Carlos y Pablo García, dos hermanos de Huelva que dan el Do de pecho

Los hermanos Carlos y Pablo García, con su pianista, en el Gran Teatro de Huelva.
Los hermanos Carlos y Pablo García, con su pianista, en el Gran Teatro de Huelva.
Los hermanos Carlos y Pablo García, con su pianista, en el Gran Teatro de Huelva.

Paula Crespo.Triunfar en cualquier faceta artística es un reto que a priori se plantea harto complicado. Más aún si se trata del mundo de la música lírica y la ópera. Entrar en el selecto grupo de músicos y solistas que hacen carrera pisando los teatros más representativos del panorama opertístico nacional e internacional está al alcance de muy pocos. Pero hacerlo por partida doble es casi una misión imposible.

Sin embargo, dos hermanos onubenses pueden presumir de haberlo conseguido. Carlos y Pablo García Ruiz son bajo y barítono, respectivamente y llevan más de una década dedicándose a su pasión y repartiendo su talento y su onubensismo por los escenarios líricos más selectos. No ha sido, ni actualmente es, tarea fácil porque se trata, como ambos reconocen de «una profesión muy dura» y para estudiarla y ejercerla, aunque dieran sus primeros pasos en Huelva de la mano de cantantes onubenses reconocidos como Guillermo Orozco, han tenido que dejar atrás su ciudad natal y establecer su residencia en Madrid.

Sus carreras han discurrido prácticamente a la par, ya que apenas se llevan dos años. Ambos comenzaron sus estudios musicales en el extinto Teatro Lírico de Huelva y los dos son licenciados en la especialidad de Teatro lírico (Ópera), por la Escuela Superior de Canto de Madrid. Carlos además estudió violonchelo en el Conservatorio de Huelva. Ambos han completado su formación en países de gran tradición operística como Italia o Alemania y han recibido clases de maestros de reconocido prestigio internacional.

Carlos García Ruiz en el Concurso de Colmenar viejo en 2013.
Pablo García Ruiz en el Concurso de Colmenar viejo en 2013.

Solo tienen 31 y 29 años, respectivamente, y ya cuentan a sus espaldas con una dilatada carrera como solistas freelance en la que figuran reconocidos premios nacionales e internacionales y escenarios tan espectaculares como el el Teatro Real de Madrid, el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, el teatro dell’opera di Roma o el Teatro Campos Eliseos de Bilbao.



Actualmente Pablo, el menor de los hermanos, ha fichado por el Coro Lírico del Teatro Real de la capital madrileña y Carlos se encuentra en mitad de una gira de conciertos solidarios con la Orquesta Sinfónica de la Universidad Católica de Murcia con quien interpreta el Réquiem de Mozart.

¿De dónde os viene la vocación y el gusto por la música lírica?
C.G. Yo empecé por casualidad. Si bien es cierto que en Huelva no existe nada relacionado con ópera y lírica y tampoco la carrera de canto en el conservatorio, pero sí estaba el coro lírico, donde cantaban dos primos míos y mi hermano venía a ver los ensayos. Fue entonces cuando comenzó a apasionarme el tema de cantar y hacer escena. En Huelva en concreto hacíamos zarzuela.
P.G. En nuestra familia hay una especial sensibilidad musical. En mi caso era algo muy ocioso, que hacía mientras estaba en el instituto, pero me fue gustando cada vez más, hasta que la entrega fue completa. Tanto fue así que al terminar Bachillerato y preguntarme a mí mismo qué quería estudiar, la respuesta fue clara: la carrera de Canto.

¿Cómo es esta profesión?
C.G. Muy dura. En mi caso llevo una vida de nómada. Mi casa está en Madrid, pero llevo seis años sin trabajar allí y lo cierto es que no me gusta mucho viajar. En cuanto a los ensayos también. Esto es como un deporte, hay que hacer el entrenamiento del guerrero (risas) y estar siempre listo. Cuando no estás preparando algo en concreto tienes que hacer ejercicios de vocalización y cuidar el instrumento para estar preparado, nunca sabes cuando va a venir un trabajo.
P.G. Es muy duro, sobre todo vocal y físicamente. Hay que ensayar unas seis horas al días, que a priori no parece mucho, en cualquier trabajo se echan ocho horas y más, pero dedicarle tanto tiempo te consume y hay que saber dosificarse. Pero bueno, para mí no hay trabajo mejor que dedircarse a cantar.

Carlos Ruiz con el libreto del Requiem de Mozart que interpreta actualmente en una serie de conciertos benéficos.
Carlos García Ruiz con el libreto del Requiem de Mozart que interpreta actualmente en una serie de conciertos benéficos.

Debe ser especial cuando podéis coincidir y cantar juntos…
C.G. Mucho, Pablo es un artistazo y nos compenetramos bastante bien. Es una experiencia estupenda. Además siempre que hemos coincidido en un escenario ha sido en Huelva y eso lo hacía aún más especial si cabe. La pena es que hemos coincidido poco porque hemos tenido una evolución diferente.
P.G. Con Carlos todo es muy fácil porque nos conocemos perfectamente, pensamos igual e incluso nos parecemos vocalmente. Es como si formáramos parte del mismo equipo. No sabría describirlo, porque la sensación está por encima de las palabras. Es un disfrute. Hay un entendimiento, una fusión química, se nota que venimos de la misma madre.

¿Y cantar en Huelva?
C.G. Muy bonito. Estamos encantados de cantar en Huelva cuando podemos hacerlo, pero venimos muy poco. Es una pena que no haya más programación lírica y operística porque el público onubense es maravilloso y está ansioso de recitales líricos y siempre han llenado.
P.G. Cantar en Huelva es cantar en casa. Es hacerlo para familiares y amigos y para un público que responde. Cuando hemos cantado en el Gran Teatro ha habido una gran afluencia. Llevo diez años en Madrid y tengo a Huelva muy presente. La echo de menos, añoro vivir en una ciudad junto al mar como la nuestra.

Hace poco otro paisano, Ildefonso Moreno, ha ingresado en la Sinfónica de Madrid, ¿casualidad o es que Huelva tiene una vinculación especial con la música?
C.G. En Huelva hay mucho talento musical, es una espectacular cantera de músicos y también hay grandes voces. En general en toda Andalucía hay una facilidad innata para la música, así que no, no es casualidad.
P.G. Hay mucha gente que realiza una labor muy importante por la música en Huelva. Hay muchos músicos, cantantes y artistas en general con mucho talento. A todos nos gustaría poder disfrutar de nuestra profesión en nuestra tierra, pero la pena es que faltan los medios.

Carlos García Ruiz
Carlos García Ruiz, caracterizado antes de una interpretación.

¿Qué os gustaría hacer en Huelva en ese sentido?
P.G. Crear la especialidad de Canto en el Conservatorio y fomentar, en general, un movimiento musical hacia la lírica y la ópera en Huelva para que hubiera, como en otros sitios como el Maestranza de Sevilla o el Liceo de Barcelona por ejemplo, una programación de ópera estable. Tiene que ser posible, hay ciudades más pequeñas o con menos tradición musical que tienen dos orquestas sinfónicas y aquí no hay ninguna.
C.G. Desearía en el futuro poder llevar a cabo un proyecto musical en Huelva. Crear una organización o una asociación entregada al fomento de la música en general y en especial de la ópera. Poder impulsar la música en nuestra ciudad y que Huelva presuma de la gran afición y el gran talento musical que atesora.

¿Cuáles son vuestras aspiraciones musicales?
C. G. Poder seguir trabajando diariamente y hacerlo en Primera División, en los mejores teatros. El reto es poder llegar a lo más alto y mantenerte. Ahora hay que seguir trabajando duro y preparar repertorios que se adecúen a mi edad. Mi utopía es tener a mi agente y cuando no trabajara poder vivir en El Rompido, tranquilo y junto al mar.
P. G. Como aspiración lo suyo es entrar en un circuito internacional de teatros y programaciones de primer nivel, pero ya poder trabajar de lo que te gusta es haber conseguido tu meta. Yo adoro viajar y la música y para ello esta es la profesión perfecta. Así que como proyecto me gustaría salir al extranjero, para seguir aprendiendo sobre todo. En cualquier caso y dadas las circunstancias mi deseo es no dejar de tener trabajo y no dejar nunca de disfrutar con él.

Carlos García Ruiz, Lupus In Favula.
Carlos García Ruiz, Lupus In Favula.

Los dos habéis recibido distintos reconocimientos en concursos tanto nacionales como internacionales, ¿cuál o cuáles recordáis con especial emoción o de cuál os sentís especialmente orgullosos?
C.G. A mí los concursos no me gustan especialmente, pero entiendo que forman parte de la carrera y que hay que presentarse de la mejor manera posible. Recuerdo con especial cariño todos: el segundo puesto en el Concurso Internacional de Canto Villa de Colmenar Viejo, Madrid en 2008, el tercer premio en el Concurso Montserrat Caballé-Bernabé Martí de Ibercaja en Zaragoza en 2007 y haber ganado dos años consecutivos el Premio Anual de Becas «Ángel Vegas» otorgado por Juventudes Musicales de Madrid y la Asociación de Amigos de la Ópera de Madrid en 2005 y 2006.
P.G. Para mí los concursos de canto son escaparates en los que se puede demostrar la calidad vocal. Yo he tenido la suerte de lograr un tercer premio, hace dos años, en el Concurso Internacional de Canto Ciudad de Logroño, uno de los más importantes de nuestro país. Y el año pasado conseguí un segundo premio, así que la idea este es ir a por el oro (risas).

Finalmente, ¿en qué escenario os gustaría cantar o volver a hacerlo como solistas?
C.G. Yo he cantado casi más fuera que dentro de España, así que me encantaría hacerlo en el Liceo de Barcelona y también en Bilbao y Sevilla.
P.G. A mí en el Teatro Real, le tengo mucho cariño. Después de diez años en Madrid, conozco al personal y es un sitio especial para mí. Además es uno de los principales teatros en el panorama nacional.


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