Redacción. Los servicios de Inspección Pesquera de la Junta de Andalucía se han incautado de un total de 1.623 kilos de productos pesqueros a lo largo del mes de abril por no alcanzar la talla reglamentaria, carecer de etiquetado o ser transportados sin documentación. Todas las actuaciones han sido realizadas de forma conjunta con el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y, en un caso, con la Policía Local de Huelva.
Entre las especies intervenidas, destacan la bacaladilla, con 780 kilogramos, y la merluza, con 775 kilogramos. En el caso de la primera, el decomiso se produjo de un modo íntegro en una misma operación en carretera el pasado 12 de abril, mientras que en el de la segunda, la cantidad es el resultado de cuatro actuaciones diferentes, todas en carretera, ejecutadas durante los días 4 (28 kilogramos), 9 (99 kilogramos), 12 (60 kilogramos) y 15 de abril (588 kilogramos).
El balance lo completan 45 kilogramos de pulpo, 16 de coquina y 7 de almeja fina intervenidas los días 4 y 12 de abril, también en controles por carretera junto al Seprona de la Guardia Civil, a excepción de una de las actas, levantada por los inspectores de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente en un punto de venta ambulante en la capital de Huelva en colaboración con la Policía Local.
La sensibilización como garantía de sostenibilidad. La Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente desarrolla numerosas campañas de concienciación y sensibilización social en medios de comunicación y en colegios para sensibilizar a los ciudadanos en general y escolares en particular sobre la importancia de evitar la pesca, comercialización y consumo de inmaduros. Para ello, informa de las tallas mínimas exigibles del pescado para su consumo y la importancia que tiene respetarlas para preservar la continuidad de los recursos pesqueros.
En términos biológicos, la captura de ejemplares de talla no reglamentaria implica que dichos organismos tienen la consideración de alevines, al no haber alcanzado la madurez necesaria para reproducirse y producir una nueva generación de individuos, lo que a medio y largo plazo puede originar la desaparición de la especie. Además, este tipo de actividades atentan contra la salud pública, ya que estos productos no pasan por ningún tipo de control sanitario.
Desde la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente se recuerda que la captura, transporte y comercialización de ejemplares de talla inferior a la reglamentaria constituye una actividad ilegal que está tipificada como una infracción de carácter grave, cuya sanción puede alcanzar hasta los 60.000 euros.