo momento los perfiles de sus clientes como si fuesen ellos. Las tarifas de estos servicios oscilan en una media de 1.800 a 3.000 euros al mes.
Por tanto, no deberíamos emocionarnos tanto siguiendo a Nadal, los hermanos Gasol, Contador, Cristiano Ronaldo, David Bisbal, Alejandro Sanz, Belén Esteban… ellos y un larguísimo etcétera no están realmente detrás de sus perfiles en redes sociales. Son gestionados por profesionales, con criterios precisos y objetivos de marca personal de sus clientes. Expertos en marketing en redes sociales, community managers y todo un equipo de profesionales de otras características relacionadas, sacando el máximo partido de sus perfiles. Es un modo actual y muy efectivo para mejorar su imagen, aumentar sus seguidores, mitigar a su detractores, etc. y cómo no, finalmente aumentar su prestigio y su caché económico a la hora de explotar posteriormente sus actualizaciones en redes sociales si llega el caso porque lo estimen conveniente.
Aún así, también hay muchos que no dejan los perfiles en manos de profesionales. Casos conocidos son el de Sergio Ramos, Gerard Piqué o Dani Alves, por citar algunos. No todo va a ser tan estudiado…
Fuentes:
www.puromarketing.com
www.elmundo.es
www.lavanguardia.es