Ramón Llanes. Propone Huelva en otoño un ritual de cine con la nocturnidad y la alevosía necesarias para seducir. Ya son cuarenta y nueve veces, no se trata de una historia pequeña, de algo familiar o local para desentumecer los ojos secos de los habitantes aburridos de esta ciudad pequeña. No, ya son cuarenta y nueve veces que son cuarenta y nueve años detrás de los focos, delante de las cámaras, trajinando por decorados y exteriores, rodando acá y allá los sentimientos agónicos de las personas.
Son muchos los temas, mucha la experiencia, muchos los alientos que esta vieja Onuba ha dado al cine hasta poner en las pantallas nombre a una singular manera de premiar el arte: estar aquí y vivir la ciudad.
Huelva celebra su edición de 2023 con todas las ediciones superpuestas en una película de trabajo y trabajo en pro de una fantasía que a la postre ha unido culturas entre hermanos “esperriados” por la lejanía de las orillas que han puesto lágrimas de emoción a esta tierra al estilo exigente del cine.
La noble ciudad Onuba ha hecho de acogedora siempre, abrazadora y alegre para los suyos de otros lares. Le dejaron de ser ajenos el ajetreo, los dejillos de los lados sur de América, la versatilidad de los personajes y el encuentro con los famosos. Huelva es ya un cine inmenso que llega desde Isla Chica al puerto, desde la Punta del Sebo a la Cinta, desde mar a Sierra.
Se hace el cine con el bordado artesanal y el guion escrito en una barcaza de la ría; se hace cine añejo, cine de pálpito, cine de culto, cine de emociones. Y los protagonistas son los hombres que miran y lloran, quienes no se asustan del miedo a perder el combate de la luz. Y va naciendo a este compás de vida un cine universal que enseña magia de esta tierra y voluntad de esta templanza.
Ya son cuarenta y nueve veces ilusiones que han precedido los modos de un gremio defensor del mensaje eterno del cine que ahora se hace culminar para continuar dejando una huella tímida de conocimiento. Más que un festival, Huelva es un escenario de cine, ahora, en este otoño con colores de capacidad y orgullo.