Elisabeth Méndez. En una sociedad tan diversa como la actual, siempre han existido barreras hacía determinados colectivos. Es el caso de las personas con discapacidad, quienes se encuentran en su día a día con obstáculos físicos, psicológicos o sociales, impidiéndoles el desarrollo personal y educativo, y complicándoles de este modo su inserción en el mundo laboral.
Para combatir estas dificultades en la provincia de Huelva, en 1996 surge la Asociación de Jóvenes Especiales de Moguer ‘Abriendo Puertas’, creada por un grupo de padres que veían que sus hijos se quedaban desamparados una vez finalizada su etapa escolar, ya que por sus condiciones y discapacidades no podían acudir al instituto como el resto de sus compañeros.
Poco a poco, lo que nació siendo un centro de apoyo educativo, fue cobrando fuerza y diversificando sus servicios hacia el colectivo discapacitado, contando hoy día con cinco asistencias bien diferenciadas, desde la atención temprana, de 0 a 6 años, a los servicios de logopedia, apoyo educativo, Cursos de Formación Profesional y el Taller de empleo para personas con discapacidad.
Para conocer un poco más esta asociación, sus servicios y sus aportaciones en la provincia de Huelva, este periódico ha tenido el gusto de conversar con el gerente de Abriendo Puertas, Raul Custodio, quien nos ha hablado, entre otras cosas, sobre la satisfacción de trabajar en el día a día con personas tan especiales.
– ¿Cómo fue tu llegada a Abriendo Puertas?
Yo llegué a la asociación hace ya casi año y medio al enterarme que estaban buscando alguien con mi perfil para llevar la gerencia. Me interesé por el trabajo porque conozco el colectivo de discapacitados, ya que tengo un familiar que pertenece a él, y sabía que era un ámbito muy especial para trabajar, pero desconocía muchas cosas sobre este que me las ha ido enseñando mi año de experiencia en esta Asociación.
– ¿Cuáles son los servicios que prestáis?
-Prestamos un total de cinco servicios bien diferenciados, siendo uno de ellos una empresa, pues sus usuarios son trabajadores con los mismos derechos y deberes que cualquier otro. Se trata del Centro Especial de Empleo, donde tenemos contratados a nueve personas que trabajan con envases que irán destinados al embalaje de fruta posteriormente, principalmente de fresas y frambuesas. Contamos al frente de este servicio con una diplomada en Educación Especial.
Además del CEE, impartimos cursos de Formación Profesional para el Empleo, en los cuales, a través de una una educadora especial, preparamos a nuestros alumnos en algún oficio, enseñándoles además cosas básicas como hábitos y buenas costumbres, para poder lograr la inserción sociolaboral que perseguimos.
Por otra parte, tenemos el Centro de Atención Infantil Temprana (Cait), un servicio donde se presta atención personalizada a niños de cero a seis años con diversas patologías, derivados por los pediatras de su centro de salud, y que son atendidos por una psicóloga o logopedia según el caso concreto y el apoyo que necesite para su crecimiento. Este servicio surge de un convenio entre nuestra asociación, la Consejería de Salud y el Ayuntamiento de Moguer.
Como continuación del Cait, contamos con un servicio de apoyo logopédico para aquellos niños con dificultades en la comunicación oral, con edades comprendidas entre 6 y 18 años.
Y una última asistencia que prestamos es el apoyo educativo a aquellos niños que presentan alguna dificultad en el aprendizaje escolar, o que presentan discapacidades más importantes y notables, y a quienes se les da una atención muy personalizada enseñándoles una educación básica que le ayude a crecer con menores dificultades.
– ¿Qué se siente al poder trabajar con este colectivo de personas especiales? Tendrá sus ventajas e inconvenientes, ¿no?
– Nunca me ha gustado hablar de inconvenientes sino de dificultades; con estas personas, y sobre todo con las que tienen algún tipo de discapacidad intelectual, hay que tener una gran paciencia y vocación, pues cosas que son básicas o simples para el resto de las personas, para ellos se transforma en un gran reto. Y es ahí donde nosotros los ayudamos, haciéndoles crecer como personas y generándoles autonomía. Esto no solo beneficia a la persona en sí, sino que repercute sobre el bienestar y la salud de los familiares, quienes descargan de esta forma cierta responsabilidad y trabajo en nosotros para que les enseñemos a convivir con más personas en el día a día.
En cuanto a ventaja, la mayor de ellas es el gran amor y amistad que se recibe de estas personas, ya que antes de pedirte ayuda, ya te han ofrecido su amistad, y tengan mucho o poco que ofrecer, te lo ofrecen todo.
– Y en un trabajo tan gratificante como el que vosotros realizáis, ¿contáis con personas que os ayudan de forma voluntaria?
– Si. Además de las personas que componemos la Junta Directiva, contamos con un grupo de unas 15 voluntarias que actualmente vienen y colaboran de manera desinteresada con el CEE y con la asociación en general, además de los voluntarios que nos ayudan en la realización de actividades puntuales que llevamos a cabo durante el año con el objetivo de obtener fondos para la asociación, como pueden ser desfiles, chocolatadas en navidad, certámenes flamencos, etc.
– ¿A cuántos menores atendéis?
– Entre los tres servicios orientados a los más pequeños, de los que antes os he hablado, podemos atender de forma directa a un total de 60 usuarios de Moguer, de los pueblos vecinos y del resto de municipios de la comarca.
– ¿Qué tasa de inserción laboral habéis obtenido en 2012? ¿Como resumirías vuestro balance?
– A principios de 2013 hemos incorporado a dos trabajadores más al Centro Especial de Empleo como respuesta al aumento de la demanda del año anterior. Hemos intentado ofrecer este servicio a más personas discapacitadas, pero por temas particulares de los familiares o de las propias personas, no se ha podido conseguir. Hay que tener en cuenta que, por las características personales de estas personas, es difícil crearles un hábito de trabajo si nunca antes lo han hecho, y por eso intentamos no tener a muchas personas trabajando a la vez para que de este modo podamos ofrecerles una atención más adecuada a sus características.
Normalmente, todas las personas que contratamos son antiguos alumnos en prácticas que ya conocen la mecánica de trabajo, lo que a su vez es una forma de motivarlos en el periodo de formación, pues saben que los que mejor lo hagan seguirán trabajando con nosotros. Aunque es cierto que hoy día, debido al momento económico que vivimos, se hace cada vez más complicado no solo contratar a nuevos, sino mantener a los existentes, y esto ellos lo valoran aun más.
– ¿Qué medidas estáis llevando a cabo para sobrevivir en el difícil contexto económico en el que nos encontramos?
– Pues en una situación económica difícil como la actual, en la que muchas asociaciones han tenido que cerrar definitivamente o de manera temporal, viéndose los usuarios sin servicio o sin tener donde acudir a formarse y a aprender conocimientos básicos y necesarios, el hecho de que Abriendo Puertas siga prestando sus servicios se debe, en gran parte, a la entrega y esfuerzo de los empleados de la asociación, quienes continúan trabajando aún con retrasos en las nóminas de hasta cinco y seis meses, así como a nuestros proveedores, quienes nos dan bastante tiempo para poder efectuar los pagos correspondientes y que se les adeuda.
– ¿Tenéis algún proyecto en mente para los próximos meses en el taller de empleo?
– En el CEE el trabajo de las alfombrillas o almohadillas protectoras, así como el de colocación de pegatinas en las tarrinas de la fruta, son labores que realizamos prácticamente todo el año, a excepción del mes de vacaciones.
– ¿Cuáles son, desde tu punto de vista, las expectativas de futuro de la asociación?
– La asociación, viendo la realidad que estamos viviendo y lo que está ocurriendo con otras muchas asociaciones muy similares a la nuestra, se plantea como primer objetivo el afianzar y fortalecer los cinco servicios que actualmente tenemos en la actualidad y establecerlos como la base de trabajo de la asociación. Como metas a medio y largo plazo, tenemos la incorporación del mayor número posible de personas al mercado laboral, bien a través de nuestro CEE o a través de otros puestos de trabajo que podamos obtener en el mercado laboral, y profesionalizar y perfeccionar los servicios ya existentes, con inversiones que mejoren y aumenten la calidad de los servicios.