Enrique Nielsen. A comienzos de los años 70 del siglo pasado, eran innumerables los barcos que transportaban por los mares del mundo el oro negro, el tan codiciado petróleo, materia prima origen de tantos otros productos.
La Refinería La Rábida
La relación de Huelva con barcos petroleros se inicia con la instalación en Palos de la Frontera de la Refinería La Rábida. El 28 de septiembre de 1965 es la fecha en la que americanos y españoles de la empresa Río Gulf de Petróleos S.A. (60 % Compañía Española de Minas de Río Tinto y 40 % Gulf Oil Corporation) simbolizaron el inicio de las obras con la plantación de una palmera datilera macho en el terreno donde hoy en día encontramos esta factoría.
Desde la puesta en marcha de este complejo en el año 1967,fueron muchos los petroleros que navegaron hacia Huelva para descargar crudo en las instalaciones palermas. El primero de ellos fue el buque sueco Axel Brostrom construido en 1965 y de 42000 toneladas brutas, que llegó el 14 de marzo de 1967 a la boya flotante de la compañía Río Gulf, situada a 10 kilómetros de la costa. Como destacó el diario Odiel, aquel día fue considerado histórico, era la primera vez que llegaba un buque de este tamaño y funcionalidad a Huelva. Una vez que el vigía del puerto localizó el Axel Brostrom en las inmediaciones de la barra, comunicó este hecho a la caseta de los prácticos.
Además de los prácticos, también acudieron al atraque del navío, directivos y técnicos dela empresa, personal de Aduanas, Policía y Sanidad, nadie quería perderse el acontecimiento. No todos los días podía presenciarse la arribada de un barco de 237 metros de eslora y 37 de manga.
El Axel Brostrom estrenó la estación de bombeo de la Río Gulf y su oleoducto submarino, con la descarga de sesenta y cinco mil toneladas de crudo originarios de Kuwait. La operación fue un éxito y representó el comienzo de la actividad de la factoría.
Dos días después llegaría un nuevo petrolero a Huelva, en esta ocasión se trataba del Jabetta, un buque de bandera noruega construido en 1959, algo más pequeño, de 206 metros de eslora, 27 metro de manga y 25300 toneladas brutas. Descargó también con éxito treinta y ocho mil toneladas de crudo procedente, en esta ocasión de Nigeria.
Tras estas operaciones preliminares y continuadas en tan corto espacio de tiempo, la compañía pudo comprobar que la factoría podía afrontar con normalidad el ritmo de producción previsto, lo que exigía la llegada de cargamentos cada diez días aproximadamente. A partir de este momento sería habitual ver navegar por las costas de Huelva estos grandes navíos.
Explosión en alta mar
El Ocean Bridge no era un buque que tuviera una relación directa con el puerto de Huelva o con nuestra refinería, pero como veremos a continuación una parte de su historia quedará ligada por siempre a nuestra ciudad.
Fue el primer buque de la compañía británica Bibby Line, que tenía capacidad para transportar en sus bodegas tanto minerales a granel como petróleo, y también poseía unas dimensiones imponentes, 259 metros de eslora, 41 de manga y 66057 toneladas brutas. Vamos, un auténtico monstruo marítimo para aquella época.
Cuando el 8 de marzo de 1971 navegaba por aguas gallegas en ruta desde Rotterdam hacia la localidad de Pepel, en Sierra Leona, con la misión de cargar mineral a granel, recibió una señal de socorro del también buque británico British Comet, el cual estaba a la deriva sin electricidad debido a una inundación parcial de la sala de máquinas.
El Ocean Bridge llegó sin novedad hasta el British Comet, pero de pronto y por causas que se desconocen sufrió una explosión en su bodega número 9 que destruyó la sala de máquinas y abrió un agujero del tamaño de una cancha de tenis en el lado de estribor. Un incendio posterior a la deflagración destruyó la estructura del puente, provocando la desaparición del capitán del barco y heridas graves a seis de los sesenta miembros de la tripulación.
La gran abertura en el casco hizo que la popa del buque fuera hundiéndose progresivamente. Mientras, las señales de socorro emitidas por el British Comet llegaron a diversas naves que circulaban por la zona, entre ellas, al portaviones francés Clemenceau.
Este no tardó en enviar varios helicópteros al lugar del incidente para recoger a los heridos más graves. Del total de los seis marineros heridos, dos fueron trasladados a Santiago de Compostela y cuatro a la localidad francesa de Brest. El resto de la tripulación embarcó en el British Comet con dirección al puerto de La Coruña y definitivamente, el cuerpo del capitán del petrolero no apareció.
Una nueva tragedia
La embarcación siniestrada se encontraba a la deriva tomando claramente rumbo hacia el sur. Varios remolcadores fueron a su encuentro para intentar recuperarlo y remolcarlo a un lugar seguro. Uno de estos remolcadores fue el Pacific, barco alemán dirigido por el capitán Gustav Lang, el cual decidió embarcarse junto a otros miembros de su tripulación en una lancha neumática para evaluar el estado del buquey decidir qué maniobras se iban a llevar a cabo.
Sin embargo, un fuerte golpe de mar hizo que dicha embarcación volcara y con ella los hombres que iban a bordo. Como consecuencia de este nuevo accidente el cuerpo del capitán del remolcador alemán desapareció en las frías aguas atlánticas. Durante varios días se intentó localizar al marino, pero sin éxito alguno.
En un principio las noticias de los diarios españoles manifestaban que el buque podría ser trasladado al puerto de La Coruña o incluso al francés de Brest. Sin embargo, el petrolero se dirigía a la deriva hacia el sur, alejándose poco a poco de las costas gallegas. Finalmente, los responsables del rescate decidieron tomar rumbo hacia Algeciras. El objeto de su llegada a la bahía algecireña era proceder a nivelar el lastre, ya que al tener más peso en algunos tanques hacía que el buque estuviera muy hundido de popa, lo que le imposibilitaba entrar en un dique. La operación de nivelar el lastre, según manifestaban los técnicos, no era tarea fácil de realizaren mar abierto y por ello se escogió la Bahía de Algeciras donde la profundidad era adecuada y las aguas tranquilas.
Frente a las playas de Punta Umbría
La tarde del sábado 20 de marzo los habitantes de la localidad costera de Punta Umbría veían con asombro como un buque de grandes dimensiones se encontraba fondeado frente a sus playas. Y lo más inquietante era que parecía ciertamente escorado por su popa. Pronto fue noticia en las páginas del diario local Odiel. La comandancia de marina de Huelva envió a la lancha R-4 de la Armada para vigilar las operaciones, y diversos helicópteros procedentes de la base de Rota sobrevolaban el petrolero valorando su estado.
El periódico onubense confirmaba que se trataba de un buque de bandera británica averiado que se dirigía hacia el estrecho de Gibraltar, acompañado por cuatro remolcadores y que al viajar en lastre no había peligro de un vertido de petróleo en nuestras aguas. Durante los cuatro días en los que se mantuvo fondeado frente a Punta Umbría, se llevaron a cabo diversas labores de reparación para mejorar la navegabilidad del barco, permitiendo éstas que se pudiera achicar agua en la zona más perjudicada.
A la finalización de estas tareas la sorpresa para el personal que allí trabajaba fue mayúscula, ya que encontraron en uno de los compartimentos del puente, el cadáver del capitán del barco, totalmente carbonizado. Se trataba de Henry Wilson Pyle, de nacionalidad británica, nacido en la localidad de Hunwick (Condado de Durham), que contaba 39 años de edad en el momento de su fallecimiento. Su cuerpo fue trasladado a Huelva para ser enterrado en el Cementerio Británico, acudiendo al sepelio el comandante de Marina, el vicecónsul británico procedente de Sevilla, súbditos británicos residentes en Huelva, capitanes de barcos mercantes surtos en el Puerto de Huelva y los prácticos del mismo.
En el año 2008, familiares de este marino visitaron el cementerio británico de Huelva acompañados por Dª Isabel Naylor, la dama británica que durante más de 50 años colocó flores rojas en la tumba de William Martin, popularmente conocido como El hombre que nunca existió. Allí pudieron comprobar el mal estado en el que se encontraba la sepultura, decidiendo encargar una nueva placa que recordara al malogrado capitán, siendo colocada ésta en uno de los muros del recinto como podemos comprobar en la fotografía adjunta. La tumba del capitán Pyle es la número 129, representando el antepenúltimo enterramiento en la historia de este campo santo.
Tras el sepelio, el Ocean Bridge continuó su ruta hacia la bahía de Algeciras, conducido por los remolcadores alemanes Hermes, Heros, Hudson y Pacific, y entrando el día 28 de marzo en dichas aguas donde quedó fondeado a la espera de que se iniciaran las labores para nivelar el lastre y poder colocar al buque en dique seco.
Otro truculento descubrimiento
El 23 de abril cuando el petrolero ya se encontraba en el dique seco de Algeciras y en plenas reparaciones, se produjo otro truculento descubrimiento. Los trabajadores localizaron en el interior del navío el cadáver del capitán del remolcador Pacific, Gustav Lang. El cuerpo se encontraba en un avanzado estado de descomposición, pero pudo ser identificado. Parece ser que el movimiento del agua lo introdujo en el barco a través de alguna de las grietas ocasionada por la explosión. El oficial alemán fue enterrado en el cementerio de Algeciras.
El periplo del Ocean Bridge tras la explosión sufrida en la costa gallega terminaría en los astilleros escoceses del Puerto de Glasgow donde la compañía naviera había decidido que se concluyeran las que serían las reparaciones más costosas de un barco de la marina mercante británica hasta ese momento.
De nuevo, un desgraciado accidente
Pero, el 19 de noviembre de 1971 dos trabajadores del astillero que trabajaban en el interior del buque encontraron la muerte por asfixia, debido a una descarga repentina de anhídrido carbónico (presumiblemente el utilizado en el sistema de extinción de incendios). El gerente y otro trabajador murieron y diez hombres fueron trasladados al hospital, uno de los cuales se había fracturado el cráneo, probablemente en una caída.
Las reparaciones duraron alrededor de un año desde que el petrolero entrara en el dique seco de Glasgow, con un coste cercano a los dos millones y medio de libras esterlinas. El accidente ocurrido en Escocia llegó al Parlamento Británico solicitándose una investigación sobre el mismo.
El Ocean Bridge continuó navegando con esta denominación hasta el año 1977, para posteriormente cambiar en varias ocasiones de nombre y propietario, y finalmente ser desguazado en el puerto taiwanés de Kaohsuing a finales del año 1986.
Entre los meses de marzo y noviembre del año 1971,un total de cuatro personas murieron y otras dieciséis precisaron atención hospitalaria. Este investigador no ha encontrado más incidentes significativos relacionados con este buque en el resto de su vida marítima.
Bibliografía y fuentes:
– Archivo Histórico Provincial de Huelva, certificado de defunción. Wilson Pyle, Henry. T 11, folio 137, acta 277.
-Cristóbal Ponce de León, 2 de junio de 2024.
-Cuaderno publicitario. Río Gulf. Refinería La Rábida. Ed. Litografías Gaez. Madrid.1967
-Datos técnicos e historia marítima del Ocean Bridge:
https://www.fold3.com/unit/132952/bibby-bulk-carriers
-Domínguez Domínguez, Consuelo: In Loving Memory. Ed. Consulcom. Huelva.2013.
–El Progreso (Lugo), 10,11, 12, 14, y 25 de marzo de 1971; 24 de abril de 1971
-El incendio del petrolero Ocean Bridge:
-Emilio Romero Macías, 20 de mayo de 2024.
-Familiares de Henry W. Pyle visitan el cementerio británico de Huelva: https://www.shipsnostalgia.com/threads/the-man-who-never-was.15945/
-Gladys Méndez Naylor, 21 de mayo de 2024.
–Hoja oficial de la provincia de Barcelona, 29 de marzo de 1971.
-Narciso Rojas Gómez, 4 de junio de 2024.
–Odiel, 23 y 25 de marzo de 1971.
-Oil Tanker «Ocean Bridge» (Accident) Volume 826: debated on Monday 22 November 1971: https://hansard.parliament.uk/Commons/1971-11-22/debates/8a278d4e-4491-4e4c-8b92-3aa820830914/OilTankerOceanBridge(Accident)
-Pedro Bernabé Ruíz, 4 de junio de 2024.
