Miles de onubenses acompañan al Cristo de las Tres Caídas y la Virgen del Amor el Lunes Santo

Sergio Borrero. La calle Presbítero Pablo Rodríguez se volvía a llenar un día más de cientos de onubenses para ver salir a la Ilustre Hermandad de Nuestro Padre Jesús de las Penas en sus Tres Caídas, María Santísima del Amor y del Glorioso Apóstol Santiago de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús. Pasados unos 10 minutos de la hora fijada en la toma de horas,  las 16.45 horas, se abrían las puertas del Polvorín para que una marea de nazarenos con sus capas verdes y túnicas blancas echaran a andar alumbrando el caminar del Cristo de las Penas y su madre del Amor. Se estrenaba en el Lunes Santo la nueva junta de gobierno, con Juan Fernando Ojeda al frente.

Con el temor a la lluvia presente desde primeras horas de la mañana, el paso de misterio hacía su salida en una complicada maniobra dada las reducidas dimensiones de la puerta. Con los cuatro zancos a tierra y el casco del romano y un tozo de cruz quitados, la cuadrilla de hermanos costaleros comandada por Fabián Tello sacaba a la calle el portentoso paso de misterio que tallara el onubense José Oliva a finales de los años 40. Un paso que próximamente será restaurado como así acordaron sus hermanos para paliar las consecuencias del paso del tiempo.

La Banda de Cornetas y Tambores Jesús Nazareno volvía a poner sus sones un Lunes Santo al Cristo de las Tres Caídas. Tras salir los tramos de nazarenos que anteceden a la Virgen, unos 45 minutos más tarde hacía acto de presencia en el dintel de la parroquia el hermoso palio verde con bordados en oro del también onubense y hermano de la cofradía Manuel Ponce. De nuevo una complicada salida la del paso de palio en la que también tenían que echar a tierra la rodilla los hombres que dirige José Manuel Ramírez. A los sones del himno nacional tocado por la Banda de Música Nuestra Señora del Rosario de Sanlúcar la Mayor como sucede desde 1997, la Virgen del Amor era elevada sobre la rampa de salida del Polvorín y comenzaba así a realizar su estación de penitencia camino del centro de la ciudad.

En los tramos de nazarenos que anteceden al paso de Cristo podíamos observar el principal estreno de la Hermandad para este año. Se trata del guión de Santiago, que precedía al quinto tramo de nazarenos. Estamos ante una obra en plata de ley realizada por el sevillano taller de Orfebrería San Juan y que fue bendecido el pasado mayo junto a la nueva imagen del titular de la cofradía, el Glorioso Apóstol Santiago. También destacar en el cortejo la presencia de cinco hermanos portando el hábito fundacional, en color crema y marrón, que la Hermandad tuvo a bien recuperar el pasado año. La Hermandad Matriz de la Virgen de Montemayor, de Moguer, acompaña en su caminar a la Cofradía del Lunes Santo, simbolizando así el hermanamiento realizado hace unos años.

Momentos muy emotivos se vivieron con la llegada de la Hermandad hasta las puertas del Convento de las Hermanitas de la Cruz. Allí las queridas hermanas recibieron con sus rezos la llegada de ambos pasos de la Cofradía. En agradecimiento, la Hermandad dedicó sendas «lenvantás» en honor de esas benditas mujeres que lo dan todo por los que nada tienen. Una estampa que se repetirá todos los días de la Semana Santa con distintas hermandades pero que no por ello pierde su punto de emotividad y belleza. A los sones de Amarguras, la Virgen del Amor se despedía de las hermanitas de la Cruz en busca ya de la Carrera Oficial.

Pero sin duda, la gran cita de la noche fue la subida de la cuesta que lleva su nombre. Miles de onubenses volvieron a congregarse un año más en la antigua Vía Paisajista para acompañar a sendos titulares en esta espectacular subida de una sola chicotá marcha tras marcha. Tras la cuesta, la Huerta Mena, su barrio. Las Tres Caídas regresaba a su barrio, con su gente que le esperaba en cada calle. Numerosas ofrendas florales le realizaron a los titulares de la Hermandad, demostrando el cariño que este rincón de Huelva le tiene al Cristo de las Penas y a la Virgen del Amor. Por unas calles engalanadas, la Hermandad avanzaba entre saetas y aplausos, con su característico andar costalero camino ya a su templo. Terminó así un sueño, un nuevos Lunes Santo que se va y da comienzo una nueva cuenta atrás esperando la Estación de Penitencia de 2014.

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