Ana Rodríguez. La persona más indicada para contar una experiencia es quien la ha vivido en sus propias carnes. Éste es el caso del doctor Rafael Sancho D’Herde, cirujano que acaba de publicar el libro Historia del Hospital Provincial de Huelva. Y es que este médico ejerció casi toda su carrera profesional en el ya desaparecido centro, que se encontraba en la plaza de la Merced. Por eso, nadie mejor que él, que conoció y vivió los entresijos del Provincial para dejar por escrito su historia.
En enero de 2012, Sancho le regaló a la Universidad de Huelva toda su biblioteca, incluyendo revistas, vídeos, etc. para que diera buen uso de todo el material la futura Facultad de Medicina de la UHU. Durante el acto oficial de entrega de dicho material y firma del convenio con el entonces rector, Francisco José Martínez, éste le lanzó el reto al médico de escribir la historia del Hospital Provincial, incluyendo en el texto anécdotas y vivencias. “Aquel reto era un sueño mío. Vi que se hacía realidad y decidí aceptarlo”, afirma el doctor.
Como no podía ser de otra manera, el libro se presentó el pasado 27 de noviembre en el salón de actos de la Facultad de Empresariales de la UHU, edificio donde antes se ubicaba el Hospital Provincial. En este documento, Sancho ha volcado el cariño desmedido que sigue profesando al centro: “fue donde me formé y conocí a magníficos profesionales, donde tuve muchos amigos y donde estaban atendiendo a los enfermos las maravillosas monjas de la Caridad, las hermanas de San Vicente de Paúl, comunidad que tantos años ejerció en los hospitales públicos españoles y a la que nuestra sociedad debe tanto”.
El ejemplar, que se divide en ocho capítulos, parte del año 1605, cuando el Cardenal de Sevilla, Niño de Guevara, mandó que se instalara en Huelva la Orden Monástica de los Mercedarios Descalzos, momento en el que se creó el convento y la iglesia de la Merced en la capital onubense. Entre los datos que se aportan, se indica que se decidió hacer la iglesia sobre la ermita de San Roque que allí se encontraba, en el sitio denominado Vega Larga. La iglesia y el convento tardaron mucho en construirse, sufriendo grandes contratiempos, entre otras causas, por el terremoto de Lisboa de 1755, que destruyó parte de lo levantado y obligó a parar las obras.
Sancho narra en su libro que toda la edificación era propiedad del conde de Niebla, pero con la desamortización de Mendizábal se convirtió en cuartel, instituto y casa de reclutas hasta que en 1863 la Diputación le compró al conde el convento y la iglesia. En un tercio de la planta baja se montaron las oficinas de la corporación provincial y, a partir de 1869, se transformó el resto del edificio –lo que quedaba de la planta baja y la primera planta, ya que la segunda se construyó en 1953- en Hospital Provincial. Así estuvo funcionando hasta el año 1984, cuando motivado por la nueva Ley de Sanidad se inicia el traslado al Hospital Infanta Elena, cerrando en noviembre de 1985 definitivamente las puertas del Hospital de la Merced.
Nada más crearse el centro sanitario, en 1876, la Diputación contrató para asistir a los enfermos y realizar diversas labores a la comunidad de Hijas de la Caridad, “que desempeñaron su magnífica labor hasta el cierre del hospital en 1985”, pone de relieve el doctor Rafael Sancho.
El Hospital Provincial tomó gran impulso con la llegada de los que fueron jefes de servicio de cirugía general, los doctores Vázquez Limón y Sanz de Frutos en 1928 y 1934 respectivamente. Con ellos se inician en Huelva dos escuelas que se convierten en un reclamo para que médicos de otras especialidades con prestigio y formación quisieran trabajar en el centro onubense. “Fueron auténticos maestros y con ellos nos hemos formado muchos cirujanos de Huelva”, apunta Sancho, quien aprendió a las órdenes de ambos.
Al estallar la Guerra Civil, las dos grandes figuras de la cirugía estuvieron los tres años del conflicto ausentes. En este punto, el autor destaca la labor de Sanz, quien estuvo en hospitales de primera línea, en los denominados hospitales de sangre, en los que practicó nada menos que 10.500 intervenciones quirúrgicas.
Al llegar la década de los 60, el Provincial vive un nuevo empuje con la incorporación de prestigiosos médicos que también crearon escuela, como fueron Luis Carrascal en Medicina Interna; el otorrino González Salcedo, que llegó a ser presidente de la Asociación Andaluza de Otorrinos e incluso presidente del Colegio de Médicos de Huelva durante unos años; Coll Taberner, Primero Varela Pareche y el ginecólogo Varela Núñez. Este último hizo una gran reforma del organigrama del Hospital en 1969, cuando era director técnico del mismo, creando, por ejemplo, el servicio de traumatología –que independizó de cirugía- y el de cirugía vascular.
Asimismo, Sancho también habla en el ejemplar de los últimos profesionales que tuvo el Provincial y que mantuvieron la fama del centro hasta su cierre en 1985. Es el caso de los doctores Font, Barrios, Manzano, Jiménez Cuesta, Robas, Valverde, Toronjo, Navarro, Pardo, etc.
A lo largo de todo el libro se citan no sólo a los médicos, sino también a todos los trabajadores del centro sanitario, desde porteros, enfermeros –era como se llamaba a los celadores-, enfermeras, administrativos, practicantes… Algunos de tal prestigio que el autor los llama “maestros”, como en el caso de García Moreno, García Castilla y Hernández Torres.
La Historia del Hospital Provincial de Huelva está salpicada de anécdotas –petición de quien incentivó a escribirlo a su autor- que hacen más amena su lectura. “Una de las más destacadas es la del muerto que se incorporó para pedir lumbre”, narra Sancho, y continúa señalando que “se trataba de un hombre que tenían recogido las monjas y gustaba de dormir la siesta en verano en las mesas de mármol de los difuntos. Un arquitecto muy conocido en Huelva se encontraba en el edificio para tomar medidas y construir su segunda planta cuando de repente el señor, que él creía muerto, se incorporó y le pidió fuego para encenderse un cigarrillo. Dicen que el arquitecto salió corriendo y no paró hasta que llegó al templete de la música de la Merced”.
Otra de las divertidas peripecias acaecidas en el centro sanitario y que recoge el volumen, es la de un ginecólogo que llegó para atender un parto en bicicleta. Según explica el autor, “el hombre no conducía y no encontraba ningún taxi, así que le quitó la bicicleta a un señor en la plaza de las Monjas y le dijo que fuera al hospital a recogerla. Cuando llegó al Provincial soltó la bici y salió corriendo al paritorio. El futuro padre era guardia civil y cuando vio llegar al médico preguntó ‘¿Quién es ese señor?’, a lo que le respondieron ‘El hombre que va a salvarle la vida a tu hijo”.
Por otro lado, Sancho ha querido dedicar un capítulo completo de su obra a hablar del inicio de la asistencia sanitaria pública en Huelva que hasta el siglo XVI era llevada, al igual que en el resto del país, por las casas de misericordia, que estaban atendidas por la iglesia y gremios como los de los barberos y los sangradores. Huelva tuvo casas muy conocidas como la del Diablo, en la calle Palos; la de Santiago y la Espada, que después fue la de la Soledad, hoy día sede de la Hermandad del Santo Entierro; y la Casa de la Misericordia de la calle San Andrés, posteriormente asilo de ancianos y Colegio de los Hermanos Maristas en la década de los 60 del siglo XX.
El doctor narra que en 1515 Cristóbal Dorantes, sobrino al parecer de Cristóbal Colón, donó un solar para levantar un hospital en la calle Méndez Núñez, frente a la iglesia de la Concepción que por aquel entonces ya existía. En aquel terreno se hizo el primer hospital de Huelva, que fue el de la Caridad y que estuvo funcionando prácticamente hasta que inició su andadura el Provincial de la Merced.
Finalmente, Rafael Sancho destaca que el libro está dedicado “a un póquer de ases: María, Diego, Gonzalo y Montse, mis nietos, que gracias a Dios me dan la vida” y recuerda que la norma no escrita del Hospital Provincial, al que tanto años de su vida dedicó “era la profesionalidad y la humanidad”.
Biografía. Rafael Sancho D’Herde nació en Gibraleón. Estudió Bachillerato en el Colegio Maristas y de cuarto a séptimo de Reválida en el Colegio Francés. En el verano de sexto entró de prácticas en el Hospital Provincial de Huelva con intención de hacerse practicante pero, tras un año allí, regresó al centro escolar para terminar sus estudios y posteriormente Medicina en Cádiz. Se licenció en 1962 y durante la carrera, siempre que tenía vacaciones, acudía al Provincial para hacer prácticas al servicio de los doctores Carrascal y Sanz de Frutos. Tras licenciarse, llegó a ser en el Hospitalario onubense desde médico de guardia hasta cirujano adjunto.
En 1974 estuvo en Italia con una beca de tres meses en el Hospital San Camilo de Lelis de Roma, donde tuvo la oportunidad de trabajar con el célebre profesor Carlo Santoro, de cirugía biliar.
En 1978 sacó las oposiciones de cirujano adjunto y cinco años más tarde pidió la excedencia de funcionario de la Diputación Provincial y se quedó como cirujano jefe de uno de los grupos de cirugía hasta 2004, año en que se jubiló del ejercicio público, aunque continuó en el privado hasta febrero de 2010.
Curiosamente, Sancho se doctoró tres meses antes de su jubilación, siendo la suya la primera tesis doctoral de Medicina que se defendió en Huelva, concretamente en el Colegio de Médicos, llevando ésta por título ‘Historia de la cirugía en Huelva y la provincia’.
Ha realizado publicaciones en congresos y moderado mesas redondas, además de ser miembro de la Asociación Española de Cirujanos y fundador y miembro de honor de la Sociedad Andaluza de Cirujanos.
9 comentarios en «La ‘Historia del Hospital Provincial de Huelva’ contada por la pluma del doctor Rafael Sancho D’Herde»
ME ECANTA LA FOTO POR LOS RECUERDOS QUE ME TRAEN….GRACIAS PASKI
Felicidades, Rafael
Enhorabuena tío Rafael. Me Ha dado alegría la noticia. Un fuere abrazo.Saludos a la
família
¿Dónde se puede adquirir el libro?
Felicidades x el libro Dr Sancho ,yo por suerte también pise ese hospital,haciendo practicas de auxiliar por 3 años y la verdad que fue una experiencia maravillosa con todos los profesionales y con esas monjas ,como la hermana sor dolores que estaba encargada de la planta de cirujias ,donde yo tanto aprendi.recorrí varias salas y a ultima fue maternidad .me siento orgullosa de ese hospital y usted Dn Rafael Sancho por haber escrito el libro ,que por supuesto lo voy a leer …
Mil gracias .un beso
Ana verdejo
Muchas felicidades Dr Sancho ,yo por suerte pise el hospital por 3 años del cual fue una experiencia maravillosa .donde hice las practicas en la planta de cirugía dirigida por Sor dolores. Maternidad y pediatría.
Enhorabuena En Rafael …un abrazo.
Donde puedo comprarlo porfavor
El hombre al qué le quitó la bicicleta era mi padre, Rafael el sereno.
¿ Donde se puede comprar el libro?…..Enorabuena
Hoy mi curiosidad, me ha llevado a buscar cosas de Huelva, de su historial médico, quise localizar a D.Felix Sanz de Frutos, siendo yo un niño me interviene en una operación de cadera, año 1960, en su clínica de la calle Queipo de Llano, fue un éxito, y mantuve su amistad hasta su fallecimiento, en 1991 tuve un accidente en Lugo, siendo el primero en pasar por allí el Dr. SANCHO Traumatologo, al que supongo hijo de nuestro actor principal en estas memorias, he conocido muchos pasajes aquí nombrados, el Dr.Carrascal tuvo una consulta de radiología en la Plaza de las Monjas, y conocí al Dr.Vazquez Limón, oriundo de Alosno, los ingleses de Río tinto y la Huerta de Mena, también dieron grandes profesionales de la medicina a Huelva.
Enhorabuena por el trabajo histórico de un servicio médico dirigido por dos excelentes profesionales, los doctores Sanz de Frutos y Vázquez Limon. Enhorabuena por las referencias patrimoniales del edificio.
¿Dónde es posible adquirir el libro?
Gracias.