RFB. Con permiso de la calle Miguel Redondo y transversales varias del antiguo barrio de San Francisco. A finales del siglo XIX y principios del XX el mundo marítimo en Huelva se nucleaba en la calle Marina. Es verdad que en la calle Odiel -actual Avda. de Italia- había algunos establecimientos relacionados con la actividad portuaria. Pero es en la antigua ‘Calzada’ donde realmente se vivía la conexión urbana con su vertiente marítima. Era la calle que conectaba el centro de la ciudad, desde mucho antes, con las arribadas de los botes pesqueros y el fondeadero de los mercantes.
Esa calle que, como señalamos, era la de la Calzada, luego fue llamada Marina, desde 1868 hasta 1891 en homenaje a la Marina Española. El 11 de marzo de aquel año la Corporación Municipal la renombra como ‘Almirante Hernández Pinzón‘, en honor al célebre marino moguereño. Así se mantiene hasta la guerra civil en la que, una vez ocupada por los nacionales, pasa a denominarse General Franco. Esta nomenclatura política perdura en la dictadura, pero la gente sigue llamándole en esos años calle Marina. Queda abolida aquella denominación al restaurarse la democracia y volver al que era de uso más popular y hoy prevalece: Marina.
Esta calle es la más marina para muchos en Huelva. Para aquellos que pudimos conocer su fisonomía anterior es muy fácil identificarla con este perfil marítimo, quizá para los que tengan de cuarenta para abajo no sea tan simple. Y decimos fisonomía anterior porque lamentablemente hoy la calle no tiene ni un solo edificio anterior a los años ochenta del siglo XX.
Un siglo antes de ahora en la calle Marina -entonces Hernández Pinzón- había nada menos que nueve sedes de compañías navieras y consignatarias. Convivían en la misma con cuatro comerciales de efectos navales. Para completar el panorama de ‘complicidad’ con el Puerto se asentaban en ella ocho consulados. Bélgica, Holanda, Inglaterra, Noruega, Suecia, Perú, Argentina y Venezuela tenían allí sus representantes en Huelva, que en la mayoría de los casos coincidían con personas que regentaban negocios marítimos.
Podemos trasladarnos en el tiempo otro siglo más, viajando a la principios del XIX. Los apuntes bibliográficos nos indican que la calle -sobre todo su principio desde el baluarte y Arco de la Estrella- era lugar de venta de numerosos puestos de pescado. Los varaderos y actividades anexas se situaban en las marismas de levante -la zona que luego sería ocupada por las instalaciones del ferrocarril a Sevilla-. Pero el fondeadero se encontraba en la que actualmente es la zona del Parque del Muelle.
De esta forma la calle Marina -entonces Calzada- era la entrada en la ciudad de lo que llegaba del mar. O la salida de lo que se iba a transportar a otros lugares. El Arco de la Estrella era la referencia. Era la ‘puerta marítima’ terrestre de la ciudad. Una pena que, como tantos otros edificios simbólicos e históricos, haya perecido fruto de la persistente secular ausencia de sensibilidad de los moradores onubenses.
Esa dinámica comercial hizo de la calle un ambiente de notable trasiego, que extendió el perfil de la misma a otras actividades. Ya sin existir el Arco de la Estrella y con un muelle del Estado cuyo comienzo se encontraba casi en nuestra calle protagonista, en 1892 había en la misma dos hojalaterías, dos caldererías y dos esparterías. Igualmente otros negocios artesanos como una relojería y una sillería. Varias posadas -algo propio de su condición marítima- y otros establecimientos de aprovisionamiento, como harinas y coloniales.
La tradición de acercar la imagen de la Virgen del Carmen al habitat de los marineros, de los que es Patrona, tiene en Huelva el inevitable paso por la calle Marina. Las idas y venidas desde el corazón de la ciudad a los distintos muelles y embarcaderos que fueron naciendo, operando y desapareciendo, ha precisado el camino natural de la calle Marina.
No podemos negar el aura marinero de otras calles en Huelva, como Tendaleras o Miguel Redondo, según hemos comentado. Pero por proximidad en el tiempo de su zénith en cuanto a rol marítimo, por su asociación en el imaginario colectivo, la Marina es, sin duda, la más marina de Huelva.