Redacción. El simpático “Willow” es un perrito que puede sentirse muy orgulloso. En la campaña de incendios del año pasado logró rescatar a más de 20 erizos de tierra gracias a su especialización en seguir el rastro de estos pequeños mamíferos, que son una especie protegida.
Después de un incendio forestal algunos erizos sobreviven gracias a su capacidad para enterrarse o esconderse en huecos y pequeñas grietas del terreno.
Pero los que se salvan del fuego se encuentran, posteriormente, en un escenario de ceniza caliente donde las presas que constituyen su alimentación, lombrices, grillos y otros insectos, han desaparecido.
También se hidratan gracias a los fluidos corporales de sus presas y al carbonizarse estas muchos acaban condenados a morir de desnutrición y deshidratación.
El perro rescatista “Willow” salvó a más de una veintena de erizos de tierra en la anterior campaña de incendios. Además, bastantes, afectados por quemaduras de todo tipo. Y es aquí donde comienza la jornada de trabajo del equipo de “Mujeres por Doñana”.
Estas voluntarias se desplazan a la zona quemada con sus perritos rastreadores y, una vez allí, van localizando a los erizos para recogerlos y llevarlos de inmediato al Santuario Animal “Wendy Clements” de Doñana. Allí, y durante meses, cuidados y curados de cara a poder volver a ponerlos en libertad cuando las condiciones de salud de estos mamíferos nocturnos mejoren.
Este año se han incorporado, como “aprendices”, la perrita “Luna” y su compañero “Gordi”. Estos dos nuevos perros rescatistas tienen mucho que aprender de “Willow” ya que este especialista es capaz de detectar un erizo enterrado en ceniza a más de cincuenta metros.
Huelva cuenta con la única unidad de perros salva erizos de España, ello supone una gran satisfacción para las creadoras de esta iniciativa que ya cuenta con el seguimiento de agencias de información de otros países.
Las 23 voluntarias que constituyen el colectivo “Mujeres por Doñana” son universitarias, amas de casa o incluso jubiladas y, trabajando de forma altruista, han puesto en marcha un nuevo concepto de trabajar por Doñana y su entorno.
Ofrecen proyectos de trabajo real y altruista y, poco a poco, están consiguiendo, con otras iniciativas como los burros limpia costas o los burritos bomberos de Doñana, aumentar la esperanza de salvar este ecosistema tan deteriorado durante décadas.