HBN. Emotiva y divertida noche la que vivió Huelva ayer con Pablo Alborán sobre el escenario. Sin duda, un concierto muy especial, lleno de sentimientos, música, baile, sonrisas, sorpresas y cariño.
Desde el inicio, el cantante malagueño, expresó las inmensas ganas que tenía de estar en tierra onubense. Así lo ha dejado ver también en un post que publicó en su perfil de Instragam con título «Qué ganas te tengo Huelva.»
Pablo, feliz de estar en el escenario del Foro Iberoamericano de la Rábida, fue acogido con el mismo amor y ganas por todos sus seguidores onubenses, que llenaron las gradas, sin dejar de cantar, bailar, y sentir de corazón cada uno de los temas.
Acompañado por el batería Jorge García, a la guitarra Antonio Portillo, «Porty», y Manuel Álvarez, «Lolo», y Antonio de Haro al bajo, cantó temas de su último álbum, además de otros muchos que todos los presentes, demostraron, estaban deseando escuchar.
‘Nunca me cansaré de cantar esta canción porque me ha traído la familia más grande del mundo, que sois vosotros’. Palabras previas del artista al tema «Solamente tú»; A destacar también, la expresión de sorpresa y emoción en la cara de Pablo cuando, tras cantar la frase ‘no te atrevas a decir te quiero’ (parte de la letra del tema «Quién»), recibió un ‘te quiero’ alto y claro, y a coro, de toda la gente de Huelva allí presente.
Para añadir una sorpresa más, el artista malagueño cambió sobre la marcha la letra de la canción «Que siempre sea verano» sorprendiendo y emocionando a todos sus seguidores onubenses con un ‘Es mirarnos a los ojos y sentir que en Huelva hay algo’.
Cantó «Sobreviviré» de Paco Ortega, y antes de cantar «Miedo» animó a Huelva a ‘mandar el miedo lejos de aquí’. Además de estos temas mencionados hubo muchos más, como «Saturno», «Tabú», etc., siendo «Llueve sobre mojado» la de despedida, con un cariñoso y cercano ‘hasta siempre, Huelva’.
Ciertamente fue un concierto en el que no faltaron el baile, el cante y la diversión, con los ánimos ‘a tope’, repleto también de momentos emotivos y emocionantes, que ponían a todos la ‘piel de gallina’.