Redacción. La Asociación de Mujeres de Moguer Zenobia y la casa-museo Zenobia-Juan Ramón Jiménez conmemoraron ayer el 108 aniversario de la boda entre el Andaluz Universal y la americanita de Malgrat de Mar con una intensa tarde cultural que se inició con la tradicional ofrenda floral de flores amarillas a los pies de la estatua que Moguer dedicó a Zenobia en pleno corazón de su casco histórico.
Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí se casaron el 2 de marzo de 1916 en Nueva York y, a partir de entonces, ambos constituyeron uno de los binomios más fructíferos de las letras universales; el moguereño con su caudal de poesía limpia y pura, y la catalana con su extraordinaria capacidad de trabajo y organización.
Tras la ofrenda floral, las integrantes de la asociación Zenobia que preside Pepi Caeiro dieron lectura ya en la casa-museo a varios poemas del Nobel, algunos de ellos cantados por su propio coro de mujeres, y asistieron a la conferencia sobre la familia Camprubí que pronunció el sobrino-nieto de Zenobia, Francesc Galí Bohera.
El conferenciante, nieto de la prima hermana preferida de Zenobia, Josefina Camprubí Darna, es experto en publicidad, marketing y comunicación, colaborador literario en diferentes publicaciones, músico y fotógrafo; un gran bagaje cultural que le permitió ayer ofrecer una interesantísima intervención que nos mostró la estrecha relación de Zenobia con su familia catalana.
La amistad de la esposa del Nobel con su tía Eugenia Darna, la intensa relación y la complicidad que mantuvo con su prima Josefina Camprubí en Madrid pocos meses antes de la Guerra Civil, o las referencias a sus tíos Félix y José, propietarios junto a Raimundo, el padre de Zenobia, de la Casa Camprubí en la mítica Cala Montjoi, llenaron de contenido la ilustrativa conferencia de Francesc Galí que recibió el cariñoso reconocimiento de todos los asistentes por su importante aportación al 108 aniversario del enlace Jiménez-Camprubí.