Mari Paz Díaz. El nombre de cualquier municipio es el reflejo de su historia. Una historia especialmente rica cuando se habla de la provincia de Huelva, porque desde el Paleolítico han pasado por esta tierra múltiples culturas (fenicios, tartesios, romanos, visigodos, musulmanes o cristianos). Y cada uno de estos pueblos ha dejado su huella, tal y como se refleja en la toponimia, un panorama cuanto menos singular y curioso.
Es cierto que no todas las culturas tuvieron la misma impronta, puesto que en la mayoría de los casos depende del tiempo de ocupación. Así, la influencia árabe y latina es realmente evidentes. En Huelva Buenas Noticias hemos querido acercarnos a esas raíces, ya que muchos de estos términos proceden de alguna característica del terreno, de la forma de vida de sus habitantes o de grupos étnicos. Un aspecto más de la identidad de cada lugar.
Huelva, de Onuba a Welba. El nombre de Huelva tiene una amplia historia detrás. Su nombre originario más conocido es Onoba u Onuba, de origen fenicio, resultante de Onos Baal o ‘Ono-Baal’, que significa ‘Fortaleza de Baal’, dios del sol y el fuego. Este término en la época romana pasó a ser el de Onuba Aestuaria. El sobrenombre de Aestuaria, se le dio por estar a orillas de un río que sentía los aestos o crecientes del mar. Un toponimio que ha dado lugar al gentilicio de los habitantes de Huelva: onubense. Algo similar a lo que sucede en Gibraleón, cuyo gentilicio toma su nombre antiguo de Olont, olontenses, una ciudad cuyo origen data del siglo VI a. c.
Con la llegada de los árabes, Huelva tuvo nuevos nombres, como Awnaba y Guelbah o Gaelbah, Umba y Welba, que con la presencia cristina se latinizó lentamente hasta el actual: Huelva. También lo citaron como Olba, en la época tartéssica, según recogió el arqueólogo alemán Adolf Schulten.
Influencia árabe. La influencia árabe en la lengua castellana ha sido significativa, especialmente en el nivel léxico, debido a la prolongada presencia de Al-Andalus en la Península Ibérica. Una influencia que fue especialmente notoria en la zona sur, como sucede en la provincia de Huelva.
Por ello, varios municipios onubenses tienen su origen etimológico en el árabe. Es el caso de Alájar, que significa ‘piedra’ o Almonaster, ‘el monte’. En concreto, Almonaster la Real, cuyo nombre procede del árabe al-munastir, con el tiempo derivó en el término de origen latino que significa ‘El Monasterio’. De origen árabe también es Sanlúcar de Guadiana y Zufre, que proviene de la palabra árabe ‘Sufre’, que significaba tributo.
Lo mismo sucede con el término Almonte, de origen arabesco, aunque fue un apellido muy utilizado por los sefardíes, expulsados de la Península en el siglo XV. También ocurre en el caso de Valverde del Camino, cuyo origen se encuentra en una venta o mesón que se llamaba Facanías, nombre de origen hebreo o árabe. En una venta también tuvieron su origen otras localidades, como Villanueva de las Cruces.
Árabe también parece ser el vocablo de Zalamea, que significa ‘pacífica y saludable’, si bien su origen fue una ciudad romana de la Bética llamada ‘Calento’. Luego, con la toma del lugar por los cristianos, se castellanizó al nombre actual.
En la Sierra, no está muy claro cómo surgió el nombre de Aracena, ya que hay teorías que apuntan a que fue un núcleo hispano-árabe denominado Qtrsana, aunque otras teorías citan su origen en Aretiena o Arciena, haciendo referencia al nombre del propietario de una villa romana de la zona.
Tampoco se tiene claro en el caso de Galaroza, cuyo origen pudo ser islámico, Al-Jaroza, que significaba ‘Valle de las Rosas’, Valle de las Doncellas o Valle de la Desposada. La leyenda de su origen habla de la pérdida en el bosque del príncipe bereber Ysmail en el que se adentró en busca de una mujer de la que quedó encantado.
Huelva Romana. La influencia romana es evidente en gran parte de la provincia de Huelva. Normalmente, el nombre latino luego fue transformado por árabes y cristianos. En la terminología latina fue frecuente poner el nombre del propietario romano de la villa.
Los ejemplos son múltiples. Algunos tan conocidos como Arucci, de Aroche, Nervae de Nerva, o Itucci (Tejada la Vieja), origen de Escacena del Campo (Talyata, en la época árabe). Y otros no tanto, como el de Cala, pues los romanos la bautizaron con el nombre de ‘Restituta Llulia‘, ‘Paterna Fabula’ para Paterna del Campo o Lucena, que parece derivar de su nombre romano ‘Lucius’. Y La Palma del Condado parece contar con un nombre de origen romano, de ‘Palma Urianorum’ o ‘Palma Olea Notum’.
También encontramos similitudes en los nombres de Chucena, que era la ‘Villa de Sucius’, o Bollullos, ‘Villa de Montanius’.
Por su parte, el nombre de Moguer procede del término romano Urium, cuando era una villa de los siglos I y II a. C. con una torre de defensa, si bien ya hubo asentamientos neolíticos y fenicios anteriores.
Romano también es el origen del nombre de Palos, que procede del vocablo Palus, que significa ‘Laguna’. Así se llamó hasta 1642, cuando el Concejo Municipal de Palos adoptó el nombre de Palos de la Frontera.
En el caso de Lepe, sus primeros asentamientos romanos tuvieron el nombre de Laipe Megala, Laepa y Praesidium, siendo el segundo término el más factible. En la época de los árabes fue definida como la ‘Ciudad al lado del mar Océano’, allá por el siglo XIII, cuando recibe el nombre de Labb, del que deriva su denominación actual.
Más cambios ha sufrido el municipio de Niebla, que dada su importancia ha acogido a numerosos pueblos que iban influyendo en su terminología. Así ha pasado de Ilípula, con los tartessios; Ilipla, con los romanos; Elepla, con los visigodos; Lebla, con los musulmanes; y, por último, Niebla, con los castellanos.
Poco claro está el origen del nombre de Ayamonte, ya que existen teorías que hablan de los íberos como el pueblo que le llamó Aya, que significa ‘monte’, hasta los romanos, que lo citaban como Aia Montis. Otras fuentes hablan de que fueron los griegos los que se asentaron en esta zona de Costa, citándolo como Anapote o Anapotanema, que significa ‘Fortaleza sobre el río’. Menos probable parece ser que el caudillo árabe Ayud o Ayad le otorgara su nombre. Lo que es realmente cierto es la denominación romana que cita la desembocadura del río Guadiana, donde se encuentra Ayamonte, como ‘Ostium Fluminis Anae’, que significaba ‘Puertas del río Ana’.
Muy conocido es el nombre primitivo de Isla Cristina, nombre que adquirió la localidad el 12 de abril de 1834 por petición popular en honor de la reina María Cristina de Borbón después de la epidemia de cólera de 1833-34. Hasta entonces, la localidad se llamaba Real Isla de La Higuerita, nombre con el que se crea en 1802. En realidad, aquella denominación procedía de La Higuerita, La Figarilla o La Figuereta, como se llamaba al primer asentamiento estable hacia 1755. El origen de esta terminología era una referencia al lugar donde se recogía agua en los primeros momentos de su poblamiento, el pozo de la higuera, donde Faneca, el primer poblador de La Higuerita, construyó su casa, tal y como recoge el escudo de la ciudad.
Otro nombre es el de Rociana, que parece derivar del vocablo ‘Russiana’, pero que también pudo ser los de ‘Roscius’ o ‘Rossius’ en referencia al sotobosque arenoso típico de la margen izquierda del río Guadalquivir. En 1959, el Ayuntamiento le añade ‘del Condado’ para incluir sus vinos en la denominación de origen.
De influencia tartéssica parece ser el nombre de Bonares, nacido de la finca denominada Los Bojeos, cercana al río Tinto, y en la que aparecieron restos de una villa romana perteneciente, posiblemente, al siglo I.
Carteia es el vocablo fenicio que derivó en Cartaya, mientras que Cortegana en la época visigótica se llamaba ‘Cortesa’, vocablo que en su etapa árabe pasó a denominarse ‘Cartsana’.
Curioso es también el caso de Cumbres Mayores, cuyos orígenes se encuentran en un asentamiento celta llamado ‘Capote’, que significa ‘Castillo fuerte’, ‘Altura fortificada’. Luego, la población celtibérica fue sustituida por la romana, cuando la ciudad recibe el nombre de Nertobriga Concordia Iulia.
De procedencia leonesa es el nombre de Jabugo, que viene de la palabra ‘sabugu’ o ‘xabugu’ para hacer referencia a un lugar donde abundan los saucos. Algo similar a lo que puede suceder con Hinojos, que aunque existen muchas versiones sobre su nombre, todo parece indicar que se toma cuando Alfonso X ‘El Sabio’ recoge hinojos en la conquista de la ciudad al ser una planta que abundaba en la zona.
San Juan del Puerto fue en principio Puerto de San Juan, por estar situado junto al río Tinto, pero la Casa de Medina Sidonia eligió el nuevo nombre en honor a San Juan Bautista. Puede encontrarse similitudes con Santa Olalla del Cala, que se llamaba en tiempos de Roma ‘Ponciana’, pero pasa luego a Santa Olalla de la Sierra y Santa Olalla del Carril por referencia a Santa Eulalia de Mérida, hasta 1920 cuando se deja influenciar por el río Cala, afluente del Huelva, que baña sus tierras.
De procedencia cristina también parece ser el nombre de Manzanilla, que aparece en el Libro de Repartimiento de Fernando III el Santo como Machiniella, Machanilla o Mançaniella, nombres que han sufrido escasas variaciones y que proceden de su etapa como ciudad romana, cuando se llamaba Maxilua.
Con todo, hay casos de municipios onubenses que han cambiado de nombre en la época contemporánea, no en una etapa antigua. Es el caso de El Campillo, que de un asentamiento agrícola pasó a tener dos partes diferenciadas, la antigua y El Campillo Nuevo, que surge al amparo de las explotaciones mineras. Pero fue durante la II República cuando su nombre se cambió al de Salvochea, en honor al anarquista Fermín Salvochea.
Con todo, existen muchas más referencias en la provincia de Huelva, como puede ser el caso de Paymogo, el País de los Magos, o Valdelamusa, el País de las Musas. Todas prueban la riqueza de Huelva. Pero, sin duda, no son las únicas.
18 comentarios en «De Huelva, Onuba, de Paymogo, El país de los magos… El origen de los nombres de los pueblos de Huelva»
Tenía entendido que el origen es esa venta Facanias, pero que el nombre viene de su
situación geográfica, » un valle verde que era camino de transeúntes » y que descansaban en esa venta.
Gracias por hablar de nuestra tierra.
La homónimo Zufre no proviene de la palabra árabe Tributo, los diferentes nombres que ha tenido desde el Siglo XIV han sido Xufre, Sufre, Cufre, Zufre…y es probable que, al igual que Zafra, provengan de la palabra Sajra, pedregosa. Los últimos estudios también abalan una hipótesis que sigifica Encina…nada está claro.
Me ha encantado conocer las origens del nombre Huelva por que no había entendido muy bién el porque de sus nativos llamarse «onubense». Gracias!Tengo mucha gana de conocer esa tierra. Saludos desde Brasil!
el gentilicio de onubense, viene de la antigua villa romana Onoba, llamada posteriormente Onuba, y actualmente Huelva, que al parecer viene del árabe Welfar ó Welba, hay varias opiniones. Saludos
El nombre de Paymogo, puede ser de origen gallego-portugués: pai, padre y mogo de meigo, mago. Un pai meigo es un jefe de magos o druida celta. Así que Paymogo significa Driuda.
Respecto al origen del topónimo Gibraleón, en la actualidad se identifica Olont con la población de Aznalcázar (Sevilla), donde se conocen restos romanos de época altoimperial, así como una necrópolis tardorromana.
Más aceptación tiene la interpretación de su origen de José Antonio Conde, aceptada por Rodrigo Amador de los Ríos, Asín Palacios, y más recientemente por los filólogos Gordon y Ruhstaller, como procedente de Yabal Al Uyun, que significa «Monte de las Fuentes» como así aparece denominada en las obras de los geógrafos hispanomusulmanes Al-Udrí (s. XI) y Al-Idr?s? (s. XII).
Me parece que no es correcto lo que se expresa del nombre de Paymogo..Paymogo significa Pay ( Tierra o lugar )..Mogo ( de mojones o hitos fronterizos )..o sea Paymogo=Tierra de hitos fronterizos..
Me gusta más, el de la tierra de los magos de origen druida.
Recuerdo que hace tiempo leí en algún libro que el nombre de «Onoba», significaba algo así como «Ribera con juncos». He intentado corroborarlo, pero no he logrado localizar la fuente.
¿Alguien mas ha leído esta definición?
Mira, yo no lo he leído, pero he vivido en Huelva y es factible que proceda o se le llame «Tierra de juncos» . Huelva está cercada por el mar y también rodeada de marismas, que allí precisamente es donde crecen y viven estas plantas.
Fuenteridos tiene el nombre de «fuente de los feridos». Ferido es una palabra leonesa (Fuenteridos es un pueblo,como muchos otros de la Sierra,de colonización leonesa)que significa «turno de riegos».Por lo que Fuenteridos se llamaba «Fuente de los turnos de riego», de ahí Fuenteridos.Los turnos de riegos eran por las numerosas huertas que hay en su término.
Los topónimos son más antiguos de lo que parecen pues como saben toda esa costa, y toda la andaluza, que yo no he visitado aún debido a la lejanía, se hunde en el Paleolítico. Entonces la gran mayoría, por mi investigación y descubrimiento, son líbicos como la propia Huelva/Ilba, padre dios. Todo fue líbico entorno al Mediterráneo en el Neolítico. Luego lo que decimos árabe es a veces amazige o bereber, pues fueron ellos la mayoría de tropas y gente que vienen a España con las élites árabes. Y después viene Tartes, gente quizá procedente del Egeo, exploradora y minera, de origen líbico. Aparecen las culturas mineras de Los Millares y más tarde El Argar. Crearon el emporio en el Egeo hasta que desaparecen por causas de un volcán. Cuando se reinician los contactos con los llamados fenicios, que no existieron pues eran tirios,los que fundan Cartago, huyendo de la presión siria en Levante. Así,pues, la toponimia hunde más profundas sus raíces, y estamos en ello indagando los orígenes y dándoles una vuelta. Atentamente
Muy interesante. Gracias.
Bien por Mari Paz Díaz. La selección de temas que realiza en HBN es magnífica. Y ésta no puede ser menos, por la importancia de ese motivo originario de los nombres de nuestros pueblos. Y bien desconocido por cierto.
No es malo que se vayan desvelando desde HBN esos elementos antropológicos que forman el alma de nuestra sociedad.
Quiero más.
Feliciddes.
Enhorabuena por este artículo. Cultura general de la provincia de Huelva.
Los orígenes más certeceros los encontraréis en el libro de Huelva de Rodrigo Amador de Los Ríos
Me van a disculpar, pero esa supuesta expresión fenicia «Onos Baal» que nombran, no tiene ninguna consistencia etimológica (lingüística) , a pesar de que la encontramos continuamente repetida en multitud de escritos pseudocientíficos y foros locales que se refieren a este tema.
Los especialistas, aunque discuten el origen de este topónimo, oscuro y dificultoso como otros muchos, concluyen en dos posibles raíces:
– una fenicio/púnica con relación a la voz anâb, con sentido «lugar de racimos».
– otra, más compartida, del antiguo ibero, con sufijo -uba/-oba, que parece hacen referencia al agua, presente en otros topónimos peninsulares, algunos cercanos como CORDUBA (Córdoba), OSSONOBA (Faro, Portugal), MAINOBA, CALDUBA, NICOBA (ribera próxima a Huelva capital), etc…
La evolución del nombre de Huelva podría por tanto haber sido: ONUBA > *ON´BA > *UENBA > *UELBA > HUELVA.
Hasta aquí podemos llegar en base a hipótesis científicas, ya hablar de fortalezas y dioses es entrar en terrenos muy pantanosos. Saludos.
Cuando se indica el origen de un topónimo (nombre de lugar) hay que aportar todas sus posibles etimologías, y hacer una mínima referencia a los estudios realizados con las distintas soluciones aportadas. Es muy simple (y al mismo tiempo muy discutible) la información que sobre el topónimo ZUFRE se da en esta noticia, por lo que se haría necesario buscar más datos en la bibliografía al uso o incluso a través de internet en donde se pueden localizar buenos estudios para así contrastar la información de lo que se habla (sin ser necesario profundizar lingüísticamente pues está claro que ese no es el motivo de esta noticia). Dicho esto, hay que tomar con muchas reservas la etimología propuesta por el arabista Asín Palacios para el topónimo Zufre, ya que un vocablo con significado ‘impuesto, tributo’ difícilmente puede generar un topónimo, es decir un nombre de lugar con el que las gentes se orienten geográficamente, que es para lo que sirven los topónimos. En cualquier caso, cabría la posibilidad, tal vez, de que esta voz tuviera un sentido como “lugar donde se paga el portazgo (impuesto)” pues hay que tener en cuenta que esta localidad está emplazada junto a un puerto de montaña, el denominado Puerto de las Lobillas. De otra parte, también se ha barajado para su origen la posibilidad del étimo árabe sajra, “piedra”, indicado por otro arabista R. Valencia por aquello de donde se asienta la población, en un lugar en altura sobre un gran afloramiento rocoso, pero parece consensuado por los lingüistas que no conviene esta solución por claras razones fonéticas. Ha tomado últimamente más fuerza la teoría, bastante interesante y consistente, del investigador Pablo José Romero Gómez, que hace derivar su origen en la voz latina suber, “alcornoque, corcho” (suber>Sufre>Zufre). Para ello encuentra similitudes en el astur-leonés de Cantabria en las voces Sufra, zufra, azufra “alcornoque”, en el maltes sufra “corcho, alcornoque”, en el albanés zufer o xufer “alcornoque”, y en dialectos del sur de Italia, zufare “corcho”. En definitiva, que hay que indagar un poco al respecto pues la difícil ciencia de la Toponimia tiene interesante respuestas que deben de ser expuestas. Gracias y un saludo.