S. D. “El fútbol es así”. Frase mítica de Vujadin Boskov, entrenador balcánico que dirigió al Real Madrid, entre otros, en los años 80. La Palma lo comprobó en sus carnes en el partido ante el Alcalá, resuelto en el último suspiro en detrimento del equipo que más expuso para ganar, y al que una mala elección a la hora de sacar la pelota en el tiempo añadido, le castigó con una derrota que engrandece aún más una herida peligrosa.
Visto lo que pasó en el municipal palmerino se puede entender porque en el fútbol se cumple a rajatabla lo de “a perro flaco…”. La Palma como ejemplo. Hizo todo lo que estuvo en sus manos -léase pies y cabeza- para solventar la peliaguda papeleta ante uno de los gallitos del grupo: atesoró méritos y ocasiones suficientes para salir victorioso de la batalla; pero un error, un miserable error, le condenó a salir derrotado, vale que con la cabeza alta, pero eso a efectos clasificatorios importa muy poco.
Quien estuviera en el partido y desconociera quien estaba arriba y quien abajo, no acertaría a adivinar la realidad a tenor de lo visto en el primer tiempo. Igualdad máxima entre dos equipos separados por muchos puntos, pero que en el terreno de juego tenían poca relevancia. Y qué decir cuando, conforme pasaron los minutos, fue La Palma quien se adueñó del cotarro y empezó a llegar con más frecuencia que peligro, eso sí, pero siempre estando más cerca del gol que su rival.
Fermín, Pablo Becken, de nuevo éste jugador y Ángel acariciaron el gol para el equipo palmerino, dominador ante un Alcalá muy acomodado, agazapado atrás, en espera de una oportunidad que tardó casi 91 minutos en llegar.
En la segunda parte poco o nada cambió el decorado. La Palma siguió a lo suyo, es decir dominando y buscando el gol, y el Alcalá, metido en su parcela y confiando su suerte a una contra.
Canito, con un gran disparo, pudo hacer el 1-0, si bien la jugada más peligrosa del equipo local fue un posible penalti cometido sobre Javi Gutiérrez, que el colegiado gaditano ignoró, ganándose la repulsa de todos… que se recrudecieron poco después al sacar fuera del área una falta cometida sobre Fermín, que muy probablemente estaba dentro.
La disposición del Alcalá empezó a darle frutos conforme el reloj avanzó hacia el minuto 90. El mayor desgaste local lo acabó acusando y, en el tramo final del choque, ya se vio una mayor intencionalidad ofensiva por parte alcalareña, especialmente a la contra, con Son, Boris y Gonzalo como estiletes. La respuesta en todos los casos de Thorices evitó males mayores.
Cuando el tiempo reglamentario estaba rebasado, se jugaba el de añadido y todo apuntaba a que el empate a cero iba a ser inamovible, un balón perdido por los locales propició un rápido contragolpe del Alcalá, que culminó Salvi para marcar y asestar el golpe letal a un conjunto condal que nunca, nunca, nunca, mereció ese fatal desenlace.
LA PALMA: Thorices; Pablo Becken, Marroco, Fofi, Mario Abad, Redondo, Fermín, Víctor (Emilio, 73’), Canito (David, 55’), Ángel y Javi Gutiérrez.
ALCALÁ: Luisma; Álex Pérez, Álex del Río, Serrano (Álvaro Jurado, 37’), Pulido (Abraham, 55’), Tena, Gonzalo, Son (Saborido, 73’), Salvi, Pana y Boris.
Árbitro: Sáez Vital (colegio gaditano). Mostró la cartulina amarilla a Fofi, Mario Abad y Javi Gutiérrez, por el equipo de casa; y a Tena y Álex Pérez, por el visitante.
Gol: 0-1 (90’) Salvi.
Incidencias: Partido de la 23ª jornada del grupo X jugado en el estadio municipal de La Palma, ante unos 600 espectadores.