María del Rosario Pérez Tristancho, elegida como la mejor residente de la provincia de Huelva por la Fundación Fabis

Mari Paz Díaz. María del Rosario Pérez Tristancho es una joven licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sevilla que acaba de finalizar su periodo de residencia de Medicina Interna en el Hospital Infanta Elena. La calificación de las prácticas ha sido de Destacado-Excelente. Y no sólo eso. Porque, además, María ha sido galardonada con el Premio Fabis al Mejor Residente formado en un centro del Sistema Sanitario Público de Andalucía (Sspa) de la provincia de Huelva, un reconocimiento que este año ha celebrado su primera edición.

La concesión de este premio le ha llegado a la joven finalizando un Máster por la Universidad de Sevilla sobre ‘Enfermedades Infecciosas’, asociado a un proyecto de investigación sobre artritis sépticas en el Complejo Hospitalario de Huelva, además de estar desarrollando estudios de postgrado con la tesis titulada ‘La carga viral comunitaria’.

En cualquier caso, este reconocimiento ha sido un aliciente para esta joven onubense, que nos cuenta en esta entrevista cómo acogió la noticia y cuáles son los objetivos que se ha marcado a partir de ahora.

-¿Cómo te sentiste cuando recibiste el Premio?
–Estaba muy ilusionada, desprendía felicidad a raudales. Me sentí muy agradecida por el premio recibido.

-¿Qué ha supuesto para ti?
–Para mí ha supuesto un reconocimiento al trabajo realizado durante todos estos años. Es muy gratificante que tu esfuerzo se vea recompensado.

-¿Y para tu familia?
–Para mi familia es una satisfacción, porque ellos se han sacrificado mucho para que yo estudiara Medicina -y no sólo económicamente. Así que ellos también se han visto recompensados con este galardón.

-¿Cómo fue tu experiencia en el hospital?
–Mi experiencia ha sido inmejorable. He conocido a una segunda familia, puesto que, en muchas ocasiones, he compartido más tiempo con ellos que con la mía propia. Mis adjuntos y tutores me han aportado de forma desinteresada conocimientos, experiencia, profesionalidad y humanidad, así que les estaré eternamente agradecida. He de nombrar también a mis compañeros de residencia, ya que siempre hemos estado muy unidos y, además, me llevo conmigo a grandes amigos, amigos con mayúsculas. Y, en especial, a mi compañera de residencia, a María Piedad Rodríguez, con la que he compartido estos cinco años.

-¿Con qué momento te quedas?
–Es difícil quedarme con uno solo. Me quedaría con todos, los buenos y los malos, porque todos han sido enriquecedores, tanto a nivel personal como profesional.

-¿Cuál ha sido tu trayectoria hasta ahora?
–Estudié Medicina en Sevilla (2001-2007) y posteriormente hice el MIR en Oviedo. Elegí la plaza de Medicina Interna en el Hospital Infanta Elena, donde hace unos días acabé mi residencia. Actualmente, estoy finalizando un máster de Enfermedades Infecciosas y realizando mi tesis doctoral. Le estoy agradecida a todos mis adjuntos que me han ayudado a publicar en revistas, libros y aportar pósters y comunicaciones a congresos, además de la relación personal que me han brindado.

-¿Por qué elegiste Medicina y Cirugía?
–Porque creo que no hay ninguna profesión más satisfactoria. Es una profesión muy sacrificada, muchos años de estudio, puesto que la licenciatura son seis años, renunciando a muchos momentos con la familia y con los amigos. Luego tienes que realizar un examen compitiendo a nivel nacional para poder coger una especialidad que dura cuatro o cinco años, dependiendo de cuál escojas. Es decir, estamos hablando de once o doce años para conseguir ser médico. En mi caso son doce años porque mi especialidad tiene una formación durante cinco años. Pero cuando alcanzas esta meta se mitiga este sacrificio y obtienes tu recompensa.

-¿Cuáles son tus planes a partir de ahora?
–Ahora inicio una nueva etapa como especialista en Medicina Interna. Y aunque he finalizado en uno de los peores años, tengo la suerte de poder trabajar en breve en otro hospital, en el de San Juan de Dios de Bormujos. Así que estoy muy agradecida por ello.

-¿Te gustaría seguir con la investigación?
–Es otra faceta de mi profesión, pero he de ser sincera y la parte asistencial me atrae demasiado. De todas formas, no descarto dedicarme a ello.

-¿Qué te gustaría conseguir?
–Siempre me gusta tener metas e ir alcanzándolas. Actualmente me encantaría poder terminar mi tesis doctoral y conseguir un trabajo digno y estable equivalente a tantos años de estudio.

-¿Algún consejo a todos los que estén estudiando Medicina?
–Les aconsejaría que estudien mucho y que sean muy constantes, porque es una profesión en la que hay que estar siempre renovándose. La ciencia avanza a pasos agigantados y te puedes quedar anticuado en escasos años. Decirles que luchen por esta profesión y que no se rindan nunca a pesar del sistema que nos rodea. Es muy gratificante poder aliviar un síntoma, diagnosticar y tratar una enfermedad, dar vida a las personas, etcétera. La salud es lo más preciado que tenemos, así que ánimo.

-Para terminar, ¿cuál sería tu balance de la experiencia?
–Quería agradecerle este premio a la Fundación Fabis y dedicárselo a mi familia, a mis adjuntos de todas las rotaciones durante mi formación en el Hospital Infanta Elena (Medicina Interna, Cardiología, Infeccioso, Digestivo, Cuidados Intensivos, Neumología, Neurología, Endocrinología, Urgencias), a Cuidados Paliativos del Hospital Vázquez Díaz, Nefrología y Neurología del Hospital Juan Ramón Jiménez, Centro de Salud de Adoratrices, Medicina Interna del Hospital San Juan de Dios de Bormujos y a mis compañeros de residencia. A todos, gracias.