Antonio José Martínez Navarro. En una de las calles (que entonces no tenía nombre oficial y que popularmente se denominaba Callejón de don Bruno, en simpático homenaje al alemán Bruno Wetzig) que desemboca en la Avenida de Guatemala, en la esquina de esta avenida que coincide con la actual calle Ciudadela, nació el sábado 31 de julio de 1943 en el seno de una familia compuesta por el alosnero Francisco Mojarro Morón y Juana de los Santos García Borrero, hija de Tharsis.
Su padre constituyó realmente un ejemplo de probo funcionario del Ayuntamiento de Huelva. Así, fue “consumero” del fielato de Romeralejo y pasó más tarde al Negociado de Quintas. Después. fue trasladado al Negociado de Obras en el que, por su buen hacer, fue nombrado Jefe del citado Negociado y desde el que se llevaba un estricto control de todas las licencias de obras que se efectuarían en nuestra capital. Imaginamos la simpática viñeta que constituirían el referido funcionario y el inolvidable historiador Diego Díaz Hierro cuando éste último, precisado por alguna obra que hiciera en su casa y cómo se viera apurado para pagar la necesaria licencia le dijera: “Mojarro ¿por qué no me pones el expediente al final del montón? No me lo pongas arriba, déjamelo un par de meses más…”. Mojarro le hacía este favor por amistad, sin ánimo de lucro. Con el transcurrir de los años el citado historiador le buscó a Juan Bautista Mojarro una beca a trasvés del Obispo de Huelva, Dr. Cantero Cuadrado, para realizar un año de Periodismo Religioso en Madrid.
No podemos pasar de largo el entorno en que vivía el pequeño Juan Bautista. Así, vecino suyo era Francisco López Jara, docto en las letras y catedrático de Flamencología por Jerez de la Frontera. Su hija, Carmen Jara, era tonadillera y, en la actualidad, realiza su labor como locutora de la COPE. Otra hija, Soledad, estaba casada con Paco Gordillo, representante artístico de Raphael y, por último, su hijo Rafael es un showman del flamenco, capaz de hacer reír a un marmolillo.
Pero prosigamos con el bosquejo biográfico. Llegado el momento se decidió que el pequeño Juan Bautista asistiese al colegio. El centro escogido fue uno ubicado en la barriada de Viaplana, regentado por don Juan Riquelme, natural de San Juan del Puerto y fundador del Viaplana C. F. En el pregón que abría, el jueves 21 de junio de 2001, las fiestas en honor de San Juan Bautista recordaba Juan Bautista Mojarro sus tiernos recuerdos “Mi llegada a esta Barriada, con tan solo cinco años y procedente del barrio del Matadero, recuerda un cúmulo de salpicadas huertas y una sola carretera, sin asfaltar, convertida ahora en la Avenida Federico Molina”. A los ocho años sus padres lo matricularon en el Colegio Francés que fue donde realizó el Bachillerato. A renglón seguido, estudia Dibujo Publicitario en Barcelona.
Antes de continuar con la biografía de Juan Bautista Mojarro permítame, amable lector, que me detenga unos renglones en las voluptuosidades del Amor.
Juan Bautista Mojarro contrajo matrimonio con Carmen Moreno Moguer, hija de Tharsis, a la que conoció cuando él jugaba al fútbol en el campo del Atlético de Tharsis. La ceremonia nupcial se efectuó en la iglesia de Santa Bárbara de Tharsis. De esta feliz unión han nacido Rosa María y Juana de los Santos, ambas tituladas en Empresariales y Económicas, respectivamente.
Este amor tan profundo que siente Juan Bautista por su esposa le ha venido muy bien en todos los sentidos. Así, en el aspecto literario Juan B. siempre ha estado correteando por los bosques tejiendo guirnaldas para su amada y, a lo largo de las décadas de matrimonio, siempre ha subido a los árboles a coger los frutos del Amor. Así, cuando triunfaba en el Certamen de Cartas de Amor de San Juan del Puerto manifestaba al diario lo siguiente:
<<…La epístola del ganador masculino titulada “Recorrido evocador” deleitó con un resumen de las vicisitudes y sueños a lo largo de toda una vida que vivió su autor, Juan Bautista, desde que cruzó su mirada con la de su mujer y ésta lo erigió en “más soñador que poeta”.
El ambiente dulcificado también queda aparcado cuando narra las “dolorosas despedidas” que ponían distancia entre ambas personas pero un único amor. A pesar de todo, la carta es un claro alegato al amor, y como el cúmulo de vivencias aupó y fortificaron los sentimientos que los unían…>>.
En holocausto de este amor tan puro, traigamos a estas hospitalarias páginas la poesía titulada ‘Esperanza’ fechada en Huelva a 23 de febrero de 2015 y dedicada a Carmen, su esposa, y a sus hijas, Rosa María y Juani:
Si he de morir en el envite
Que el destino me depara,
No me arrepiento lo hecho
Con el miedo que me embarga.
Sólo la luz de tiempo muerto
Me aflige por los adentros,
Porque esa luz no sea nada,
Pero es la fe la que impone
Con la fuerza en mi palabra,
Y me lleva hacia adelante
Con el dolor en la espalda.
Es el amor que de lejos
Me fortalece y me agranda,
Que me pone anhelante,
En tu voz creyente, sus alas.
Tras este paréntesis amoroso de Juan Bautista y Carmen, permítame que continúe. Sus pasos siguientes los tomamos de sus propias palabras vertidas en las páginas del diario Huelva Información en una entrevista que le hace el recordado Pepe Romax el sábado 18 de marzo de 1995:
<<…Después de acabar mis estudios he trabajado de administrativo, dibujante publicitario, tras hacer unos cursos en Barcelona y, por último, me he dedicado un poco al mondo de la construcción…>>.
Sus primeros trabajos los realiza en Radio Nacional de España, haciendo las prácticas en el recordado diario Odiel en unión de nombres que suenan en la actualidad con galanura en las letras y medios de comunicación onubenses como Manuel Gómez Marín, Vicente Quiroga…
En 1962 realiza la labor de corresponsal del diario Odiel en Tharsis. Asimismo, idéntica función lleva adelante en Radio Nacional en Tharsis desde 1965 a 1983. En 1984 pasa a formar parte de Radio Juventud y, al año siguiente, en Radio Andalucía en la que permanece hasta 1986.
En agosto de 1983 se funda el diario Huelva Información y, al unísono, comienza su primera etapa en este diario que alcanza hasta el año 1989. Dice el refrán que “segundas partes nunca fueron buenas”, pero Juan Bautista Mojarro desmiente este dicho con óptimos trabajos durante los años 1997 a 1999.
Merecen ser recordados los artículos, que se convierten en recreación onubense y emotivos recuerdos, titulados ‘Rafael Carbonell’ en los que aporta interesantes datos del malogrado novillero, publicado el sábado 17 de junio de 1995:
<<Aquella misma mañana, a pesar de la corta edad, me viene el recuerdo que vi a Rafael Carbonell hablando con Paco Orta, junto a la carbonería del padre del que fuera hasta hace pocos días sindicalista.
Era el 17 de junio de 1954. Han transcurrido cuarenta y un años. Novillada en La Merced en la fiesta del Corpus, formando cartel, Joselito Romero. Rafael Carbonell y Alejandro Arnó “El Venezolano, con novillos de la ganadería sevillana de Francisco Moreno Santamaría. Encabezaba el cartel Joselito Romero porque se trataba del torero más veterano, si bien, días antes, por haber debutado en Madrid, la primera plaza la tenía que haber ocupado Carbonell. Hubo error en la confección del cartel, pero sin embargo se respetó el orden del mismo. Muchas veces se lo hemos oído decir a Joselito Romero, hermano de nuestro amigo “Miguelito”: ¿el destino? ¿La suerte? No lo sabemos. Lo cierto es que, el toro que le “estalló” la femoral a Carbonell le tocó en suerte por los designios del destino. Amigos y conocidos de aquella época del barrio de Viaplana me comentaron que Carbonell llegó muerto a la enfermería. La noticia se corrió como la pólvora, por la Huelva de los cincuenta. En la tienda del “Titi” o en la de Lagares, en la carbonería de Paco Orta, o en la taberna de Cristino, hasta el vendedor de la sal, tirado por el burro, vociferaba: “María, el salero”, y transmitía de casa en casa la noticia de la muerte del torero del barrio.
El domicilio de Carbonell, detrás de lo que fuera el cine de Viaplana, quedó pequeño, para la Huelva torera y sentimental de esta época, que quiso testimoniar así la despedida al malogrado Rafael Carbonell, por ello, la familia optó por instalar la capilla ardiente en el domicilio de un familiar, situado en la calle principal de Viaplana, hoy avenida José Fariñas. Toreros de la época se dieron cita en el entierro en el que no faltó Rafael Ortega, que posteriormente actuaría en una corrida benéfica en favor de la familia del torero onubense. La Huelva de los cincuenta perdió a un gran torero en la flor de la vida y, es todavía, por estas fechas, a pesar de los años, que los amigos, familiares y aficionados, aún le recuerdan con cariño>>.
O el aparecido en el mismo cauce informativo el domingo 12 de noviembre de 1995, con título ‘Huerta Mena’, en el que hace un corto pero emotivo viaje a sus recuerdos de la niñez a la citada Huerta, entre limoneros y árboles de morera.
También va a tener acogida en esta Historia Menuda ‘Breve historia de la calle José Fariñas’ que vio la luz pública el domingo 14 de abril de 1996.
En el año 2000 desempeña su cometido como corresponsal en Punta Umbría.
En el año 2003 es requerido por el diario Odiel Información con el que va a colaborar hasta el año 2007
También ha colaborado con El Correo de Andalucía, diario ABC, etc.
En este último periódico debemos anotar que el martes 12 de enero de 1993, página 49, escribía en el apartado ‘Sevilla abierta’ el artículo ‘Contrastes‘, en clara alusión a las fechas inmediatamente posteriores a la Expo de 1992.
No menos interesante es el que escribió en el mismo cauce informativo el miércoles 16 de febrero de 1994, en el apartado de ABC ‘Tribuna Abierta’ y titulado ‘Chispas… ¿Matar el hambre?’.
El miércoles 18 de abril de 2007 escribía la muerte terrenal (en el Arte siempre seguirá brillando y viviendo el recuerdo) del cantaor gaditano Chano Lobato, en un artículo titulado ‘Con tu memoria Chano‘.
De excelente prosista y poeta podemos calificar a Juan Bautista Mojarro, tan fácil, vocacionalmente choquero, severamente correcto y elegante. Sumerjámonos en su obra:
En ‘Lucero, mercurio y éter’ Juan Bautista sigue el mismo cauce de Montero Escalera con su perro Cazurro o el del mismísimo Juan Ramón Jiménez con su burrito Platero. Pero, son un amo y un can muy especiales. Así, la mano pulcra y digna, lo mismo se ennoblece llevando la cadena de un perro que las riendas de un carro triunfal. Lleva el can con igual majestad, ya que en esos paseos el dueño va recordando aconteceres de su patria chica.
Admiro en este dúo el grupo simbólico que lo componen y que tienen nombres pomposos, el hombre se llama Juan Bautista Mojarro y el perro ‘Lucero’. En ocasiones, el perro hunde manso el hocico entre las patas, o las alza husmeante como para aspirar las aromas de un vergel de leyenda como Huelva. Otras veces, Juan Bautista se convierte en historiador y apunta en su memoria tal hecho insigne de su ciudad natal y se metamorfosea y el lebrel se transforma en un mastín, que alza rectos los puntiagudos pabellones de las orejas perspicaces a los mordentes melodiosos de un inexistente caramillo. Y así, día tras día, Juan Bautista sigue paseando a su can y sigue escribiendo la historia de la Fuente Magna, de Arturito, de los Litri o de la Señorita de Palomeque.
La presentación de este libro salió inserta en el diario Odiel el 28 de noviembre de 1989:
<<Autor de “Un poco de amor para la desesperanza” t “Minas de Tharsis en el recuerdo” –entre otros- Juan Bautista Mojarro García acaba de presentar el primer libro que escribió “en vivencias de hace más de veinticinco años” y que en un traslado de casa afloró para que no se perdiera. El libro –cuidadosa publicación- está ilustrado por Vicente Toti y prologado por Ramón Llanes.
“Lucero, mercurio y éter” es una obra que habla de la Huelva de la juventud del autor y donde las imágenes de Lucero no pueden concebirse sin el verdadero entorno, que hacen del protagonismo un perro distinto.
Hubo en el Salón de Caja Huelva numerosos amigos de Juan Bautista Mojarro, que estaba acompañado en la mesa del estrado por José Manuel Gómez y Méndez, Ramón Llanes, Rafael Delgado y Paco Blanco que fue el encargado de dar lectura a varios capítulos del libro. El acto comenzó con puntualidad inacostumbrada y después de una lectura de José Manuel Gómez el que comenzó aludiendo a una tarde fría, aunque caldeada por los corazones amigos del autor. Habló de años de emigración y diáspora, de afanes comunes y del reencuentro que brota en el mismo espacio, en la lírica, en los recuerdos y los versos. Ramón Llanes dijo que hay que persistir en las caricias del alma como si de un ladrido más se tratara, como un lamentón cariñoso.
Es Lucero mitad mercurio y mitad éter y todo símbolo tal vez único de nobleza, entreteniéndose en conversaciones del hombre, intentando entender o entendiendo sin necesidad de intento. Rafael Delgado dice que Juan Bautista vuelve al paraíso de la Huelva que todos llevamos con un recorrido poético y ha sabido sacar las esencias de las cosas y alude a que viene “Arturito”, el tonto, corriendo y dando vueltas al palo por la cuesta del Conquero. Hay en el libro un aire que es una condición más cercana a la poesía que a la prosa.
Al final, el autor agradeció la presencia y el calor dela acogida a su obra. Dice que quedó el libro escrito para tomar el amarillo de lo inédito en la parte baja de una mesilla de noche “confundido en el fuerte olor de unos zapatos que no se usan”. Hace el recorrido por el entorno de su perro Lucero: el huerto de doña Luisa, donde está ahora el Polideportivo “Las Américas”, la hortelana que quiso cambiarlo por otro perro que tenía la señorita de Palomeque, que se volvió loca de amor pe el padre del “Litri” actual. Siguió por la gavia –donde está ahora el estadio- , Huerta Mena, esteros del barrio del Trompo, el Rocío –carretas con el Simpecado-, el Conquero, la Isla Chica, etc.
Tiene Juan Batista Mojarro un recuerdo muy especial para Tharsis, “el pueblo de mis amores y de mis mayores”, que hoy sufre tanto en sus carnes los avatares de los modos y de los tiempos, frente al pastorcillo que me ofrecía tabaco y la amistad desinteresada de sus perros”. La muerte de Carbonell y el dolor inconsolable de sus padres y de su hermano Julio, amigo mío”. Las escenas con Lucero, los atardeceres prolongados e interminables dela ría Odiel, y Alberto Roig, el muelle del Tinto, Juan el Zapatero, Pedro Gómez, “y llega y se encuentra Lucero casi con toda la plenitud del verso y del abrazo de la contemplación que porfía en caricias de caminos de ante luces y sombras”.
Es Lucero mercurio, enterrado en eterna y movible blancura y es también éter –dice- porque busca en cualquier tipo de bóveda el complemento necesario para la inmortalidad. Se funde el corretear de Lucero entre las chumberas delos huertos, sobre las pitas en flor y en la oquedad de los pozos. Es el protagonista de la obra de Mojarro una parte misma de una etapa de su vida. Y el autor concluye: “Es Lucero en su quietud y espera, mi primera singladura a la luz literaria, sujeta al temor, pero confiada en la comprensión y en los destellos que, insoslayablemente siempre suele dejar enredado cualquier tipo de sentimiento”. No hay que decir que el autor del libro fue muy felicitado, parabienes a los que unimos los nuestros>>.
En el poemario ‘Brocal de Estrellas’ ofrecía Juan Bautista “escenas vividas durante la infancia en el corretear por un barrio obrero de árboles de pimienta”.
Este libro fue presentado el viernes 18 de octubre de 1991, a las 8 de la tarde. Intervinieron en el acto el poeta y presidente del Colegio de Graduados Sociales de Huelva, Ramón Llanes, el periodista Juan José Maestre y Francisco Blanco.
Se identificaba el poeta con unas estampas onubenses que ya pertenecen a la Historia:
<<Poemas del Pozo Dulce, que se hallaba al final de la Avenida de Guatemala. Las competiciones de fútbol infantil en las marismas de la Pista. El poema de la calle San Sebastián, El Punto, Huerta de Mena. Palomeque, etc. El poeta se adentra en una época que ya se fue, con una poesía libre y espontánea, con la cadencia suficiente>>.
No seamos tímidos y asistamos, a través del diario “Huelva Información”, del día 22 del citado mes y año, y veamos la presentación de Rafael Llanes de un “hacedor de melancolías”:
<<Siempre pensé observando a través de las lecturas de tus obras anteriores que eras hacedor de melancolías, nostálgico de los sueños incluso motivador de tantos recuerdos. Y ahora lo tengo inmensamente más claro: Se te deja solo y vuelves a la nostalgia sin remedio”, con estas palabras Rafael Llanes presentaba la nueva obra poética de Juan Bautista Mojarro, “Brocal de Estrellas”.
Un Juan Bautista Mojarro que se presentó en el libro poniendo “de relieve tu entrega, desnudándote a destiempo como queriendo apretujar más tiernamente lo tuyo. Veneras todo aquel misterio vivido, veneras la noche, el estío, la niebla, la bruma, el alba. Veneras con pasión las remembranzas de una época forjadora, rosa tal vez, manchada y limpia. Veneras como niño la niñez y como niña la hombría…”.
Paco Blanco fue el que recitó varios poemas que incluye “Brocal de Estrellas”…>>.
En los primeros días de noviembre de 1998 publicaba la novela ‘Sin la paja en las manos’ sobre el que Odón Betanzos Palacios, de la Academia Norteamericana de la Lengua Española se detenía, en el diario Huelva Información del lunes 9 del citado mes y se mostraba encantado con la obra; ‘Cantares Marinos y Serranos’ del que decía el propio Odón Betanzos:
<<…Tengo en mis manos los originales de un libro en vertiente-fuente de la poesía que ha bautizado con el nombre de Cantares Marinos y Serranos. En él, en el libro, dos zonas singulares de esa provincia modélica: Mar y Sierra. La tercera zona sería la mía, El Condado, que si no la ha poetizado si se está acordando de él por los dos sentires de ese Condado, con obras poéticas serias que se nombran en la parte final del libro donde, junto a la poesía, está también hermanada la clara y limpia amistad del autor…>>.
El último de sus libros ha estado dedicado a las estrellas del Real Club Recreativo de Huelva. Se titula ‘Leyendas del Recre’ y en él aparece breves bosquejos biográficos de muchos ex jugadores del Club Decano.
Otro libro de poemas de Juan Bautista Mojarro que ha visto la luz ha sido ‘Onuba blanca y azul’.
Nuestro criterio es que Mojarro es un poeta fácil, galano, espontáneo, sencillo, cultivador, maneja el idioma, si no con pulcritud académica, con facilidad y admirable desenfado. Ser poeta es para Juan Bautista Mojarro fruto de la inspiración nativa más que del estudio, brota de él con tanta facilidad como el agua de los manantiales.
Entre las obras que esperan la hora de su publicación podemos citar:
‘Malparado’ (poemario). ‘Apammea’ (Poemario sobre la destrucción de la ciudad de Siria). ‘Mis cien entrevistas con Huelva’. ‘Minas de Tharsis en el recuerdo’. ‘Tras la otra cara del espejo’ (novela). ‘El último prostíbulo’ (novela). ‘Soledad de mis adentros’ (poemas). ‘Diarios de un poeta’. ‘Más arriba de la palabra’ (poemario). ‘Reportajes de Flamenco publicados’. ‘Relatos breves publicados en Odiel’. ‘Recopilación de personajes’, publicados en Odiel.
Como autor ha sido finalista del V Premio de Novelas ‘Gemma’, en Vizcaya, en 1992. También ha sido finalista del premio nacional ‘César González Ruano’, de periodismo en 1987. Pero Juan Bautista Mojarro no necesita otros honores que el de su propio apellido, mientras el milagro de escribir el artículo se realice a diario.
Como pregonero han escuchado sus cálidas y emotivas palabras en diversos lugares. Recordemos algunos:
El viernes 10 de julio de 1981 daba el primer Pregón de la Velada de Tharsis en el que hizo una semblanza del Tharsis que él vivió y que hizo revivir a los que asistieron al acto.
Con motivo de la celebración de la asamblea general extraordinaria de la Federación andaluza de Caza, que se ha celebrado en la localidad malagueña de Archidona, Huelva Información recibió una distinción especial por la labor realizada el año pasado en pro de este deporte. El diploma otorgado en la categoría de Medios de Comunicación fue recogido por nuestro colaborador en las tareas informativas Juan Bautista Mojarro, quien aparece en la fotografía insertada sobre estas líneas junto al premio recibido.
También ocupó la Tribuna en las Fiestas, instalada en la Plaza ‘Perlita de Huelva’, en honor de San Juan Bautista del barro de Viaplana el jueves 21 de junio de 2001, pregón del que Elena Domínguez se hacía eco al día siguiente en el diario Odiel Información:
<<El pregón pronunciado ayer por Juan Bautista Mojarro, colaborador habitual de Odiel Información, dio el pistoletazo de salida a las fiestas en honor a San Juan Bautista de la barriada de Viaplana, “cuna de grandes toreros y afamados futbolistas” que, en palabras del pregonero, han llevado el nombre de Huelva más allá de las fronteras españolas.
Cincuenta años como morador de una de las zonas más vivas de la capital dan licencia a Mojarro para hacer un resumen, más sentimental que histórico, de los acontecimientos destacados de las últimas décadas. A su llegada a Viaplana, con tan solo cinco años y procedente del Matadero, recuerda un cúmulo de salpicadas huertas y una sola carretera, sin asfaltar, convertida ahora en la Avenida Federico Molina.
Su estancia en la barriada ha permitido al pregonero codearse con célebres figuras cuyos nombres han retumbado en la ciudad, ya sea en el mundo de los toros, del fútbol o de las artes. En su emotivo pregón, Juan Bautista Mojarro no quiso olvidar a ninguno de ellos.
Una seguiriya, creada para la ocasión por el propio Mojarro, puso fin a su discurso: “Quién lo diría, Viaplana ha crecido como la espiga, como un suspiro… En este barrio morir espero para quedar en sus calles como el mejor de los sueños, que no me despierte nadie…”>>.
Hemos llegado al epílogo de la biografía de un hombre que está Diplomado por la Asociación Mundial de Escritores, que es miembro numerario en el Registro General con el número 915, Miembro fundador de la Asociación de la Prensa Deportiva en Huelva, de un aficionado a la pesca deportiva que afirma que “cualquier pieza es bien acogida, pero entre elegir un róbalo o un choco, se queda con el segundo, que es la especie de la seña Huelva y, además, es choco no tiene espina”, amante de la caza, en definitiva, de Juan Bautista Mojarro García.
2 comentarios en «Juan Bautista Mojarro, polifacético de los medios de difusión»
Conocí a Juan cuando ambos no habíamos cumplido aún los 20 años.de edad, Teníamos toda la vida por delante, muchos caminos por andar y miles de folios por rellenar. Gracias Juan, gracias por tantos versos que me ayudaron a descubrir lo mejor del ser humano.
Juan fue gran amigo de mi hermano, ya fallecido y también poeta. Manuel Fortes Guijarro. Yo soy Antonio hermano de Manuel Fortes y estoy editando los libros que escribió mi hermano, el primero» El hombre que dudaba» Se lo lleve a Juan a su casa, desde ese día nos hicimos amigos. Tengo una gran pena por ti Juan, espero que te encuentres no con mi hermano, donde no van las buenas personas.