Redacción. El Festival de Cine Iberoamericano de Huelva ha contado con la presencia del realizador chileno Moisés Sepúlveda, que ha presentado su ópera prima ‘Las analfabetas’ (Chile, 2013), que cuenta la historia de Ximena, una cincuentona analfabeta de clase media que se ha inventado todo lo que no ha podido leer. No vive mal pero vive sola, hasta que llega a su vida Jackeline, una joven profesora de primaria, desempleada, que intenta convencer a Ximena de tomar clases de lectura. Persuadirla le resulta imposible, hasta que encuentra una carta que la mujer ha guardado desde su niñez como el único tesoro que le dejó su padre al abandonarla, muchos años atrás. Así, ambas mujeres emprenden un viaje de aprendizaje donde descubren que hay muchas formas de ser analfabeta, que no saber leer es solo una de ellas.
Moisés Sepúlveda ha afirmado durante la rueda de prensa que, a pesar de que en Chile, como en otros muchos países del mundo, queda un porcentaje pequeño de personas que sufren el analfabetismo, su película no pretendía ser una denuncia sobre este hecho concreto sino “una excusa para hacer una crítica más estructural” de los problemas de la sociedad chilena.
“Es una película con mucha magia”, explica el director, aficionado también al ilusionismo. “En definitiva, la historia refleja a dos personajes que miran dentro del sombrero del mago y en ese acto pierden la sorpresa”, continúa Sepúlveda hablando de la historia, cuyo guión adaptó de la obra de teatro escrita por el dramaturgo Pablo Paredes, en un trabajo realizado de forma conjunta con este último.
‘La distancia más larga’. Un viaje entre extremos, entre la niñez y la madurez, entre la vida y la muerte, es lo que nos cuenta Claudia Pinto, directora de la coproducción de Venezuela y España ‘La distancia más larga’, a competición entre los doce largometrajes a concurso en esta edición.
Las dos caras de Venezuela quedan retratadas en esta cinta: el frenetismo de una urbe como Caracas y la paz de las montañas de la Gran Sabana, a donde va a parar su protagonista, Martina, papel encarnado por la actriz española Carme Elías. Le quedan pocos meses de vida y decide viajar al Amazonas para pasar sus últimos días en el lugar donde fue feliz. Su intención es subir al monte Roraima y dejarse morir por el camino, pero la inesperada aparición de su nieto le hará cambiar sus planes.
Ambas, Claudia Pinto y Carme Elías, acompañadas de la actriz Isabel Rocatti y del director de fotografía Gabriel Guerra -el “otro personaje protagonista” de la película”-, han acudido a Huelva y han ofrecido una rueda de prensa en la que han explicado todas las particularidades del rodaje de la cinta, muy marcado por el escenario y la meteorología de la zona. “El rodaje fue formidable”, ha explicado una emocionada Carme Elías, “cuando leí el guión quedé hechizada, todo lo que se narraba tenía una gran fuerza. Para mí ha sido una experiencia inolvidable y única y doy las gracias por el regalo de este personaje”.
Por su parte, Claudia Pinto se ha mostrado muy “halagada al escuchar hablar a los actores de la película, que es muy emocional, con el riesgo que eso supone, y conseguir que esa emoción fuera de todo el equipo, que se ha dejado el alma”. “Todo el equipo ha tenido una gran conexión emocional”, ha apostillado la directora, mientras que Isabel Rocatti ha insistido en lo “fascinante que ha sido todo el proceso y que se pueda medir algo tan difícil como la emoción”.
Gabriel Guerra, por su parte, responsable de la magnífica fotografía de esta película, la última en presentarse en la Sección Oficial, ha confesado cómo le marcó realizar este trabajo. “La película me dejó algo a nivel espiritual”, ha declarado el director de fotografía, que también tuvo que enfrentarse a dificultades durante el rodaje porque “la luz cambiaba por segundos”. “Agradezco el alto nivel de exigencia porque se ve en el resultado: el paisaje fue el personaje muy importante”.