José Soria y Juan Ángel González, dos héroes anónimos para un vecino de Trigueros que sufrió un infarto mientras buscaba gurumelos en Paymogo

Guardia civil.
El gurumelo de Paymogo ha sido otro de los ganadores.
Salir a buscar gurumelos en Paymogo, todo un clásico.

Mari Paz Díaz. A todos nos gusta hacer bien nuestro trabajo. Una cuestión que, en determinadas ocasiones, puede ser crucial para salvar la vida de una persona. Y así ha sido en un caso que meses después sigue siendo muy recordado en la zona.

Los hechos sucedieron el pasado 15 de abril. Tres vecinos de Trigueros deciden salir al campo en Paymogo para, como habían hecho en otras ocasiones, coger gurumelos. Una afición que tienen muchos onubenses y que se puede convertir en una práctica saludable y muy apetecible para el paladar.



Los dos onubenses se encontraban en un lugar de difícil acceso.
Los dos onubenses se encontraban en un lugar de difícil acceso.

Todo iba según lo previsto hasta que uno de ellos, de 55 años de edad, comenzó a sentirse mal, llegando a quedar tumbado en el suelo. El senderista sufrió un fuerte dolor en el pecho, quedando inconsciente. Todo parecía indicar que se trataba de un infarto, por lo que su vida pendía de un hilo. Había que sacarle de allí  y llevarlo a que recibiera atención médica cuanto antes. El problema era que los tres onubense se habían adentrado en el campo y estaban en un lugar de muy difícil acceso. ¿Qué hacer entonces?

A pesar del nerviosismo y la preocupación, la primera reacción de uno de los acompañantes fue pedir auxilio. En concreto, la Guardia Civil de Paymogo recibió una llamada a las 13.05 horas procedente del Consorcio de Bomberos de la Diputación Provincial de Huelva «solicitando apoyo para la localización en una finca demarcación del Puesto de la Guardia Civil mencionado, de un varón que presenta síntomas de infarto, siendo necesaria la evacuación y atención médica urgente», según explica la Guardia Civil de Huelva.


Puerto de Huelva

Ya se han actuado en 1.800 de las 3.000 hectáreas previstas.
Los bomberos participaron en el rescate.

Realmente era necesaria la presencia de refuerzos, puesto que la primera llamada de auxilio se había producido sobre las 11.15 horas de la mañana y, desde ese momento, los Bomberos no habían conseguido localizar el lugar en el que se encontraba la persona que precisaba ayuda. En concreto, fueron dos efectivos del parque de Bomberos de Alosno, con un vehículo todo-terreno y un camión moto-bomba. Incluso, desde las 12.05 horas se había sumado a las labores de rescate la patrulla en servicio de la Guardia Civil del Puesto de Santa Bárbara de Casa.

Aunque no se trataba de su servicio, no dudaron en unirse a las labores de búsqueda.
Aunque no se trataba de su servicio, no dudaron en unirse a las labores de búsqueda. De izquierda a derecha: el guardia civil Juan Ángel González y el brigada José Soria.

La situación comenzaba a extremarse y a preocupar, ya que en un infarto unos segundos pueden ser claves. Tanto fue así que dos a miembros de la Guardia Civil de Paymogo, a los que no les correspondía realizar ese servicio, no dudaron en sumarse a las labores de rescate. Se percataron de que se estaba buscando por una zona equivocada cuando escucharon oír que estaban por unos antiguos cuarteles fronterizos con Portugal, unos puestos avanzados que ellos sabían que ya no existían, por lo que se trataba de un error.

En concreto, se trataba del entonces sargento José Soria Jurado -ahora brigada- y el guardia civil Juan Ángel González Mariano, que se encontraban realizando labores de servicio de atención al ciudadano en el Puesto de Paymogo. Tras escuchar la llamada y la gravedad del asunto, ambos agentes no dudaron en ponerse manos a la obra y entrar a formar parte de las labores de rescate. De este modo, tras poner los hechos en conocimiento del Comandante de Puesto, éste decidió constituir a ambos en patrulla de servicio de seguridad ciudadana con el cometido preferente de localizar al senderista accidentado.

En Paymogo es habitual ver senderistas por su término municipal haciendo diferentes rutas.
En Paymogo es habitual ver senderistas por su término municipal haciendo diferentes rutas.

«Nosotros nos encontrábamos en la oficina realizando un servicio burocrático cuando escuchamos por la radio que otra patrulla necesitaba ayuda. Pero se trataba de una emergencia en el paraje conocido como ‘Jarrillo’ que, aunque es término municipal de Paymogo, no corresponde a nuestra a demarcación policial, sino al Puesto de Santa Bárbara de Casa. Pero cuando pasaron unos minutos nos dimos cuenta que la patrulla no daba con el lugar en el que se encontraban los excursionistas, así que como los compañeros de Santa Bárbara no habían sido capaces de hallar el lugar exacto para que los servicios médicos accedieran a la zona, decidimos montar un servicio y dirigirnos al lugar. Teníamos claro que era nuestra obligación moral acudir en su auxilio», explica a Huelva Buenas Noticias el brigada José Soria.

Tanto Soria como González recibieron una llamada del 112 para que les acompañara un vehículo de bomberos procedente del Consorcio de Bomberos de la Diputación Provincial de Huelva (Idem), puesto que el lugar del siniestro era bastante inhóspito.

Los guardias civiles estuvieron buscando por varias zonas del término municipal de Paymogo.
Los guardias civiles estuvieron buscando por varias zonas del término municipal de Paymogo. En la imagen, Soria señalando un mapa.

Entonces, los dos guardias civiles se dirigieron de inmediato al lugar en el que se presumía que se encontraba el enfermo. Llamaron al acompañante del afectado para comprobar que se encontraban en el camino correcto. Sin embargo, como relata Soria, «aquello es enorme y repleto de árboles. Era como buscar una aguja en un pajar. Cuando hablé con el acompañante del enfermo le dije que le iba a hacer señales con la alarma para que nos indicara si la escuchaba cerca o lejos. Todo con el objetivo de aproximarnos al lugar de los hechos». Pero se percataron que no era el lugar exacto.

Entonces se les ocurrió que lo mejor era contar con la ayuda de alguien que conociera bien el terreno. Para ello, solicitaron la colaboración de un subsahariano que vive en aquella finca, Mamadú, que no dudó en subir al vehículo de los agentes para indicarles cuál era la zona más frecuente a la que acudía la gente que iba buscando gurumelos. Así estuvieron buscando hasta que dieron con el lugar exacto. Fue más de una hora por el bosque hasta que el acompañante les escuchó, así que le pidieron que se acercara al camino más próximo para que pudiera verle. La aportación de Mamadú fue decisiva. Es más, se trata de un asiduo colaborador de la Guardia Civil de Paymogo en las tareas de localización de personas que, desde hace ya algunos años y durante la época del gurumelo, quedan perdidas o extraviadas por aquellos parajes.

Panorámica del lugar justo en el que se produjo el rescate.
Panorámica del lugar justo en el que se produjo el rescate.

Aun así no fue fácil hallarlos. La patrulla dejó el vehículo y se dirigieron andando campo a través hasta lograr alcanzar el lugar en el que se encontraba el enfermo. Para ello fue necesario incluso cortar algunas alambradas de fincas privadas, previa solicitud del permiso a sus propietarios, que no pusieron ninguna objeción en ningún momento. Exactamente estaban en el ‘Barranco de los Guijos’, de la finca Jarrillo. Eran ya las 14.10 horas. Los agentes temían lo peor. Sin embargo, a pesar de haber sufrido un infarto, el enfermo se encontraba con vida, tumbado sobre el lado derecho, en estado de semi-inconsciencia, con el pulso muy débil y sudoración fría, así como un considerable dolor en el brazo izquierdo.

Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva.
Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva.

La situación, sin duda, era muy grave. Pero los equipos médicos no podían llegar a la zona, por lo que Soria decidió sacar en brazos al enfermo hasta llevarlo al camino más próximo con la ayuda del otro agente y el ciudadano subsahariano y, luego, trasladarlo en el vehículo hasta donde se encontraba la ambulancia.

Una vez en la ambulancia, los servicios médicos de urgencia confirmaron que se trataba de un infarto de miocardio, que, aunque no se explicaban cómo, había logrado superarlo, pero no se descartaba que le volviera a repetir, por lo que lo trasladaron de forma urgente al Hospital Juan Ramón Jiménez, de Huelva. De hecho, durante el trayecto volvió a sufrir un nuevo ataque, por lo que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente al llegar al centro hospitalario. Hoy puede llevar una vida normal con sus dos hijos y sus dos nietos.

La historia ha tenido una enorme trascendencia en la zona.
La historia ha tenido una enorme trascendencia en la zona.

En cualquier caso, este triguereño pudo salvar su vida gracias al ímpetu de José Soria y Juan José González, a pesar de que no era la labor que ese día les correspondía. Incluso, estuvieron interesándose por su estado dos o tres días después, hasta que estuvo fuera de peligro, así que sus familiares les están muy agradecidos. Tanto que se han convertido en unos auténticos héroes en la zona. Y es que este episodio ha tenido gran relevancia entre los ciudadanos de las poblaciones de la comarca, así como en Trigueros. Tanto que los agentes han sido felicitados expresamente por el alcalde y el concejal de Seguridad Ciudadana de Paymogo, así como por los servicios sanitarios que atendieron a la víctima por la eficaz labor que habían realizado.

En Trigueros, la noticia también ha tenido una enorme repercusión.
En Trigueros, la noticia también ha tenido una enorme repercusión.

Junto a ello, los agradecimientos de los familiares del rescatado no han faltado. José Soria recuerda que «no sólo hemos recibido muchas llamadas de teléfono felicitándonos, sino que lo que más nos sorprendió es que hace un mes se nos acercó un hombre que reparte pan y nos comentó que era el cuñado de la persona que salvamos y que quería darnos las gracias personalmente».

Con un poco de esfuerzo, todos podemos hacer mucho.
Con un poco de esfuerzo, todos podemos hacer mucho.

Con todo, Soria y González están sorprendidos de la repercusión que ha tenido su historia. Son tan sólo un ejemplo más de que en nuestra sociedad existen muchos héroes anónimos, algunos, como en este caso conocidos y, otros, que pasan desapercibidos. Pero con su gesto nos enseñan a todos que, a veces, con un poco esfuerzo, si nos dejamos llevar por el valor humanitario, podemos mejorar la vida de los demás e, incluso, permitirle volver a vivir. A todos ellos, muchas gracias.

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