Redacción. Las aulas de los hospitales públicos onubenses inician el curso escolar 2013-14 con el objetivo, un año más, de garantizar la continuidad en la formación académica de los menores ingresados durante el tiempo que dure la hospitalización, evitando así la desconexión temporal con sus clases en Educación Infantil, Primaria o Secundaria.
Los delegados territoriales de Salud y Bienestar Social y de Educación, Cultura y Deporte, Lourdes Martín y Vicente Zarza, respectivamente, cuyas consejerías colaboran para la prestación de este servicio y la existencia de personal docente en el ámbito hospitalario, han visitado hoy, con motivo del comienzo del nuevo curso escolar, el aula de este tipo con que cuenta el Hospital de Riotinto.
Además de la ubicada en el hospital riotinteño, la sanidad pública onubense dispone de dos aulas más en el Juan Ramón Jiménez y el Infanta Elena, así como una cuarta con sede en la unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del Hospital Vázquez Díaz, enfocada a los pacientes que acuden diariamente a este dispositivo. Durante el curso pasado, un total de 1.274 menores recibió sus clases en estas instalaciones.
El objetivo de las aulas hospitalarias es que los jóvenes, sobre todo aquellos que deben pasar periodos prolongados en el hospital o ser internados frecuentemente, prosigan con sus estudios, de manera que una vez sean dados de alta puedan seguir las clases en sus colegios o institutos sin ningún problema. Para ello se establece una estrecha coordinación entre los profesores hospitalarios y los del centro educativo, a fin de que las clases durante el ingreso se ajusten al ritmo de las de sus compañeros.
La atención educativa de los menores ingresados es una de las medidas del Decreto de Atención Integral al Niño Hospitalizado, que establece el derecho de éstos a recibir una asistencia adaptada a sus características y necesidades. Esta línea de actuación ha permitido que los hospitales pongan disposición de los jóvenes salas lúdico-pedagógicas y ciber-aulas, con objeto de hacer lo más agradable posible su estancia.
En este sentido, otra de las premisas del programa es reducir el impacto emocional que para los niños supone ingresar en las instalaciones sanitarias y aislarse de su vida y entorno habituales. De hecho, desdramatizar su estancia en el centro resulta, en opinión de los profesionales, clave para avanzar en su recuperación.