HBN. ‘Viajar’, la revista española de viajes de El Periódico, ha dedicado un reportaje a la localidad onubense de Cumbres de Enmedio. Considerándolo el pueblo más pequeño de Andalucía, lo destaca como el lugar perfecto para desconectar y dejarse embriagar por la belleza de sus calles y su entorno.
El estrés que describe a nuestra sociedad y el ritmo vertiginoso de la vida actual hacen que cada vez más los turistas busquen la tranquilidad que solo da la naturaleza. Y, en este caso, Cumbres de Enmedio puede ser una buena opción. Y es que poco más de 50 personas residen hoy en este pueblo de Huelva, cuya población ha ido desaguando en las últimas décadas hacia urbes más grandes (a mediados del siglo pasado superaba los 250 habitantes).
Por ello, desde la revista ‘Viajar’ destacan a la localidad como el lugar perfecto para huir de la ciudad y disfrutar de la naturaleza, del aire serrano y, por supuesto, de su rica gastronomía. «Como los típicos pueblitos blancos andaluces, se vertebra en tres calles de fachadas encaladas y suelos empedrados. El encanto de lo rústico se mantiene intacto, apenas hay construcciones modernas que perturben su esencia histórica, que se remonta al siglo XIII con la repoblación cristiana tras la Reconquista», explican.
«Sin tiendas (el panadero pasa cada día con su furgoneta) ni bares (los dos que había cerraron en el confinamiento y, al menos hasta el pasado junio, no habían reabierto), hay momentos del día en que el silencio es absoluto». «Pero la belleza va más allá del pueblo: está rodeado de frondosos paisajes por los que perderse y desconectar (aún más). Por allí pasa el arroyo del Sillo, límite natural en algunos tramos entre las comunidades autónomas de Andalucía y Extremadura», cuentan en ‘Viajar’.
Lo que está claro es que la Sierra de Aracena y, en este caso Cumbres de Enmedio, son una buena opción de turismo local para desconectar del ritmo de vida actual y reconectar con la naturaleza y nuestros orígenes. El mejor ejemplo de que a veces podemos viajar y disfrutar sin ir muy lejos.
