Ramón Carrasco, bonariego que ha colaborado para Victorio & Lucchino y trabaja actualmente para una empresa alemana

Elisabeth Méndez. Con temperamento alegre y una simpatía que desborda límites, nos recibe José Ramón Carrasco desde Alemania, país en la que este onubense licenciado en Bellas Artes se encuentra trabajando desde hace cinco años para Maler Rauch, una de las empresas artesanales de pintura más importantes allí, plasmando su arte en los más variopintos escenarios, desde edificios públicos a casas particulares, teniendo el placer además de ver volar sus trabajos a través de helicópteros en los que plasma sus  composiciones artísticas.

Amante de la cultura, la artesanía y la naturaleza, este onubense, natural de Bonares, para el que el trabajo y las fiestas son amigas inseparables, cuenta a sus 32 años con un exquisito currículum en el que se plasman desde su formación en la Escuela de Arte León Ortega de Huelva o la licenciatura de Bellas Artes en la Universidad de Sevilla, a experiencias como su trabajo en la restauración de la Plaza de España de Sevilla, sus colaboraciones durante varios años con la conocida firma de moda española Victorio y Lucchino o sus murales para empresas onubenses, como por ejemplo el hotel ‘Pequeño Rocío’, ubicado en la aldea almonteña, además de sus  trabajos en Alemania.

Con optimismo y energía, dejando de lado esa tranquilidad que, según nos confiesa, le caracteriza, este ‘Onubense por el mundo’ nos hace un hueco en su apretada agenda para compartir con Huelva Buenas Noticias su interesante experiencia en el extranjero, manteniendo con nosotros una interesante y amena conversación.

– Ramón, ¿Cómo surgió la idea de irte al extranjero?
– Siempre me quedé con la espina clavada de no haber podido irme con una beca Erasmus a algún país extranjero, así que tras viajar por Europa y experimentar estancias fuera de España, me decanté por probar como sería vivir en algún otro país. A tomar esta decisión también me ayudo la crisis económica que por aquellos años ya asomaba, dándome el empujón que me faltaba.

– ¿Y en que parte de Alemania vives?
– Estoy en una ciudad llamada Donauwörth, cerca de Augsburgo y a una hora en coche de Munich o Nüremberg en la Baviera alemana, por lo que se encuentra muy bien comunicada.  Está a orillas del Danubio y se originó con un asentamiento de pescadores, siendo en la actualidad una ciudad pequeña de unos 20.000 habitantes. En España estaría considerada un pueblo, pero aquí los pueblos más o menos grandes pasan a llamarse ‘Stadt’, es decir ciudad.

Es muy tranquila, e increíblemente bonita. Se sitúa en la ruta Romántica alemana y está rodeada de naturaleza, lagos, arroyos, ríos y árboles.

– ¿Qué es lo que estás haciendo allí?
– Trabajo como pintor artístico para Maler Rauch, una empresa de unos 100 trabajadores que se dedica a pintar helicópteros, edificios, y casas particulares. La mayoría del tiempo me dedico a hacer pinturas murales en ayuntamientos, edificios públicos, casas, y empresas.

– Se te nota entusiasmado al hablar de tu trabajo, supongo que será una experiencia muy positiva para ti, ¿verdad?
– Si. En general, la experiencia de vivir fuera de tu país es bastante positiva. Se ve todo en una perspectiva diferente y se adquiere bastantes conocimientos. Y en particular, Alemania me ha ofrecido, además de bastantes conocimientos en lo personal y profesional, una forma más efectiva de ver las cosas.

– Entonces, ¿recomendarías tu experiencia?
– Si, se la recomiendo sobre todo a gente con muchas ganas de trabajar, con estudios y con mucha positividad. Además,  Alemania es ideal  para las personas que quieran hacer turismo y les guste la cerveza.

– ¿Y no extrañas tu tierra?
– Por supuesto que la extraño. Echo de menos a mi familia y a mis amigos, aunque sea un tópico es algo que le pasa a todo el mundo cuando está lejos de ellos durante muchos meses. Pero Huelva, y en concreto mi localidad, Bonares, siempre estarán ahí y creo que aún no es el momento de volver.  Tendré que conformarme con pasar allí mis vacaciones.

– ¿Cuáles son los mejores recuerdos que tienes de Huelva?
– Las fiestas, la gastronomía y la playa en verano. ¡Solo de pensarlo ya me dan ganas de volver! (risas).

– ¿Y qué es lo más duro de vivir en otro país?
– Al principio lo más duro es el idioma. El alemán es bastante complejo y yo me vine sin tener ni la más remota idea de alemán. Bueno, sabía decir hola y adiós (risas). Pero con el tiempo el idioma pasa a ser algo secundario porque sin darte cuenta lo terminas hablando con naturalidad, y deja de ser un problema.  Ahora lo más duro es estar lejos de la familia y los amigos de toda la vida.

– ¿Algún mensaje para ellos, y para todos los onubenses en general?
– A todos les quiero hacer llegar el mismo: que valoren Huelva porque no saben bien el tesoro de tierra que tienen. Cuando estás allí no le das importancia a nada, pero cuando estas lejos te das cuenta de que Huelva es el mejor lugar para vivir.

– Ramón, háblanos de tus planes de futuro.
– Pues parece ser que estaré aquí mucho tiempo, incluso me he comprado una casa, por lo que mis planes de futuro a corto y medio plazo son totalmente alemanes. Así que ahora mi mente solo piensa en trabajar, disfrutar de la vida todo lo que se pueda y luego…ya se verá.

– Y por último, ¿algunas anécdotas de tu experiencia en Alemania  que quieras compartir con nosotros?
– Anécdotas tengo muchas. Podría mencionar algunas, como cuando estuve en el Oktoberfest (la fiesta de la cerveza de Munich), y estaban sentadas en la mesa de al lado unas señoras mayores que se bebieron cada una un litro de cerveza en unos minutos. Mi cara lo decía todo.
Otra puede ser que en Alemania en invierno las temperaturas pueden llegar a -10 grados e incluso menos, y al principio mi método de lucha contra el frío era ponerme muchísima ropa: dos pantalones, varias camisetas,  jersey, abrigo, tres o cuatro calcetines, etc. El problema es que los alemanes ponen la calefacción muy alta en las casas, así que yo era llegar y empezar a quitarme capas de ropa. Con el tiempo me di cuenta que la solución estaba en comprar un abrigo alemán y unas botas preparadas para la nieve, así no hace falta colocarse tanta ropa y se va mucho más cómodo.

Y por último me gustaría compartir con vosotros que aunque las personas aquí tienen un carácter más independiente, y por eso tiene fama de personas frías,  al conocerlos son gente muy sincera y cariñosa. Merece la pena convivir con ellos.

Ramón, muchas gracias por dedicarnos parte de tu tiempo y darnos a conocer tu interesante historia en el extranjero. Que sigas disfrutando de tu experiencia.