Pedro Sánchez y Feijoo, reunidos en secreto en Doñana

Redacción. Sánchez y Feijoo en Doñana. Encuentro inesperado, por la crispación institucional que reina España en los últimos tiempos. Unas intensas horas de negociación para un principio de entendimiento -mínimo pero muy relevante- entre los dos referentes políticos principales del país, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijoo. El resultado ha sido un decálogo de actuaciones asumido por ambos responsables y que harán público en los próximos días en una comparecencia conjunta.

Una cita que se gestó de forma muy discreta entre los respectivos jefes de gabinete pero en la han tenido un papel destacado dos respetados ‘históricos’ de la política, la socialista Rosamar Prieto-Castro y el ex-ministro y ex-presidente del Congreso de Diputados, Jesús Posada Moreno. Ella es veterana militante del Psoe en Andalucía, con diversos y relevantes cargos en su historial, y amiga de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Tienen ambos en común que fueron gobernadores civiles de la provincia de Huelva, Posada con Adolfo Suárez de Presidente y Prieto gobernando Felipe González.

Todo ha sucedido con inusitada rapidez. El mismo lunes 26 se cerró el acuerdo para el encuentro. Este se celebraría al día siguiente, ayer martes por la tarde en Doñana. Algo inimaginable tan solo unos días antes. Entonces el escenario estaba envuelto en uno de los enfrentamientos políticos más relevantes de los últimos años en España a causa de la controversia sobre el Tribunal Constitucional y las leyes recientemente aprobadas.

Según lo previsto en el acuerdo preliminar, el presidente del Gobierno realizaría al final de la mañana los últimos anuncios de esta etapa pre-consensual tras el consejo de Ministros convocado para ese 27 de diciembre, y posteriormente se dirigiría en helicóptero al Palacio de las Marismillas de Doñana. Es en este lugar donde -además de en el término toledano de Quintos de Mora- tiene previsto pasar las vacaciones navideñas junto a su familia.

Inicialmente estaba programada una primera parte de estas vacaciones del presidente en Quintos de Mora y una segunda en Doñana. Pero la vertiginosa negociación para la cita al máximo nivel, y el más alejado -de Madrid– enclave marismeño hicieron conveniente cambiar el orden de los emplazamientos vacacionales.

Ha sido tradicional para los distintos presidentes españoles de la democracia el considerar Doñana como un lugar de encuentro. Como paraíso natural, lejos del ‘mundanal ruido’, parece el espacio más adecuado para reuniones de alto nivel. Esa tradición empezó con Felipe González y ha continuado con todos y cada uno de los demás, siendo Sánchez un fiel exponente de la misma.

La suma discreción con que se ha llevado a cabo el encuentro ha sido llamativa. Suponemos que las expectativas no eran demasiado altas en relación a un desenlace positivo. Una de las consecuencias de esa desmedida reserva ha sido que Núñez Feijoo se ha trasladado a la provincia onubense en automóvil. Inició el trayecto a primera hora de la mañana, mientras Pedro Sánchez desarrollaba en la Moncloa la última reunión del año del Consejo de Ministros, a los que no informó de su prevista cita vespertina.

Las fuentes consultadas por este medio no han facilitado el contenido completo del acuerdo de estado. No obstante si los fundamentos principales y algunas de las medidas consideradas. Así, según estas, la razón que se esgrime en el preámbulo del Pacto es una respuesta a lo que entienden demanda la mayoría natural de la población española. Aceptan ambos dirigentes que esta es distante en general de posiciones tan polarizadas como las que han ido marcando los ritmos políticos en los últimos tiempos.

Esa sorprendente sintonía se traduce en los diez puntos de acuerdo. Entre ellos, según hemos podido saber de forma parcial, se encuentra el compromiso de permitir la investidura de los candidatos a presidente de la nación que hayan ganado las elecciones. Se haría garantizando las abstenciones recíprocas de cada partido. El propósito es que no haya que depender de los peajes costosos, irreversibles e insaciables que tradicionalmente vienen cobrando partidos nacionalistas e independentistas a ambos partidos de gobierno. Escenario éste tan insolidario e injusto y que tanto daño hace al conjunto de España -por naturales intereses contrapuestos-.

En el mismo sentido se pretende con ese compromiso que los gobiernos no desgasten energías, tiempo y recursos en medidas populistas de amplio espectro -normalmente ineficaces-. Son aquellas que suelen ser la moneda de cambio para ‘pagar’ el apoyo de partidos nacionales de posición polarizada.

Otro acuerdo que parece han adoptado es hacer una revisión consensuada del estado de las cosas en tres aspectos clave para el progreso. Aspectos que afectan a la convivencia y el bienestar de todos los españoles: el sistema de pensiones, la educación y la sanidad. En este sentido se han comprometido a, aún manteniendo las competencias autonómicas, aprobar conjuntamente una legislación especial. Será la que permita una visión a largo plazo común, unos derechos igualitarios entre todos los españoles, un desarrollo intelectual y un acceso y divulgación de la cultura y el conocimiento similar para todos los ciudadanos del país. La historia, como fuente de identidad, cultura y convivencia, también se pretende que sea impartida en todos los territorios españoles por igual. Ello será compatible con contenidos específicos de cada comunidad.

La importancia precisamente del ciudadano frente a los territorios es una máxima que han acordado Sánchez y Feijoo llevar a cabo en sus actuaciones, sea quién sea el que gobierne. La solidaridad y la atención social plena propia de un estado moderno es según este acuerdo, así mismo, un objetivo justo, prioritario e irrenunciable. Ambos se comprometen, igualmente, a consensuar los aspectos esenciales de la política económica y de hacienda pública. El disparado déficit público nacional lo hace más que justificado. Entienden que ello es compatible con la legítima acción política partidaria.

Alberto Núñez Feijoo cuando se establecieron el lunes las improvisadas negociaciones para la trascendental cita con Sánchez en Doñana ya era conocedor de la reciente encuesta de GAD3. El sondeo de este gabinete -los que más se acercaron en las últimas Andaluzas al resultado- le augura buenos pronósticos electorales. No obstante aceptó la reunión y la serie de compromisos resultantes. El presidente del Gobierno, por su parte, lidera las expectativas electorales según el último CIS. Pero igualmente ha entendido que la situación requiere un esfuerzo de generosidad y un abandono del tradicional sectarismo que domina a la política española.

Ambos son conscientes, sin duda, del efecto positivo que en la confianza de los españoles supondrá la materialización de este acuerdo, que será visto con muy buenos ojos por parte de la Unión Europea -tiene que liberar fondos muy necesarios- y mostrará al exterior una imagen de España bastante más reputacional que la que se está trasladando en los últimos tiempos.

El acuerdo alcanzado por el presidente Sánchez y Núñez Feijoo ha sido ‘bautizado’ por sus gabinetes como el Pacto de Doñana. Los responsables provinciales de ambos partidos en Huelva, María Eugenia Limón -PSOE- y Manuel Andrés González -PP-, estaban al corriente de la reunión. El sigilo con el que se había organizado la misma supuso que solo fueran ellos los avisados. Se desplazaron por separado a Las Marismillas para saludar a sus dirigentes. Al acabar el encuentro casi de madrugada, asumieron el compromiso de adoptar, a nivel provincial, un acuerdo de similar naturaleza. Iniciarán las negociaciones en breve.

Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijoo, Doñana, 28 de diciembre de 2022.