RFB. Es Bella pero no de Lepe, y es la única bombera de Huelva. Ahora tiene familia en la localidad costera, aunque nos dice con la primera acogedora sonrisa -de un continuo en toda la entrevista- que es de Aljaraque. Le da igual que le llamen bombera o mujer bombero, ella está en otra historia. Bella Orta nos parece muy por encima de etiquetas, estereotipos o expresiones políticamente correctas o incorrectas. Tan simple como que en realidad es un ejemplo, real, tangible y rotundo, de que la mujer es capaz de mucho más de lo que pueden encorsetar los roles tradicionales.
Cabo del Parque del Consorcio Provincial de Bomberos Bella, con una experiencia en esta llamativa labor que supera las dos décadas, bien podría ser relaciones públicas de una empresa multinacional, maestra de escuela, profesora de instituto o animadora de un hotel de cinco estrellas. Esa es su cálida y extravertida acogida la sensación que nos produce. Pero no, ella estaba encaminada desde chica a algo aún con más incertidumbre, con más riesgo y variabilidad en los escenarios imprevisibles que el azar determina cada jornada.
Y aunque eso del azar siempre es cuestionable, Bella se siente deseosa de seguir viviendo una intensidad profesional que le hace feliz. El contacto con lo que acontece desde el lado de los buenos, de los que ayudan, también venía en ella de serie, desde bien pequeña. Por eso comenta que quizá podía haber sido así mismo policía local, o miembro de las Fuerzas Armadas. Pero no, ella quería algo más singular, menos común para una mujer.
Todo empezó a culminar desde aquella orientación con origen infantil cuando Bella entró como voluntaria en el Parque -antes existía tal modalidad, según nos señala-. Luego alcanzó la interinidad laboral para finalizar obteniendo su plaza, la única de este gremio ocupada por una mujer en la provincia de Huelva.
Esta femenina joven se desenvuelve, como ella entiende y cualquiera con dos dedos de frente sin que debiera ser una sorpresa, a las mil maravillas en un equipo en el que todos los demás son hombres. Es más, a nuestra pregunta, manifiesta que si cree que su condición de género aporta un valor añadido a la labor del equipo.
Sus hijas no le han seguido en la opción profesional, algo que no le hubiera, ni mucho menos, disgustado. Nos sorprende Bella porque la abordamos justo al salir de su guardia de 24 horas y, a pesar de que la jornada ha estado movidita -lo corroboran sus compañeros-, parece que se acaba de vestir después de ducharse tras levantarse de un reparador sueño. Como si hubiera acabado de llegar de casa, vamos, y no lo contrario que es lo que es. Le gusta tanto esto -ser bombera- que nos reímos cuando nos cuenta una anécdota de esta misma guardia que acaba de finalizar.
Se encontraba realizando una intervención en Palos -que estaba de feria este fin de semana y habían avisado de un pequeño problema con una pirotecnia- y cuando ya estaban terminando se le acerca un guardia civil y le comenta que lo que más le ha sorprendido de la resolución del incidente es el semblante de disfrute que mostraba cuando estaba realizando su trabajo.
No hemos tenido la oportunidad de ser testigos del desempeño de Bella, afortunadamente, pero todo indica que tiene que hacerlo bien, con profesionalidad. Porque cuando el trabajo es una fuente de felicidad, como transmite nuestra interlocutora, tiene necesariamente que ser bien ejecutado.
Una garantía que, en el ratito que estuvimos juntos en el Parque de San Juan del Puerto, a nosotros nos dio la sensación nítida que se extiende al resto de sus compañeros. Una maravilla que como ciudadanos podamos estar tranquilos.
Y esta cuestión no resulta baladí. Confiar en que los servicios de emergencias están desempeñados por gente profesional y que ama a su trabajo es la mayor garantía. Y el grupo de bomberos del que forma parte Bella transmite esas vibraciones. Se adereza esta apreciación con el buen ambiente que se percibe.
La cabo bombera de Huelva se encuentra a gusto con sus compañeros y viceversa. El equipo de intervención -nos cuenta- se compone de un jefe de parque, un/a cabo y tres bomberos. Hemos coincidido haciéndole la entrevista a Bella con la amabilidad de sus compañeros Gonzalo Córdoba, Ale López y Javier Monje.
Al hilo de la conversación con Bella nos acercamos a los camiones y tenemos una amena pero breve charla con la bombero y sus colegas. Nos cuentan cosas que en nuestra ignorancia desconocíamos -aunque parecen más que lógicas-. Limitación de velocidad en los vehículos y una preparación especial que tiene cada uno de estos profesionales precisamente en conducción de las autobombas -todos son susceptibles de conducir-.
Consideran que cuando van en carretera con las luces y sirenas de emergencia la gente colabora facilitando el paso, pero algunos dicen que van despistados y tardan en apreciar las señales de aviso.
La única bombera de Huelva destaca que cada jornada que entra a trabajar lo hace con ilusión y expectación. A ver qué le depara la guardia piensa siempre, en positivo. Ayudar a gente que lo necesita en una emergencia le llena personalmente y culmina profesionalmente. Ahora tiene, así mismo, otra circunstancia ilusionante, se está construyendo al lado de donde nos encontramos el nuevo Parque de Bomberos. Mejores instalaciones, una buena noticia.
Agradece vivir la experiencia del agradecimiento -valga la redundancia- de la gente a la que ayuda. Debe ser impresionante -eso pensamos- observar los ojos de aquellos que están angustiados por una emergencia y puedan verte algo así como un ángel de la guarda que acude a socorrerlos.
Bella es la única bombera de la provincia de Huelva y una de la pocas de Andalucía. Le gustaría tener más colegas femeninas como muestra del avance de la mujer y cree que ese es un camino felizmente irreversible. Un placer la charla y un sentimiento de seguridad el que nos ha producido la conversación con ella y sus compañeros.
Enhorabuena.
