José Manuel Alfaro / Sección de ficción ‘El Cuaderno de Muleman’. Expectación en la localidad andevaleña por conocer al hombre o la mujer más buscada de Villanueva de los Castillejos de los últimos años, siempre que se confirme la información más comentada en la localidad, del suceso que se ha conocido hace unos días tras una filtración que ya están investigando los servicios secretos y del que hasta ahora se cree que ha sido producto de una concatenación de desafortunados errores humanos.
Aunque en principio no se teme por la vida de la persona más buscada también de toda la provincia, un grupo de vecinos ha contratado un detective privado para localizar al hombre o la mujer que habría recibido por error una cantidad de sangre no determinada procedente de una donación de un miembro real y del que no se ha hecho público su identidad por motivos de seguridad.
De acuerdo a las últimas investigaciones que se están haciendo al respecto de este hilarante caso, la extracción de la sangre de este miembro de la realeza debía haberse utilizado para una auto transfusión inmediata una vez tomadas las fotos para la prensa durante el proceso de donación. Una sangre que fue llevada por error al almacén y posteriormente utilizada antes de volver otra vez al cuerpo de este miembro de la realeza y que ha terminado accidentalmente en el torrente sanguíneo de un hombre o una mujer de Villanueva de los Castillejos.
Hasta la localidad se habrían también desplazada miembros del equipo médico real para localizar a esta persona y proceder a la extracción de la sangre real transfusionada y devolverla a su propietario y garantizar así que ninguna otra persona que no perteneciera a la familia real llevara sangre azul circulando por sus venas y aprovechar esta circunstancia para reclamar algún título nobiliario o derecho real.
Esta situación ha generado también un debate importante sobre la realeza el municipio, el de si los miembros reales los son de pleno derecho por su condición de contener material genético real o si alguien que recibiera una transfusión de sangre real, la donación de algún tejido o órgano en vida o muerte ya se considera un factor que le confiere al receptor la condición de miembro real.
Aunque este debate es tema recurrente en otros ámbitos de la vida como el de los escritores, los carniceros, los mecánicos, los cantantes y otros oficios, el debate de si se nace o se hace, también en este caso podríamos hablar de que este castallejero o castillejera por el que corre sangre real tiene ya derechos reales o no.
Más allá de este estéril debate de si la sangre donada por un rey de un país puede acabar en el cuerpo de un herido en un terremoto que está en la UCI debatiéndose entre la vida y la muerte, más allá del dolor, la devastación, la soledad, de perder la nada que tenía, de ver enterrados a sus familiares, vecinos o a su hijos bajo los escombros sin poder hacer nada, más allá de la desigualdad que separa a los reyes de las personas, siempre estará la solidaridad de aquellos que donan su propia sangre con el único fin de salvar vidas sin esperar nada a cambio ni si quiera una foto para el titular de una periódico, porque todo el mundo sabe que la sangre de un rey salvo por un error, nunca hubiera acabado corriendo por las venas de un hombre o una mujer de Villanueva de los Castillejos.
