S. D. Kelvin de la Nieve se vistió de oro en los Juegos del Mediterráneo que se disputa en Mersin (Turquía), tras derrotar en la final al italiano Vicenzo Picardi en un combate tremendamente igualado (2-1). El boxeador onubense logra así el oro más ‘bienvenido’ de su ya dilatada carrera, tres meses después del fallecimiento de su mentor, su padre boxístico, el onubense Bienvenido Alloza.
Kelvin terminó una pelea con Picardi, que fue igualada, marcada por el equilibrio de fuerzas, y en la que tuvo que remar contra-corriente, con una mirada a lo más alto. Era el colofón a unos Juegos y el recuerdo al mismo tiempo hacia la persona que le hizo boxeador.
Lejos quedó otro italiano, Alfonso Pinto, que le impidió de pelear por el oro en Almería 2005, en sus primeros Juegos del Mediterráneo; y el del francés Jeremy Beccu, que le privó del oro en Pescara cuatro años después.
Ahora le tocaba saborear las mieles del triunfo labrado a base de tesón y entrega, y a saber recuperar el terreno perdido. Porque Kelvin no ganó el primer asalto de este duro Picardi, bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín. Fue del italiano, que entró al combate más decidido. Pero Kelvin, puro nervio, con la experiencia acumulada en otras peleas en las que le tocó ir a remolque, supo sobreponerse, y ir, tacita a tacita, ir ganando puntos de los jueces, hasta ganar una pelea complicada.
De la Nieve, que estrenó peso -52 kilos- en el Campeonato de Europa, ha evidenciado en Mersin que no extraña la categoría dada su trayectoria inmaculada que le ha propiciado coronarse como campeón y lograr el oro, después de dos incontestables triunfos (3-0) en su debut frente al francés Elie Konki, y el martes ante el boxeador local Inanli, en la antesala de la final.