J.A.M. Es la pregunta, ‘Quo Vadis, Recre’, que parece que esta vez si tiene respuesta. Se inicia una nueva etapa en la que, sin renunciar a objetivos deportivos, la definición de una identidad basada en valores será la característica. Una cuestión que nos la hemos planteado en muchas ocasiones a lo largo de la dilatadísima historia de la institución, en la parte que hemos vivido, y con cierta frecuencia padecido, los que nacimos o pisamos esta tierra onubense. Unos, los más aficionados, sintiéndola desde dentro. Pero en todo caso la ciudadanía onubense en su conjunto, porque los ajenos al futbol tampoco nunca le perdieron la cara a la existencia este vetusto club ‘social’ representativo de nuestra ciudad y provincia.
Dientes de sierra en una trayectoria siempre irregular. Unas veces arriba -segunda división- otras abajo o muy abajo y algunas en la gloria -primera-. Pero en ese mareo de la montaña rusa hasta aquí hemos llegado, y seguimos. Saliendo de la cuarta división y entrando en la antesala de la segunda, que es en la que más a gusto nos hemos encontrado, en el sentido de éxitos deportivos.
Pero esa pregunta con la que encabezamos estas líneas el devenir nos la ha ido respondiendo. A veces la suerte, a veces el trabajo, a veces la justicia, han ido manteniendo un emblema que supera con creces a la definición de lo que meramente podríamos considerar como un club de futbol. El equipo ha llegado a estar nada menos que en la quinta división, y vamos para adelante.
Realmente en ocasiones las cosas se han hecho tan mal, tan de espaldas a los propios intereses del club, que parece un milagro que sigamos adelante. Quo Vadis, Recre, como pregunta tantas veces que se nos hizo en escenarios angustiosos. Aferrados al decanato, no obstante, se ha conseguido sostener esa bandera en el tiempo, algo único y que, mientras viva, nadie podrá emular.
Volvemos a la cuestión con la satisfacción del paso dado en esta temporada anterior, ese peldaño de subida que ha sacado a la entidad de un pozo que no le correspondía, por historia y cuerpo de aficionados. Llegar a 10.000 abonados la temporada pasada, algo que se superará de nuevo seguro esta que entra, es un excepcional hito que define la singularidad del Recreativo.
Basta decir que tres categorías más arriba, en el top, hay dos equipos con menos, el Gerona y el Almería, uno con prácticamente los mismos, el Rayo Vallecano, y dos o tres con algunos más -pero a tiro si estuviésemos en la misma categoría-, el Getafe, el Granada, el Cádiz y el Villarreal. Y estamos hablando de primera división y de equipos de provincias con más población. Abajo de esta es que no hay color quitando tres o cuatro equipos de los clásicos.
El año pasado Electomanía hizo una encuesta con la siguiente pregunta ¿De qué equipo de fútbol es usted? El Recre se encontraba el nº 20 de una lista de toda España, encabezada por el Real Madrid. Increíble pero cierto, sin perder de vista que el club onubense estaba en la cuarta división.
Todo este análisis para destacar que parece que, por fin, el club decano coge el camino más adecuado. Y ese camino es la identidad por encima de todo. Una forjada en ciento treinta y cuatro años que empezó por aquellos chavales que querían disfrutar jugando a un deporte moderno y divertido. Para ello se costeaban individualmente las equipaciones y tenían que pagar por jugar, para el mantenimiento de las instalaciones. Salvando las distancias, ese es el espíritu, no el contrario.
Aquellos partidos iniciales con tripulaciones de los barcos ingleses evocan un escenario histórico fascinante, lleno de épica y deportividad. Algo muy distinto a la perspectiva excesivamente crematística del futbol de hoy en día. Por eso el equipo ha de agarrarse a esa tradición, a esa esencia. Esa que hizo que el Recre no estuviera al principio en la esfera profesional del futbol en España, y tenía cabida. Lo que sucedió fue una renuncia voluntaria para seguir manteniendo su perfil amateur. Seamos profesionales hoy, bien, ….pero distintos.
Muchos equipos en España tienen historia, y muchos pueden apelar a valores especiales, a elementos identitarios singulares. Pero ninguno como el Recreativo, primero de todos y, por tanto, con una mochila de vivencias, de escenarios, de vicisitudes, y de experiencias personales tan inmensa.
Por eso nos encanta el enfoque adoptado en esta nueva etapa del club, comandada por Jesús Vázquez y Begoña Calderón. Ya sabemos Quo Vadis, Recre. Un acierto, a nuestro juicio, entender al equipo como algo que transciende a lo deportivo, como una fuente de valores, como el testigo de una cultura tan necesaria en la época en la que vivimos. Eso llega al corazón mas, incluso, que alcanzar alguna legítima meta deportiva.
Los resultados deportivos para el Recre llegarán, tarde o temprano. Y si fuese tarde lo importante sería, en todo caso, haber alcanzado el objetivo de que pudiéramos sentirnos verdaderamente orgullosos del club, no por la categoría en la que estuviese, si no por su categoría como tal. Gracias a esos jóvenes que a finales del XIX se apasionaron por este deporte en Huelva somos únicos, somos especiales. Esa es nuestra fuerza.
Quo Vadis, Recre. Ya.