José Manuel Alfaro / Sección de ficción ‘El Cuaderno de Muleman’. Todo el mundo tiene derecho a tomarse unos días de descanso para dejar de oir el bullicio de las nubes del día a día, para desconectar del mundo de los mortales, para vivir nuevas emociones más allá de la inmensidad del universo, pasear por lugares por donde no había estado antes, sentarse en una banco cuando ya estemos cansados a contemplar el paso del tiempo mientras escuchas como cortan el césped o para sentirse un hombre mas de este mundo.
Días en los que también hay tiempo para visitar a los amigos y la familia y esa sería una de las razones por las que Dios habría elegido la localidad serrana hasta dónde se habría desplazado con su aura celestial en autobús para visitar en su iglesia a Santa Ana, madre de María y abuela materna de Jesús de Nazaret y a su marido Joaquín.
Una visita que aprovechará para ponerse al dia de todo lo que acontecido durante el último año, compartir risas con tu cuñado, jugar al fútbol con tus sobrinos, contarle alguna confidencia a tu hermana, poner recuerdos sobre la mesa mientras comes chocos fritos o hablar del futuro con tu hijo mientras partes un exquisito plato de jamón de Santa Ana la Real, posiblemente uno de los mejores jamones del mundo y un manjar para dioses.
Aunque la verdadera razón que posiblemente haya llevado a Dios hasta aquí haya sido una más terrenal y humana, la de encontrarse a sí mismo mientra camina por el Sendero Risco Levante – Los Chorros y sus sinuosos y frondosos senderos para recordar que un día fue niño antes de ser hombre antes de ser Dios y antes de dejar que el mundo se autodestruyera sin hacer nada.
Y es que un día solo de vacaciones puede salvarnos para todo el año, puede recordarnos que somos simples mortales que no necesitamos salvar el mundo todos los días en el trabajo, que hoy estás en una nube creyéndote Dios, mañana te da un infarto y al día siguiente ya hay alguien ocupando tu nube y tu ordenador con el que tecleará el futuro de la humanidad como si fueras Dios, porque todo el mundo necesita unos días de vacaciones.
Así que todos los que elijan este bello lugar de la sierra para pasar sus vacaciones podrán estos días encontrarse a Dios caminando también por las estrechas calles de Santa Ana la Real, un Dios al que si quieren pueden saludar como el que se encuentra a un futbolista suplente de un equipo de primera paseando por la playa, un famoso cantante de reguetón con depresión por los suburbios de la ciudad o una actriz de teatro arruinada sentada en un banco de un plaza, porque todo el mundo necesita unos días de vacaciones en los que vivir para nosotros mismos y olvidarnos de que tenemos que rescatar un gatito de un árbol todos los días.
