Redacción. Madre Coraje lleva meses inmersa en la transformación de su personalidad jurídica, de Asociación a Fundación, con el objetivo de crecer en sostenibilidad, aportando mayor seguridad jurídica y continuando con sus acciones humanitarias, educativas y de cooperación internacional.
A finales de 2023 Madre Coraje firmó ante notario la cesión global de activos y pasivos de la Asociación Madre Coraje a la Fundación Madre Coraje y ya está inscrita en el Registro de Fundaciones. De esta forma, Madre Coraje se enfrenta en este año 2024 a una nueva forma de trabajar y ejecutar sus acciones sociales «pero sin perder ni olvidar nuestra esencia, nuestros principios y el enfoque por la justicia social que siempre ha caracterizado a Madre Coraje», explica José Jiménez, Presidente de Madre Coraje. La labor de Madre Coraje va a seguir centrada en España, Perú y Mozambique, y el voluntariado y el respeto medioambiental van a continuar siendo dos pilares fundamentales.
«Pasar de Asociación a Fundación conlleva varias ventajas ya que las fundaciones suelen tener una mayor estabilidad y continuidad. Su estructura está diseñada para perdurar en el tiempo, independientemente de los cambios en la composición de sus miembros. Además, las fundaciones suelen gozar de ciertos beneficios fiscales y de mayor reconocimiento público, lo que puede facilitar la obtención de financiación y colaboraciones. Asimismo, al convertirnos en una fundación, podemos tener acceso a diferentes tipos de ayudas y subvenciones destinadas específicamente a este tipo de organizaciones», concluye Marta Bernier, Directora Ejecutiva de Madre Coraje.