HBN. En 2022, según el Consejo General del Notariado, el 20,5% de las herencias fueron rechazadas en Andalucía —el 15% en toda España. De las aceptadas, una buena parte corre el riesgo de estancarse, entre litigios y reproches, a causa de las disputas legales entre familiares. Una situación que también se da incluso cuando el testador aún no ha fallecido, pero que, como víctima de la “impaciencia hereditaria”, repercute en su salud.
Riñas y enfrentamientos por la herencia
La sucesión hereditaria, emocionalmente, es un proceso sumamente polarizado. Donde coexisten sentimientos encontrados de tristeza y responsabilidad, de ansiedad y de cierto júbilo, ante los que nunca son ajenos los conflictos personales y familiares. Y es que las herencias, el legado de los bienes de un ser fallecido a sus allegados, suelen conllevar más disputas que descansos. A menudo, recayendo sobre el propio testador.
Ninguna persona mayor quiere ver a sus familiares enfrentados en una disputa legal por su herencia. Atisbando cómo aquello que ha erigido en vida, y que pretendía dejar como útil y ejemplificador legado a través de un despacho de Abogados especializados en herencias y testamentos, se convierte en un espectáculo de litigios, acusaciones y fuertes roces. En lugar de avivando esperanza, repercutiendo en su salud emocional.
Factores que contribuyen al incremento de las disputas de herencias en la actualidad
Según datos del Consejo General del Notariado, en 2022 más del 15% de las herencias en España fueron rechazadas —en Andalucía, el porcentaje fue del 20,5%. En especial, a causa las deudas subyacentes a la herencia, impulsando fricciones entre familiares que están dispuestos a asumirlas y aquellos que no. Con mayor gravedad si no existe testamento o el existente es confuso, ya que la gestión correrá a cargo de familiares.
Por lo general, lo más conveniente es dejar todos los aspectos relativos a una herencia debidamente atados. Sobre todo, si se detecta un incipiente síndrome de la herencia temprana —también llamado “impaciencia hereditaria”— entre los familiares. Es decir, cuando, ya antes de darse el fallecimiento del testador o del intestado, los intentos de sacar la mayor tajada del pastel se dan con inquina entre los miembros de su familia.
El proceso de sucesión hereditaria, y como desafortunadamente sucede a pares en más ámbitos, encauza también casos de abuso financiero contra las personas mayores. A menudo, incurriendo en delitos —por ejemplo, falsificando su firma en el testamento—o en engaños camuflados bajo la falsa carencia de juicio o facultades para testar. El motivo por el que las herencias deberían siempre gestionarse con prudente antelación.
Consecuencias legales y financieras en beneficio de las personas mayores
Redactar el propio testamento, contra la creencia y coletilla popular, no es de mal agüero. Y mucho menos para una persona mayor, dado que se trata de un momento que más tarde o temprano se deberá afrontar. Decidir sobre la herencia otorga un halo de seguridad sobre el futuro de nuestros bienes y propiedades que, sin lugar a dudas, serán motivo de disputas si no hay testamento. Ya que éste matiza con exactitud qué ocurrirá con ellos.
Si bien es cierto que, a pesar de que no exista testamento alguno, la herencia pertenece a los herederos —Sucesión Legítima—, éstos podrían caer en desavenencias a menudo difíciles de resolver. Por ejemplo, la promesa verbal de un bien a un fallecido que no ha resultado ser heredero directo del mismo a nivel legal. Es decir, que no haya dejado constancia legal de dicha voluntad y, por ello, pueda causar enfrentamientos familiares.
Apoyo psicológico y emocional para las personas mayores involucradas en disputas de herencias
Las personas mayores, en toda sociedad, son un colectivo vulnerable y, a veces, apartado. Según el Instituto de Salud Carlos III, en España uno de cada cuatro mayores de 65 años sufre depresión. Añadiendo que el 25% de esta población está aislada socialmente y que el 20% vive sola, la aparición de familiares ausentados por intereses hereditarios es un gran factor de riesgo para su salud emocional. Despertando incluso fases de autoculpabilidad.
Según la Sociedad Española de Neurología, en nuestro país existen además entre 500.000 y 600.000 casos de demencia, siendo la más frecuente —entre el 50% y el 70% de los casos— el Alzheimer. Un trastorno cuyos efectos sobre las capacidades de recordar o tomar decisiones convierte a este colectivo en objetivo de estafas, timos y engaños. Bajo el señuelo hereditario, con familiares pretendiendo beneficiarse de sus bienes y propiedades.
Por ello, dejar constancia del futuro de una herencia en un testamento ahorrará disgustos y sumará tranquilidad al testador. Siendo recomendable llevarlo a cabo mediante asesoría especializada en derechos de herencia, brindando seguridad emocional y legal ante todo tipo de disputa que pueda ocasionar un desacuerdo hereditario. Al fin y al cabo, una decisión cuyas repercusiones serán, sobre ley, positivas para todas las partes involucradas.
