RFB. La hora que tuvimos de entrevista con Jorge Acitores Durán, director del Parque Energético de Cepsa en Huelva, nos produjo la sensación de que el piloto de esta gigantesca instalación industrial no llevaba dos años y ocho meses conduciendo la nave, sino toda la vida.
Porque más allá de consideraciones propias de un cuestionario al uso consiguió, a nuestro parecer sin ninguna intencionalidad por mostrarse transparente y muy natural, acercarnos a las emociones, a la humanidad industrial -si, parece que puede existir- en un contexto de maquinaria de precisión que tiene que operar con el más exigente nivel de eficacia y eficiencia.
Era como si hubiéramos detraído para observar, en esa duración del encuentro, una pieza del ajustado puzzle humano, material y tecnológico que supone esta hoy flamante instalación de Cepsa en Huelva, nacida originariamente como la antigua Río Gulf en aquel ya lejano 1967.
Pero esa pieza no es cualquier pieza. La responsabilidad de comandar la Refinería de La Rábida nos parece claramente uno de los desempeños profesionales más relevantes y trascendentes de los que se desarrollan cada jornada en nuestra provincia.
Y como la realidad es sistémica, quien mande en la Refinería nos importa a todos, no solo a sus trabajadores, sus propietarios, sus proveedores o sus clientes. Acudimos al encuentro como stakeholders que tenían curiosidad por saber algo más sobre Jorge Acitores. El resultado aquí lo compartimos con toda Huelva, interlocutores necesarios de una fábrica que influye de forma incuestionable en nuestro devenir social, económico y medioambiental.
Al hilo de lo que hemos ido hablando con nuestro protagonista hemos ido procesando las impresiones, en la búsqueda legítima de dibujar su perfil. Y una cuestión que pensamos en algún momento, escuchándole, es que las cosas no pasan porque sí, el azar no es la guía. Todo tiene una lógica y un proceso que conduce a los distintos desenlaces que vamos encontrando en la vida. Y, en ese sentido, Acitores parece que ha nacido para esto a tenor de sus inquietudes, sus circunstancias y su propia condición personal y profesional.
Otra de las conclusiones a la que llegamos al final es que hemos entrevistado a una persona honesta, comprometida personal y profesionalmente, cualificada y leal. Con la idónea combinación de juventud y madurez para ofrecer la seguridad que todo líder ha de atesorar. Y en ese liderazgo, entre otros elementos, se integra su condición de optimista, pero cauto, prudente.
Ser ingeniero industrial de base académica principal probablemente le confiera un realismo, un pragmatismo, que combina felizmente con alguien empático, generoso y que inspira confianza.
Hacer una valoración en estos términos no deja de ser siempre arriesgado -a partir de un encuentro relativamente breve- pero nos lanzamos a la piscina sin miedo porque esas vibraciones son las que nos ha transmitido y han sido coherentes precisamente con todo lo que ha ido respondiendo.
Además de todo ello, y no menos importante, Jorge es onubense, el primer natural de Huelva que dirige la Refinería. Resulta muy agradable recibir explicaciones al máximo nivel en relación a la refinería con acento onubense. Un ‘taicuá’ de vez en cuando suena emotivamente cercano en la charla, te ayuda a aproximarte a la persona, a situarlo en nuestros espacios, más allá de la propia refinería… en cualquier calle de Huelva, en los Maristas, en Punta Umbría, en los senderos de nuestra provincia. Un hito histórico del que debemos sentirnos satisfechos sus comprovincianos y paisanos.
Se autodefine como «ingeniero de letras». Le gusta el diseño, la arquitectura. Nos parece una combinación singular de persona tranquila y curiosa, inquieta en cuanto a seguir aprendiendo. Él, a tenor de lo que hemos visto, es un libro abierto que va ampliando las posibles páginas que puedes ir leyendo casi sin darte cuenta. Y no tiene reparos en admitir carencias o reconocer puntos de mejora, lo que refuerza la credibilidad en sus fortalezas.
Al poco la conversación con el director de refinería va multiplicando su interés. Y a medida de que íbamos hablando comprobábamos que, además, Jorge es alguien muy divertido. Nos proporciona respuestas serias y comentarios con gracia de forma alterna.
Se ríe y sucesivamente cambia de forma suave el semblante para centrarse en el rigor de lo que quiere decir. Conjuga el humor con la seriedad con una naturalidad que se te hace super amena.
Si ha llegado a este punto, querido lector, sinceramente le recomendamos que lea el artículo completo. Pasaba el tiempo en la charla con Acitores y cada vez nos entraba ganas de más. Ha resultado complejo conformar el texto porque la conversación se extendió, dado su interés, más de lo previsto. Pero sigamos.
Singularidades de la Refinería de Huelva
Nos recibe cortésmente, vestido con ropa de faena. Ello ya comporta un mensaje. Lo primero que le preguntamos es si existen algo así como ventajas competitivas o elementos diferenciales que pudiesen situar a La Rábida en una posición preminente en el contexto de las refinerías españolas -que son ocho-. Nos responde en términos de dos perspectivas, actual y futura.
Respecto a la actual, Jorge comenta que a primera vista en materia de recursos humanos lo que podríamos encontrarnos en una refinería de Repsol -principal competidor-, por ejemplo, aparentemente viene a ser lo mismo. Pero cree, no obstante, que en tal sentido hay fortalezas distintivas en Huelva y San Roque -la otra refinería de Cepsa-.
Considera que hay un compromiso de empresa muy potente aquí -como en San Roque-. «Creo que al final eso es lo que marca la diferencia -afirma-. Tu ves en la plaza de un pueblo dos establecimientos, uno que está lleno y otro que está vacío… uno tiene una marca de cerveza y otro otra, y es normal, pero la gente lo que valora es el servicio, la gente. En las fábricas no deja de ser un poco lo mismo. La diferencia está fundamentalmente en la gente, su capacitación técnica y el compromiso que tienen. Yo creo que esto si es una de nuestras fortalezas. Después es un complejo muy moderno.
Es verdad que en el ciclo inversor anterior todas las refinerías de España han experimentado una modernización muy grande, pero es que en nuestro caso media refinería es de 2006 para adelante. Toda la parte de Benzeno, Hidrógeno y la propia ampliación, son muy eficientes. Eso es muy valioso para competir, y sobre todo también el aspecto de las emisiones, nuestra eficiencia en este sentido tiene un efecto en los costes que nos permite competir con ciertas ventajas».
Acitores cree que desde la perspectiva de futuro hay incluso más fortalezas. «Por que si que es verdad que de cara a la economía del hidrógeno nosotros mismos somos grandes consumidores de hidrógeno -gris- con lo cual a la hora de desarrollar las plantas de hidrógeno verde si que tenemos un consumidor, que somos nosotros mismos, bastante importante. Lo normal, por tanto es que consigamos economías de escala aquí en Huelva. Esto va a ser un mercado, oye, en el que al final se van a destacar una serie de empresas, y nosotros estaremos entre ellas. Habrá mucha ‘selección natural’ al principio, porque todo el mundo quiere subirse al carro del hidrógeno verde».
En este sentido el ingeniero onubense advierte con cautela, frente a los triunfalismos que vemos hoy en día en relación al referido hidrógeno verde, que «la tramitación y gestión de estos proyectos no van a ser sencillos. Por eso la supervivencia en este sector emergente no va a ser de tantas empresas. Nosotros sí, porque estamos bien posicionados por lo indicado«.
Jorge Acitores admite que hay aspectos a mejorar, a desarrollar. En concreto «un punto que podría ser negativo para nosotros es el tema de las salidas a exportación. El mercado en el que hemos trabajado más tradicionalmente ha sido muy nacional. España y Portugal, digamos Iberia, es una isla desde el punto de vista del mercado del refino, donde tenemos bastantes refinerías y estamos muy bien abastecidos. Pero si que es verdad que en el horizonte veremos un declive de la parte de lo que es hidrocarburos y ante eso habrá que salir más al exterior.
Y ahí -continúa- sí que es verdad que tenemos una necesidad de poder exportar mejor que hasta ahora. La red española de oleoductos siempre ha sido muy buena, pero después lo que es la parte del transporte marítimo nuestra costa es un poco complicada para eso. Tenemos una ría que es verdad que es un puerto natural pero al final tiene calados pequeños y eso nos hace depender de una monoboya. Estas infraestructuras tenemos que desarrollarlas más, y es en lo que estamos».
Indica que se habla mucho de las plantas nuevas, porque es muy espectacular, «pero lo primero que llevamos desarrollando es el muelle petrolero, donde estamos haciendo una actualización grande, sobre todo en el tema de tuberías. Además vamos a construir un muelle nuevo en la zona del Muelle Sur, buscando poder operar con barcos más grandes. Este muelle es muy relevante porque está orientado a exportación de combustibles, sobre todo a África, y luego a importación y exportación de materias primas y productos de biocombustibles«.
Hidrógeno verde
Hablamos, como no podría ser de otra manera, del hidrógeno verde, preguntándole la razón del vertiginoso crecimiento en lo que se habla de este combustible y el impulso decidido a proyectos de su producción. Para Jorge hay dos coyunturas muy relevantes que determinan el escenario actual. Por un lado la creciente evolución de la conciencia ecologista y muchas directivas europeas que han ido en consonancia. «Esto -afirma- ha impulsado una descarbonización muy acelerada. Se ha buscado tecnología y el hidrógeno verde cierra muchos flancos, lo puedes producir a partir de energía renovable y después no te genera ningún residuo, digamos, a la hora de procesarlo o a la hora de emplearlo«.
Otros impulsos muy importantes para Acitores han sido primero la pandemia y luego la guerra. Respecto a la pandemia, indica que la experiencia de desactividad nos ha permitido comprobar de forma nítida el impacto en el medio ambiente -sobre todo al reducirse de forma drástica la circulación de vehículos-. La conciencia medioambiental ahora es más acentuada.
Y la guerra cree también que ha creado un sentimiento de urgencia. «Parecía que la transición desde los hidrocarburos la iba a hacer el gas natural, que es bastante menos contaminante que el fuel-oil o el carbón, y mientras se fuese desarrollando el hidrógeno pues parecía una buena opción. El control de Rusia sobre el gas ha descolocado a Europa, en especial a Alemania, y ha habido que acelerar la búsqueda de alternativas. Y en esta del hidrógeno verde Europa puede ser líder, evitando la dependencia de Estados Unidos«.
«Ahí el hidrógeno verde ha aunado muchas aspiraciones -opina-, pero a día de hoy la verdad es que quedan pasos. Porque hay muchas complicaciones… no hay aún una logística que esté preparada, el hidrógeno no es un gas fácil, es muy pequeña la molécula y resulta poco manejable. Entonces muchas veces el hidrógeno va a ir embebido en otras moléculas, en amoniaco o en etanol, y después la conviertes en una planta en hidrógeno para usarlo.
Pero ¿dónde están esas redes, dónde está esa logística? esto va a tener un coste muy elevado y habrá que preguntarse quién lo va a asumir. Además hay que saber de donde vamos a sacar el agua y la electricidad. Nosotros tenemos para 2030 aquí en Huelva una previsión de un gigavatio, y probablemente tengamos capacidad para producirlo, pero dependemos de energía renovable.
Luego tenemos el tema del agua. Estamos sufriendo una importante sequía. Antes el agua era un bien que se consideraba casi inagotable. La realidad actual nos obliga a que al agua haya que darle un tratamiento diferente. Aquí estamos tratando de maximizar la recirculación del agua, pero hay que darle una vuelta de tuerca más, porque lo nuevo se tiene que hacer apoyándonos en las infraestructuras existentes, y además a un corto plazo porque los primeros desarrollos hay que hacerlos pronto. Son, por tanto, retos muy relevantes: la tecnología, la logística, el agua y la electricidad.
Entiende Jorge que en estos retos Europa tendrá que actuar con juicio, porque cree que quizá se sea algo aventurado cuando se fijan fechas estrictas para cumplir algunas metas.
Cooperación
Considera muy bonito estar en un puesto como el que ocupa en este momento tan apasionante de cambio. Huelva para él tiene grandes oportunidades, siempre que se nos dote de adecuadas infraestructuras hídricas. «Existen obvias deficiencias en este sentido. Se habla del túnel de San Silvestre, pero el Puente Sifón es igual de umbilical. Ahí está la presa de Alcolea sin ejecutar, que sería la que podría dar seguridad a la agricultura, a la industria y al consumo humano«.
Opina, enlazándolo con lo anterior, que «somos una provincia que lidera ámbitos medioambientales, agrícolas e industriales, y se compatibilizan. El otro día enseñamos al presidente de la Junta nuestra Laguna Primera y se quedó alucinado. Haces un giro de 360º y te encuentras agricultura, industria, turismo y medio ambiente, todo conviviendo sin ningún tipo de problema. Y no podemos renunciar a ser líderes en todo ello».
Es Acitores un convencido del concepto cooperación. La aplica en la trazabilidad de sus productos pero también en la interacción entre los distintos sectores. «Debemos ir juntos, aisladamente no se consigue nada, no se puede actuar solo«.
Seguridad
Le preguntamos por la seguridad, y nos dice que «para nosotros la seguridad industrial es, entre los distintos valores uno fundamental. Nosotros hablamos de que cuidamos a las personas y cuidamos el planeta. Por tanto cuidar a nuestra gente se establece como esencial. Además, nuestro consejero delegado –Maarten Wetselaar– en un año es impresionante lo que ha hecho en Cepsa, sobre todo yo diría que el estímulo de la imagen que nosotros tenemos de nosotros mismos.
Para ello, para la seguridad, apunta Jorge que «tienes que tener una plantilla muy comprometida, tienes que ser muy planificado, tienes que saber invertir en cosas que a lo mejor no tienen un retorno inmediato. Hay que aspirar a ser líderes en seguridad -objetivo que se marca Cepsa-, porque siendo líderes en la seguridad seremos líderes en todo lo demás«.
Y en medio ambiente la refinería tiene el área fusionado con la de seguridad. En este aspecto medioambiental tienen claro el apartado de actividad marina es la parte más sensible de todas. Resalta Acitores que «estamos muy cerca del Parque de Doñana, estamos en un estuario, enfrente de nuestros dos pantalanes tenemos Marismas del Odiel.
Estamos en un sitio especial, por tanto. Cualquier incidente insignificante que tengamos genera una preocupación muy importante. No puedes escatimar. Al final el mismo concepto que tienes para las personas, cuando lo aplicas al medio ambiente es que es para todas las personas.
El entorno es de todos. Aquí, en el respeto y cuidado del medio ambiente siempre tratamos de ir por delante de la normativa. En las medidas de seguridad en nuestros pantalanes es quizá donde nos estemos gastando más dinero en los últimos años en la Refinería, son puestos muy críticos. Ahora en Torre Arenillas tenemos un obrón porque vamos a cambiar toda la tubería«.
Y esa seguridad va asociada a la aplicación de las mejores y más modernas tecnologías. «Mucho antes de la era de la digitalización, –comenta Jorge- el robot interior para inspeccionar la tubería de la monoboya lo llevamos utilizando desde 1996. Analiza de continuo la misma y cuando observa algún punto de menor espesor se mandan los buzos y se repara. Tenemos todo muy monitorizado y bajo control, ahí no nos podemos permitir fallos«.
Personas
Precisamente desde 1996 está trabajando en la refinería onubense Jorge Acitores. Toda la vida en la misma empresa. Eso nos lleva a preguntarle por el concepto de rotación y las carreras profesionales dentro de una misma organización. Nos comenta que en una empresa como esta ve muy positivo contar con personas que lleven una vida paralela a la entidad.
«Yo soy muy defensor, Chicho lo sabe –Narciso Rojas, responsable de comunicación y relaciones institucionales, nos acompaña-, del espíritu Kaizen, y aquí estamos en esa filosofía japonesa de la mejora continua pero desde dentro. En una empresa como esta yo veo muy positivo que la gente se lleve toda una vida trabajando. Es verdad, no obstante, que el cambio de personas muchas veces le pega un meneo a las organizaciones, como hemos comentado antes en relación a nuestro consejero delegado. Y hay veces que incluso es imprescindible«.
Considera una ventaja poder trabajar en una empresa grande como la suya. Permite desarrollarse profesionalmente y, como en su caso, pasar por muchos puestos y aprender de todo, contando con tiempo y recursos para dar rienda suelta a la creatividad, a la imaginación y a la propia ambición técnica. El afianzamiento y la continuidad, según Acitores- «te proporciona orgullo de pertenencia, pero es verdad que las personas no pueden estar estáticas, tienen que estar cambiando de funciones. Eso te lo posibilita una empresa grande como esta, en una pyme no es posible».
«En una empresa pequeña -añade- alguien que despunta mucho se queda sin mundo, pero en una empresa como esta, que tiene tantas funcionalidades, que tienes tantas posibilidades de crecer, sumarte es una gran oportunidad profesional que te permite crecer. Aquí las cosas que has estudiado en los libros se cumple. Te das cuenta cuando ves, por ejemplo, que la ley de los grandes números existe. Aquí las estadísticas funcionan. Es otra historia».
Así lo ha vivido personalmente porque «el joven Jorge Acitores que entró aquí se parece bien poco, entonces tenía más pelo y era más guapo -se rie-, al que estás entrevistando ahora. Entras en la empresa, participas de su espíritu y vas creciendo, tienes orgullo de pertenencia, pero por otro lado vas cambiando. Las personas tienen que moverse«.
Manifiesta que le gusta entrevistar a cada joven cuando se incorpora inicialmente a la empresa. A nosotros, a tenor de todo lo que estamos hablando, nos parece que la condición personal y el sentido de la responsabilidad de Jorge le induce a implicarse en el proceso de mentoring con los nuevos, reviviendo de alguna manera su propia experiencia personal en la compañía y devolviendo aquello que en su día los ‘mayores’ hicieron con él.
Entrando en este apartado nos parece que Jorge se emociona. A él le ayudaron, le permitieron crecer. «El orgullo por el sentido de pertenencia hay veces que esta sociedad es difícil de mantener, hay que tratar de conservarlo. Aquí los fundadores de la Río Gulf, como el padre de este señor -señala con la mirada a Rojas- eso lo vivían intensamente, consideraban su planta como lo mejor que hay«.
«Yo ahora cuando entrevisto a algunos operadores, por ejemplo, el otro día me lo decía uno. Su padre había trabajado aquí y me comentó ‘mi padre siempre me lo decía, entra en refinería porque eso es lo mejor del mundo, a mi me ha cambiado la vida‘. Entonces, claro, un trabajador que dice eso… te va a dar un 200 %. Eso solo se consigue con el tiempo, por eso yo soy más de esa filosofía«.
Hablando de su condición de primer onubense director de la refinería nos dice que cuando fue nombrado se sintió naturalmente orgulloso, pero sobre todo agradecido -notamos un brillo en sus ojos-, «porque… porque yo he crecido aquí. Entonces… y eso ligado a Huelva pues item más. Yo soy hijo del Polo, mi padre vino a Celulosas y yo he vivido mucho la industria desde chiquitito. Para mi, bueno… mi madre cuando me presentaba a los amigos cuando era más joven decía este es mi hijo, que es ingeniero de la Río Gulf, y se le llenaba la boca. Entonces es que… siendo de aquí y haber llegado a ser director, eso no se consigue solo. Porque, oye, es verdad que aquí en refinería me he movido por todos los departamentos y, claro, te van empujando ellos.
Tu pones de tu parte, tienes el componente de suerte, pero si tu no has tenido equipos que te han aupado tu no llegas. Al final es un reconocimiento a todos los equipos de los que has formado parte. Es un sentimiento de orgullo y también de agradecimiento hacia ellos«.
Le preguntamos si en aquellos tiempos iniciales podría imaginar que terminaría siendo director. Nos dice, y nos reímos, que se lo decían, y es verdad. Pero ya más serio responde que «bueno… yo que sé. Es verdad que yo nunca me he puesto límites y soy una persona ambiciosa, no lo voy a negar, pero esto tampoco es una cosa que me haya cegado. Yo en ese aspecto cuando empecé a trabajar, el primer responsable que me entrevistó me dijo, ‘Jorge tu dedícate a trabajar, a ser muy bueno haciendo lo tuyo, el futuro tu lo vas escribiendo en esos pequeños detalles‘. Hay que ser hábil, hay que ser buen compañero y hay que tener espíritu de empresa«.
En la familia, su entorno más íntimo, llevan bien este mundo de Jorge. Razonablemente hay veces en que se quejan en una demanda de más tiempo, pero están contentos. Hay sensaciones especiales que comenta nuestro entrevistado como cuando nombrado director fue a dar una charla a su colegio, los Maristas, a segundo de Bachillerato a hablar de futuro profesional. Recuerda que «Allí estaba también mi hija… eso… eso no está pagado. Eso supone una satisfacción enorme… eso, es que trabajamos para esas cosas«.
Está totalmente de acuerdo que el compromiso que se puede esperar de una persona que sea de Huelva dirigiendo la fábrica, por esta naturaleza, puede ser muy superior. Lleva en el corazón la refinería y nos ofrece apreciaciones que convergen en esa identificación emocional con la misma entendiéndola, más que una instalación, un colectivo humano que ha marcado su vida. «Estás comprometido con la gente con la que has trabajado, con tus vecinos. En Huelva mucha gente trabaja aquí o está vinculada. Mucha gente ha aprendido una forma de trabajar aquí. El estándar ha sido muy alto. Esto ha sido una escuela. De hecho, por ejemplo, los contratistas de Huelva a nivel de España tienen muy buena fama, por que son muy buenos trabajando.
Hay cuestiones muy específicas de la planta, como «lo dura que es la vida del turno -un trabajo muy de controlador aéreo-, y el gran desempeño que hacen en este sentido los operarios, a quienes hay que apreciar mucho«.
Más allá de su compromiso tiene claro, no obstante, que la familia es lo primero. Quizá con el tiempo ha aprendido a hacer más práctica esta jerarquía. Le gusta verse con los amigos y se considera un hombre normal. Hay quien dice en su entorno que es un hombre tranquilo.Y si que es verdad, a lo mejor es lo que pide el puesto. Así soy yo, es difícil alterarme«. Además tiene un buen equipo que le permite tener tiempo de desconexión. En cuanto a hobbies le gusta mucho andar, pasear por el bosque y hacer cosas que vayan en esa dinámica de tranquilidad.
Necesita la costa, como muchos de nosotros -quizá la mayoría- para vivir. Una ciudad ‘manejable’ como la nuestra le resulta ideal. Se quedó aquí también por una cuestión familiar, «mi padre que estaba ya jubilado, mi mujer también que estaba haciendo el Mir -ella es médico- y entonces me vine a Huelva, porque yo estaba trabajando en Madrid cuando salí de la carrera«. En la carrera se había ido de Erasmus -cuando aún no se estilaba- y estuvo en Birmingham -una experiencia maravillosa, recalca-. El en realidad podría haber estado en otro lugar, en su momento no le hubiese importando, pero se le nota feliz de haberse quedado aquí.
Considera que el futuro se lo labra uno mismo, pero tienes que tener claro a donde vas, y tener una línea, que seas una persona previsible. El factor suerte también influye pero cree en todo caso que hay más causalidad que casualidad.
Le preguntamos por personas clave en su vida. Responde que si tiene que personalizar en alguien esa influencia considera que es su mujer, «siempre me ha centrado, dentro de mi despiste -se ríe-. Siempre le he consultado muchas cosas, me pasa esto, me pasa aquello. Después la propia experiencia familiar, de mi padre, pero mi mujer quizá sea lo más importante. Y aquí profesionalmente pues bueno… es que he tenido varios jefes y también gente que no ha sido jefe y me ha ayudado.
«Quizá hay dos personas aquí, dos responsables de planta antiguos que siempre apostaron por mí. Siempre apostaron por mí y además siempre me dieron siempre consejos que me han quedado para siempre. Los sigo recordando y usando».
«Uno de ellos fue Antonio Mora. Y otra persona que siempre apostó por mí, al igual que Antonio, fue Fernando Mihura. Éramos sus niños. Cuando tu ves una persona que está en un escalafón superior y ves que aprecia lo que yo podía tener en ese momento, cuando era un principiante… son personas por las que me siento muy agradecido. Si no conoces y reconoces de donde vienes es muy difícil construir, primero el presente y luego el futuro. Si, les estoy muy agradecido».
Para Jorge son personas que han posibilitado seguir unas líneas que constituyen la esencia de la actividad, que el que llega nuevo siempre desconoce. Y considera el mentoring como una de las cosas más bonitas que se pueden experimentar en la fábrica, como mentorizado o como mentor. Mentorizar es para Acitores «como criar a un hijo, requiere esfuerzo, tiempo, pero genera muchas satisfacciones. Cuando lo ves alcanzar metas se te caen dos lagrimones«.
Tiene tres hijos: niña, niño y niña. La mayor ahora va a hacer 21, va a hacer 19 el de enmedio -ya están los dos en Madrid estudiando- y la pequeña tiene quince para dieciséis. se produce una anécdota -quizá no tanta- con sus dos hijos, chica y chico. Le preguntamos por si han seguido su senda profesional, y nos cuenta sonriendo que «como el padre es ingeniero y la madre médico están haciendo los dos ingeniería biomédica. Es como los ingenieros que tenemos aquí, pero aquí estamos dedicados al proceso químico y ellos están dedicados al proceso humano, las prótesis, instrumental médico. Al principio yo dije ¿esto que es? y luego he pensado pues mira yo podría haberlo estudiado, es algo que me parece interesante».
Volviendo a la fábrica, considera que la plantilla actual se siente orgullosa de trabajar en Cepsa, pero admite que hay una labor en recuperar ese orgullo. «Es como todo, hay que estar alimentándolo continuamente. Quizá ha habido momentos donde nos hemos fijado demasiado en el resultado y no nos hemos dado cuenta en como conseguimos el resultado. Tienes que estar muy pendiente, tienes que estar escuchando. A los chavales de ahora, como a todos, hay que cuidarlos«.
Hablando de momentos especialmente satisfactorios en la compañía Jorge nos dice que tiene muy buen recuerdo de cuando asumió la responsabilidad de dirigir el primer equipo, la primera vez que tuvo gente dependiendo de él. «Porque yo tenía ese gusanillo, yo era muy buen técnico, pero pasar a dirigir personas era algo que tu mismo no sabes si lo vas a hacer bien. Porque además pasa eso, te pones a dirigir gente mucho mayor que tu, con muchísima experiencia, que sabe más que tu, y yo no sabía como iba a encajar eso… y esos fueron unos años que para mi fueron maravillosos«.
Prospectiva
Le pedimos que nos haga una proyección a una década para la refinería. Responde que «ya el año pasado convertimos una parte de la planta a biorefinería, y en esas fechas posiblemente muchas plantas habrán pasado o bien a procesar vegetal o de residuos. En cuanto a la gestión de agua y nuestros propios residuos cada día vamos a ser más circulares, lo tengo bastante claro.
Muy poco residuo va a salir de la refinería, al final se alimentará otro proceso. Está claro que los procesos van a ser de diseño sostenible, si no no van a ser. En cuanto a la plantilla creo que cada vez tendrá más capacitación. El nivel actual de automatización es muy alto pero el mundo lo que va a requerir cada vez más es flexibilidad, y para eso te tienes que adaptar a muchos escenarios diferentes. Otro de los retos que tenemos a corto plazo, en este sentido, es que va a ser difícil captar talento«.
Jorge, sin embargo, también se vanagloria de que la fábrica tenga mucha capacidad de captación. Resulta atractiva para los estudiantes que terminan sus carreras. Cuando hacemos convocatorias se presentan muchos optantes. «Y eso hay que mantenerlo -afirma convencido-«.
Finalizamos la charla y cuando vamos saliendo pensamos que en ocasiones pasa, y esta ha sido una de ellas. A medida que hablábamos iba viniéndose a nuestra cabeza Gardner -aquel psicólogo americano de las inteligencias múltiples- y en nuestra mente observábamos con claridad que en Jorge Acitores se hacen indisolubles la condición de buena gente con la excelencia profesional que su trayectoria pone de manifiesto. Enhorabuena.