El onubense Enrique Figueroa, una eminencia de la Ecología que lidera la Oficina de Sostenibilidad de la US

El onubense Manuel Enrique Figueroa.
El onubense Manuel Enrique Figueroa.
El onubense Manuel Enrique Figueroa.

A.R.E. Al frente de la Oficina de Sostenibilidad de la Universidad de Sevilla se encuentra un onubense, el catedrático de Ecología Manuel Enrique Figueroa Clemente, un investigador que ha contribuido durante más de 35 años a indagar sobre temas que ahora preocupan más que nunca, como el cambio climático, los sistemas verdes urbanos o los recursos naturales.

Es precisamente por esa dedicación, que el pleno del Ayuntamiento de la capital onubense decidió hace unas semanas concederle la Medalla de Huelva por ser, indicaba la corporación textualmente, “un onubense de pro que lleva toda su vida trabajando por crear ciudades sostenibles, espacios convivenciales donde los ciudadanos desarrollemos nuestra personalidad, ciudades más equilibradas y sostenibles donde la movilidad presida el concepto de urbanismo” y destacando “más allá de su vertiente científica, su enorme compromiso con Huelva bajo el concepto de ciudad saludable”.

Junta de Andalucía Rocío
Medalla a Manuel Enrique Figueroa.
Manuel Enrique Figueroa recibiendo la Medalla de Huelva.

Y es que el currículum de Figueroa es tan extenso que difícilmente se podría resumir en unas líneas. Su trayectoria profesional comenzó en su tierra natal, donde de niño iba al colegio Santo Ángel. Hizo Bachiller Elemental en el colegio privado San Casiano y el Superior y el PREU en el colegio Colón.

Las ciencias naturales siempre le gustaron, pero también la arquitectura o la física. Sin embargo, la vida lo condujo hacia la Biología, carrera que estudió en la Universidad de Sevilla en 1970, y descubriendo facetas de ésta, acabó dando con la que ha sido su gran pasión: la Ecología. “La sostenibilidad vino luego”, afirma Figueroa, “cuando se crea esta idea y nace la sensación de que somos insostenibles. Aquel concepto me gustó. Pienso que junto con las palabras paz y amor, son las tres que más se usan y menos se llevan a la práctica. Tenemos una idea carente de sustancia de lo que significa la sostenibilidad como herramienta para afrontar el presente y el futuro”, puntualiza el experto.


Puerto de Huelva

La Ecología es la gran pasión de este onubense.
La Ecología es la gran pasión de este onubense.

Tras acabar la carrera, a Figueroa se le presentó la posibilidad, a través del catedrático Francisco García Nou, de entrar en el Departamento de Ecología de la Universidad de Sevilla (US), una oportunidad que aprovechó claramente. “Pasé una temporada en Inglaterra, me saqué la oposición de adjunto y después la de catedrático”, resume Enrique.

En los últimos 25 años, el onubense ha ocupado distintos cargos en el Decanato de la Facultad de Biología, entre ellos el de secretario y vicedecano de Estudiantes y Relaciones Internacionales. Asimismo, es miembro de la Comisión de Investigación de la US, de la Comisión Asesora del Centro de Formación Permanente y representa a la Hispalense y al Consejo Andaluz de Universidades en numerosos órganos de participación y asesoramiento medioambiental locales y autonómicos.

Manuel Enrique Figueroa, en el centro de la imagen.
Manuel Enrique Figueroa, en el centro de la imagen.

En el ámbito de la investigación, en el que es integrante del grupo Ecología, Citogenética y Recursos Naturales, Enrique Figueroa atesora 36 años de experiencia, seis sexenios, certificados por el Ministerio, en los que ha dirigido más de 100 proyectos de investigación, obtenido índices muy altos en escalas extranjeras de calidad y recibido 11 premios por sus trabajos, entre ellos el de Andalucía de Medio Ambiente. Además posee reiterados reconocimientos a la Excelencia Docente, ha dirigido 16 tesis doctorales, dado vida a una decena de libros y sus publicaciones son de las más citadas de su Departamento.

Desde 2009, Enrique dirige la Oficina de Sostenibilidad de la Universidad de Sevilla, creada entonces por Joaquín Luque, ex rector de la Hispalense, a fin de desarrollar el Plan Estratégico de Sostenibilidad de la US, una labor que el onubense ha llevado a cabo escrupulosamente. De él, entre otros temas, nos habla en esta entrevista.

El catedrático, participando en el Día del Planeta.
El catedrático, participando en el Día del Planeta.

– Enrique, lleva muchos años desempeñando diferentes cargos en la Facultad de Biología…
– Sí, no todo es investigación y docencia. La gestión creo que es necesaria, pero no me apasiona. Considero que es bueno que esté ahí, en estos puestos, gente que aún no apasionándola llevan a cabo esta labor para hacer bien a todos. En este sentido, yo siempre he tenido vocación de servicio.

– ¿Qué le gusta más, la investigación o la docencia?
– Es difícil elegir, pero si tuviera que hacerlo diría que lo segundo. Me gusta dar clase y comunicar, pero pienso que también comunico a través de la investigación y que ésta me sirve para hacer la docencia más rica. En mi área, la visión amplia de la ecología, de la que ahora se carece y por lo que considero que la idea de ecología necesita una revisión, me la da la investigación amplia. Y eso se lo transmito luego a los alumnos.

Colocando nidos en edificios para hacer las ciudades sostenibles.
Colocando nidos en edificios para hacer las ciudades sostenibles.

– ¿Cuáles son sus funciones como director de la Oficina de Sostenibilidad?
– La oficina nació con Joaquín Luque, siguió con Antonio Ramírez y ahora con el actual rector, Miguel Ángel Castro. Sobre mis funciones, soy un asesor, en temas de sostenibilidad, del rector y los vicerrectores. La Oficina no tiene una ubicación física, tiene su presupuesto y colabora gente que necesito. Por ejemplo, Alejandro Ávila Villares es el periodista que lleva comunicación con instituciones y el portal de sostenibilidad. Funcionamos de manera modesta. Nos encargamos del Programa EcoCampus de la Consejería de Medio Ambiente, llevo la colección de sostenibilidad de la editorial de la Universidad de Sevilla y asesoro al rector o vicerrectores o los hago partícipes cuando se me ocurre algo. Por otro lado, hemos hecho el Plan Estratégico de Sostenibilidad de la US, el mejor de España a día de hoy de cualquier universidad.

– Hábleme de este Plan.
– Consta de cinco líneas estratégicas y tienen una serie de acciones, casi 200, y unos indicadores de cada acción. Tiene en cuenta la energía, el agua, el sistema verde, el cambio climático, la comunicación…. Lo hicimos tras estudiar 80 planes estratégicos de España y el extranjero y se adapta a la realidad sevillana. Me siento muy orgulloso de este Plan.

Estudiando las marismas en Francia.
Estudiando las marismas en Francia.

– En el ámbito de la investigación, ¿qué líneas ha tocado principalmente?
– He investigado mucho en marismas porque mi grupo, Ecología, Citogenética y Recursos Naturales, del que he sido investigador principal entre 1989 y 2014, tiene una línea en este sentido. He de decir que me siento muy orgulloso de mi grupo, tengo gente magnífica alrededor.
En los últimos años también he investigado el cambio climático y la ciudad, los sumideros naturales de dióxido de carbono, hemos hecho proyectos innovadores y seguimos trabajando en ello.

– Además es un experto en las marismas del Odiel…
– Soy el investigador en activo que más años lleva estudiando las marismas del Odiel, desde 1975, y mi grupo el que más publicaciones y tesis tiene de este asunto.

El objetivo de las actuaciones es enlazar humedales y otros espacios verdes con términos municipales de tamaño reducido.
Marismas del río Odiel.

– ¿Cuáles son las conclusiones que ha obtenido?
– Pues han sido dos principalmente. Por un lado, que el nivel del mar está subiendo. Todas nuestras investigaciones llevan a eso, lo cual corrobora más que el cambio climático podría ser verdad. Y también, una cuestión importante para la Ecología, que hay dos híbridos en marismas de Huelva: uno en las del Odiel y el otro en el Guadiana, pero también los encontramos en más sitios. Asimismo, otras cuestiones interesantes de marismas del Odiel han avanzado gracias a nuestras investigaciones.

– ¿Qué le llama la atención de Huelva como profesional?
– La compatibilidad de la acumulación de espacios naturales y la protección en el estuario del Tinto y el Odiel, protección compatible con un estuario activo. En cuestiones como el dragado del estuario del Odiel, yo creo que le da vida al propio estuario, puede ayudarlo a limpiarse y es compatible con él. Es imprescindible. Hay que hacerlo bien y con cuidado, porque cualquier acción humana tiene incidencias. Hay que ver este tema con mesura y sin frivolidad, porque esa ecología ha sido compatible con un dragado que lleva siglos. El estuario se colmata naturalmente y el dragado favorece que el agua fluya hacia el mar.

Foto de familia del acto.
Enrique, a la izquierda, en la foto de familia de entrega de las Medallas de Huelva.

– ¿Tiene mucha vinculación con Huelva a pesar de llevar tantos años en Sevilla?
– Sí, por supuesto. Soy miembro de la Academia Iberoamericana de La Rábida y participo en actos y órganos de Huelva porque me siento muy vinculado. Este año tengo mucha ilusión porque voy a hacer la levantá del paso de misterio de mi hermandad, la de Los Judíos, en la que llevo 62 años saliendo, desde que tenía dos. El mayor honor que puede tener un hermano.

– Además ha recibido recientemente la Medalla de Huelva. ¿Cómo se siente por ello?
– Cuando me llamó Gabriel Cruz para comunicármelo me quedé sin palabras. Estoy muy contento por este reconocimiento, además el acto en el Gran Teatro fue precioso. Agradezco el detalle.

– Si desea añadir algo más Enrique…
– Decir que aunque me casé en Sevilla con una malagueña que ejerce como tal, mis hijos hayan nacido aquí, y que trato de contribuir a que mi ciudad de acogida sea mejor de lo que es, nunca olvido a Huelva y me gustaría que fuera también una de las mejores ciudades de Europa y que los problemas como los fosfoyesos se solucionaran con cabeza y generosidad. Yo estoy dispuesto a colaborar con las administraciones, porque me parece que Huelva se merece, en su parte oscura, un futuro y necesita ideas y acciones que, en este momento, faltan para tirar adelante. En eso me parece que estamos perdiendo el tiempo. Me gustaría colaborar para que la ciudad fuera un ejemplo de cómo tiene que ser una ciudad, que se desarrolle en ciertas direcciones y mirar por la vida de los ciudadanos.

¡Muchas gracias y enhorabuena!

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