Paco Gamero. El acto de fe se vivió en el Nuevo Colombino, donde el Recre igualó en el segundo tiempo un 0-3 adverso con el que, de manera increíble, el Lugo se fue al descanso. Magno partido del Decano. Sin duda de los mejores que ha disputado con Sergi Barjuan en el banquillo, aunque estuviera en un tris de perderlo. La magia de Álvaro Antón, con un lanzamiento de falta soberbio sobre la bocina, dio al menos uno de los puntos que, por fútbol y ocasiones, mereció (ver galería de fotos de Josele Ruiz).
El fútbol tiene misterios insondables que son difícil de descifrar. Como el hecho meridiano de que el Recre estuviera a punto de perder un partido, precisamente uno de los días en los que más fútbol creó. Como mínimo, más que ante el Tenerife y el Castilla, las dos últimas comparecencias ligueras del Decano, ambas saldadas con victoria.
Por eso el fútbol es el rey de los deportes. Porque nadie tiene las claves que lo puedan explicar, y ay de aquel que diga lo contrario. El ejemplo de difícil entendimiento fue 0-3 que campeó al descanso. Porque en el primer tiempo se vio un equipo, el Recre, que jugó, tuvo la pelota y llegó con relativa frecuencia y peligro al área tival, rozando el gol en tres y hasta en cuatro ocasiones, se fue a la caseta con el varapalo de un 0-3, logrado en las tres únicas oportunidades que dispuso. Bueno, no, cuatro, porque al filo del descanso Rennella, casi desde el suelo, en el área pequeña mandó la pelota fuera por poco.
Al Recre, en esta ocasión, le pagaron con la misma moneda que había utilizado en más de un partido. Es decir, la de la efectividad. El Decano sobrevivió a más de una batalla anterior por una pegada descomunal, contraria generalmente al fútbol que creó. En este segundo compromiso en tres días ante el Lugo, el Recre comprobó la misma amargura que pudo tener el Tenerife tras caer en Huelva, o la del Castilla la semana pasada. Los dos acabaron el partido sin entender cómo habían perdido.
Gallegos arriba por Joselu, y Jorge Larena por Jesús Vázquez en el centro del campo, fueron las novedades que presentó el Recre con repecto al partido en Madrid, último referente liguero. Y desde el primer momento, aún con el borrón del primer gol del Lugo, fruto de una mala decisión en el centro del campo a la hora de apretar a quien podía dar el pase, se vio que el Recre tomaba la batuta y ejecutaba su juego con más claridad y peligro que en partidos precedentes.
Puede que el Lugo llegara con la lección aprendida, puede que Setién supiera cómo buscarle las cosquillas a este Recre que navegaba viento en popa y a toda vela, y ejecutó su plan. Ordenado atrás, tratando de salir a la contra con el convencimiento que alguna tendría. La tuvo, incluso antes de lo esperado, a los cinco minutos y fue gol.
Y no cambió la decoración. El Recre siguió mandando y acumulando ocasiones. A enumerar. Linares no llegó a un remata cercano tras centro de Dimas (10′); disparo de Arana dentro del área, tras un taconazo de Linares, que salió fuera (11′); cabezazo de Zamora en un córner botado por Gallegos, que no fue gol de milagro (25′); Linares remata desde cerca un servicio de Arana (32′); disparo forzado de Gallegos con el portero lucense fuera de sitio, que se marchó fuera (36′).
Todo esto creó el Recre ante este Lugo que era el que ganaba, y el que, ¡ay, ay!, cosas del fútbol, se fue al descanso con mayor renta gracias a dos zarpazos más, uno de Álvaro Peña y otro de Pablo Sánchez. Increible, pero cierto.
Como increíble fue el segundo tiempo, mejor dicho, lo que se vivió en el segundo tiempo. De salida el Recre se desató, llegó por las dos bandas, y merodeó con peligro la portería de José Juan. Arana protagonizó una jugada en la que el árbitro no pitó penalti por la deportividad del sevillano, que no se fue al suelo a pesar que le lanzaron una guadaña.
El Recre fue el dueño y señor del cotarro, pero con paciencia, masticando cada jugada, no dejando nada a la improvisación. Suya era la pelota y las llegadas, puede que con menos peligro que en el primer tiempo, pero llegadas al fin y al cabo. Conforme pasaron los minutos Sergi le quiso meter un poquito de electricidad al juego con Ezequiel y Joselu, ensanchando el campo.
Fue una labor constante, paciente, que acabó recogiendo beneficios. Cifu, a los 67 minutos, abrió la puerta al sueño de lo imposible. Córner botado a la derecha de José Juan, la pelota llega al lateral que suelta un grandísimo disparo imposible para el meta lucense.
Más madera. El Recre vio que había hecho sangre con ese gol y continuó con ese acto de fe que protagonizó desde el inicio. Sergi dejó una defensa de tres -Cifu, Zamora y Ruymán-, subiendo a Morcillo, con lo que el equipo hizo el campo más ancho, tratando de dar los pelotazos justos y necesarios. No lo fue para el segundo gol. Otra vez Cifu como protagonista, pero en esta ocasión para filtrar un balón al área para que Arana, excelso, picara la pelota por encima de José Juan. Quedaban diez minutos para el milagro.
No se desesperó el Recre, a riesgo de quedarse en una remontada incompleta, y siguió a lo suyo, aunque conforme el final se acercaba el juego se hizo más directo. Buscó los resquicios, pocos, que dejaba la zaga lucense, hasta que se encontró con petróleo. Fue una acción al borde del área entre Víctor Marco y Joselu, en la que debió haber algo más que una falta, pues en esa acción el defensa del Lugo fue expulsado con roja directa. Todo esto a instancia de un asistente, pues el colegiado no había visto nada.
Llegó el momento de Álvaro Antón, que había ingresado poco antes al terreno de juego. La pelota estaba centrada a poco más de un metro de la frontal del área. Un yogur para el burgalés que sacó el tarro de las esencias para golpear el balón, superar la barrera y marcar el empate, ante la alegría de jugadores y público. Milagro.
Incluso el Recre tuvo una más, producto del último pelotazo que dio en los estertores. La pelota botó muy alta y el remate que intentó Linares fue muy débil, fácil para José Juan. Punto final a un partido en el que se vio fútbol y un acto de auténtica fe.
RECREATIVO: Cabrero; Cifu, Zamora, Ruymán, Morcillo; Dimas (Álvaro Antón, 77′), Montoro, Jorge Larena (Joselu, 60′); Gallegos (Ezequiel, 60′), Arana y Linares.
LUGO: José Juan; De Coz, Lolo Pavón, Víctor Marco, Manu; Pita (Rafa García, 52′), Seoane; Iván Pérez, Álvaro Peña, Pablo Sánchez (Juanjo, 82′); y Rennella (Sandaza, 57′).
Árbitro: Piñeiro Crespo (colegio asturiano). Expulsó con roja directa a Víctor Marco (91′). Mostró la cartulina amarilla a Zamora (66′), por el Recreativo; y a Lolo Pavón (42′), Seoane (64′), Víctor Marco (66′), Pablo Sánchez (77′), Rafa García (79′), José Juan (85′), De Coz (88′), Álvaro Peña (93′), por el Lugo.
Goles: 0-1 (5′) Rennella le gana la espalda a la defensa albiazul tras un buen pase de Seoane y bate a Cabrero. 0-2 (37′) Álvaro Peña remata desde cerca tras una gran jugada de Pablo Sánchez. 0-3 (42′) Pablo Sánchez remacha en el área pequeña un rechace de Cabrero, tras un disparo de Rennella. 1-3 (67′) Cifu, de impresionante disparo desde fuera del área. 2-3 (80′) Arana resuelve ante José Juan tras un buen pase de Cifu. 3-3 (91′) Álvaro Antón, al ejecutar magistralmente un golpe franco al borde del área.
Incidencias: Partido correspondiente a la décima jornada de la Liga Adelante disputado en el estadio Nuevo Colombino, al que asistieron 6.057 personas. Tarde lluviosa.