Andrés Espuelas / @aespuelas. El domingo volví al Colombino. Lugar de éxitos pero de mayores fracasos. Más allá del partido me alegré por escuchar a esa Grada Joven como nunca antes había pasado. Y también de ver al equipo acabar el año como tercer clasificado.
Escribía el 22 de noviembre que había algunos que estaban ansiosos por una destitución. Ayer escuché un ‘Sergi vete ya’ que, gracias a la inteligencia de muchos, no llegó a más. Puede que el partido se torciera y, quizás, el planteamiento no pudo llegar a su objetivo. Sin embargo, la competitividad y la dificultad de esta Liga Adelante nos hacen plantear el fin de año a algunos con mucha positividad.
El primer aspecto positivo fue ver a una afición alentada por esa Grada Joven que ha hecho que el ‘Otra vez en Primera para ver a papá’ eclipse las caídas de las cáscaras de pipas al suelo. Dejarse la garganta, animar al equipo, se gane o se pierda, quedarse hasta el final del partido es la actitud de una afición que cada día va a más.
El segundo fue el apreciar lo que tenemos. Supongo que una vez se calmó el enfado de la derrota ante Las Palmas se valoró lo conseguido hasta la fecha. Terceros en Liga –algo que muchos habríamos firmado a principio de temporada- y a tan solo dos puntos del Dépor, líder de la tabla. Hay que pulir cosas, habrá regalos que abrir en forma de fichajes que mejorarán lo presente.
Linares dio un ejemplo ante Las Palmas de cómo el equipo está por encima de todo. La expulsión hizo cambiar la táctica y tuvo que salir sustituido en los primeros minutos. Salió animando a la grada, agitando los brazos para que la afición fuera el jugador número 12. Esa es la actitud.