Fernando Camacho / Bonares. Como cada primero de mayo, Bonares sale a la calle para festejar uno de sus patrimonios culturales e históricos. Son 12 las cruces que pasean en procesión por el pueblo, portadas por los más pequeños y que comienza con una misa en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, donde reciben una bendición del párroco y posteriormente tiene lugar una procesión por las calles acompañados por los bonariegos y todo aquel visitante que quiere ser testigos de esta tradición tan valiosa en el municipio onubense.
Una vez realizado el recorrido por las calles y avenidas principales del pueblo, el cortejo finaliza en la plaza de la Constitución, donde todas las Cruces se ubican en dos filas paralelas y enfrentadas dejando un pasillo en el centro, para comenzar con sus respectivos estandartes, por orden de menor a mayor antigüedad, realizando las ‘caídas’ que son una especie de reverencia simbolizando con ello las tres caídas de Jesús antes de su muerte. Este gesto simbólico se efectúa mediante una genuflexión. Tras la realización de las caídas, un jurado popular formado por dos niños de cada Cruz, votan a las Cruces que hacen las mejores caídas. Este último año la Cruz de la calle Misericordia recibió el primer premio.
Las Cruces de Mayo son una de las tradiciones más importantes para muchos pueblos de Andalucía, que están presentes en el folclore popular y en la tradición histórica desde hace muchos años. En realidad la tradición de las Cruces se remonta al siglo III antes de Cristo, en épocas de Constantino I El Grande y es ahí desde donde encontramos los primeros escritos sobre las cruces de mayo.
La Cruz Chica es una celebración antesala de la gran festividad que son las Cruces de Mayo. En este caso son los más pequeños quienes portan una réplica muy fiel de las grandes. Un total de doce cruces que se celebra cada uno de mayo y a la que concurre gran cantidad de vecinos y visitantes.