Rociana
(Las imágenes y el texto de este artículo, no corresponden a los contenidos del libro «Casinos de Huelva»)
Miguel Mojarro.
Pocos casinos hay que en su nombre de pila tengan incorporada la palabra «Casino», su seña de identidad más real. En Rociana es así, para no perder espacio en subterfugios que las leyes imponían por eso de velar realidades.
En el Sur, la palabra «casino» es noble, social, popular y cercana. Es sinónimo de lugar sagrado del Ocio y hogar del Asueto masculino (Ahora ya no tiene esta connotación).
Rociana tiene un Casino con fechas que figuran en su historia de vida, por motivos muy diferentes, aunque todos admirables: El comienzo, el posterior cambio de sede, algún discurso memorable, … Y más cercano en el tiempo, una fecha con enjundia incorporada: 31 de enero de 2011.
Ese día, una Junta Directiva osada, pisó el terreno peligroso de la innovación y se adentró por caminos culturales, con armas valiosas: Entusiasmo de grupo de pocos años y un entorno con la solera de Rociana. Y empezaron por escribir en la pared principal, en palabras sentidas y adornadas de cerámica: «A todos los socios fundadores de la Sociedad Casino de Rociana y de manera especial al que fuera su Presidente y Socio de Mérito D. Jaime Muñoz Aguilar en agradecimiento a sus esfuerzos y su ayudas, que hicieron posible la construcción de este edificio social …». Es bueno empezar con mención de honor a un pasado que hace posible el presente.
Rociana está en medio de todo, camino de muchos sitios y rodeada de historia. Nada mejor para levantar la vista, agarrar la inspiración cultural y ponerse manos a la obra en una tarea que parecía ilusa, atrevida y con escasas posibilidades.
Y esa Junta Directiva se puso en pie, caminó por terrenos pantanosos y sacó a la luz ese afán cultural que siempre ha sido santo y seña del Sur.
Comenzó por el principio, de la manera lógica de hacer camino. Logrando un objetivo y al terminarlo empezar el siguiente. Cerrando la puerta tras una acción y quedándose dentro para preparar la próxima apertura.
Para eso hace falta algo que no es fácil de poseer ni cómodo de usar: Convicción en la idea, solvencia en el equipo y fe en la cultura como motor de intereses populares.
Y llevan ya 3 años en ello. Con tropiezos, dificultades y sacrificios. Pero tres años, que es mucho para admirarlos y poco para hacer historia. Tres años que permiten asegurar que Rociana, su Casino, ha roto moldes y ha iniciado caminos que clamaban por abrirse. O claman.
Un día de esos albores, primeriza la directiva y frío el invierno, contacté con su Presidente para concretar la habitual reunión que en todos los casinos me llevaba a la obtención de datos para nuestro proyecto sobre los Casinos de Huelva.
Recibido con amabilidad y tal vez con cortesía, que es un escalón más alto en la ruta de la educación. Con café sobre la mesa. El relajo de saberse a gusto y la compañía de uno de los socios más antiguos de aquel momento. Conversación grata que permitió conocer datos del Casino, de su historia, de su presente y de un futuro que acababan de parir en forma de intención.
Recuerdo dos frases que el Presidente pronunció durante nuestra conversación. Una, era declaración de intenciones:
– Queremos convertir Rociana y su Casino en referente cultural de la comarca.
A mí me pareció un poco atrevido, pero realmente admirable en la directiva de un casino. Porque ese es uno de los caminos posibles de esa adaptación a tiempos nuevos, aunque realmente complicada como intento real.
Pensé que no estaría mal que cundiera el ejemplo, aunque no era precisamente optimista mi pensamiento. Pero había que colaborar en esa travesía difícil, que implicaba un tránsito no menos complicado a una nueva perspectiva de lo que es un casino. Sin dejar de ser lo que es, claro.
Me gustó que esa visión nueva del Casino no destruyera los valores tradicionales de estas entidades y respetara sus señas de identidad genéticas. Me gustó que fuera una propuesta valiente, para construir valores sobre los valores existentes, sin detrimento de éstos. Me gustó la seguridad que tenían de que eso era posible.
Y decidí colaborar con esa idea admirable, con la defensa de sus argumentos entre mis amigos, como gesta que se estaba cociendo.
La otra frase que salió de boca del Presidente en aquella conversación, fue más mercantil e interesada, pero inteligente, pragmática y legítima:
– A cambio de esta colaboración con vuestro trabajo de investigación, te pedimos que nos des una charla sobre los casinos de Huelva.
Lógicamente, la promesa fue inmediata, y no sólo por agradecimiento a su colaboración, sino porque así podía aportar algo personalmente en su proyecto admirable de desarrollo del Casino de Rociana.
Parece que fue ayer, pero hace ya tres años, desde aquel 31 de enero de 2011, en el que aires nuevos y ambiciones atrevidas entraron en los salones de este admirable Casino. Durante ese tiempo han sido muchas las veces que he traspasado su entrada de aspecto humilde, en busca de los actos que convoca el Casino cada semana. Pero, al mismo tiempo, he aprovechado para una de las actividades casineras más entrañables para mí: Dar un abrazo a mi amigo Eduardo, repostero de lujo en los casinos de Huelva y tomar alguna de sus tapas provocadoras. No elijo, le dejo que lo haga él, porque sabe bien lo que me gusta. Y siempre acierta, porque a su afecto de amigo se une una profesionalidad admirable. Por eso en el libro «Casinos de Huelva» se dice que uno de los factores principales del éxito de un casino es la calidad de su repostero. Y en Rociana está uno de los mejores ejemplos.
Cada vez que voy a Rociana procuro estar a esa hora primera de la tarde, en la que el Casino está vacío. Sin actividad alguna, salvo la presencia de Eduardo, Marinela o Joana en la cocina, preparando alguna de sus especialidades magníficas.
Es el momento de tomar un café, solos ambos, el café y yo, en ese salón visitado los fines de semana por propios y ajenos, para gozar del placer cultural de turno. Pero a esta hora de la sobremesa, puedo disfrutar de una soledad que también es placer casinero.
Y subir a la sala de televisión, sentarme en sus cómodos butacas y oír el silencio que sólo se rompe con el tableteo de las cigüeñas que habitan la torre vecina. Hay quien dice que son parte del Casino. A mí me parecen amigas, de tanto saludarnos.
El día 31 de enero es aniversario. Importante y prometedor. Porque este Casino que pretendía ser, en palabras de su Presidente, «referente cultural de la comarca», ha saltado la valla. El Casino de Rociana (y por tanto Rociana), es ya conocido en Jaén y en Pontevedra, en Triana y en Las Ramblas, en Chamberí y en Zocodover, ... y más allá de fronteras que no se ven.
El Casino de Rociana es ya referente cultural de otro ámbito más importante que el geográfico: El de los Casinos de Huelva.
Por eso, en el aniversario de aquel comienzo de una aventura osada, conviene mirar y admirar. Mirar la dirección que nos marca y admirar la forma de caminar.
Felicidades, José Antonio, Manuel, Alberto, Eduardo (mi entrañable amigo repostero) y ese otro amigo de noventa años, otro Eduardo, que tiene el privilegio de ser cabeza de la lista de socios.
Felicidades.
Equipo Azoteas
www.azoteas.es
3 comentarios en «Sociedad Casino de Rociana. La Cultura hecha placer»
Mi amigo Carlos López, conocido periodista de Rociana, me invitó hace un tiempo a comer en el Casino, motivo por el que puedo dar fe de la calidad de su cocina y belleza del espacio que la acoge. Conocía Rociana por ser la cuna de insignes rocianeros, algunos jóvenes, como el gran maestro escultor imaginero D. Elías Rodríguez Picón cuya visita a estudio aún recuerdo con admiración, o la del insigne literato de dimensión universal, el extinto D. Odón Betanzos, fundador de la Academia Norteamerica de la Lengua Española en New York, y miembro de la Academia Iberoamericana de La Rábida, y cuya Fundación, con sede en Rociana, promueve actividades en su memoria.
Rememorar los recuerdos del Casino es algo que agradezco sinceramente a nuestro querido Miguel Mojarro y prometo volver pronto a degustar su excelente repostería, quizás, aprovechando el extraordinario escenario de sus Cruces de Mayo.
Con amigos como Benito, uno tiene siempre la tentación de hacer ofertas: No esperes a mayo, que es motivo suficiente, sino que busques un hueco y te vienes conmigo a visitar a nuestro amigo Eduardo, en su cantina, y a disfrutar de mil comentarios que podemos robar en el ambiente.
Atrévete. Te llamaré para definir fecha, pero será entre el 31 de enero y el 5 de febrero. Incluso lo podemos hacer público aquí, para que se una quien quiera a esta improvisada timba de placer. Nadie se arrepentirá de hacerse amigo de Eduardo.
Es un pacer encontrar gente que se motiva con las mismos valores que uno.
Gracias Benito.
Magnífico e inconmensurable el trabajo de la «nueva» Junta Directiva, con mi excompañero y marido de mi querida compañera Fuente a la cabeza de la misma; si siguieran su ejemplo, muchos de los antiguos Casinos de los pueblos de nuestra provincia no estarían cerrados o lamentablemente subarrendados para de alguna manera seguir subsistiendo. Con respecto al artículo que antecede, estoy muy de acuerdo en lo que respecta a que además de una buena Junta y un buen Presindete de la misma, es necesaria e imprescindible también la presencia de un buen repostero.
Enhorabuena a toda la Junta del Casino de Rociana, suerte para su pueblo, y que no decaigan en su empeño, pues los logros que están consiguiendo deben alentarlos a ello.
Un abrazo José Antonio.