Luisa García Romero o la bandera de la alegría

RFB. Si tienes un bajón échate una charla con Luisa García Romero. Te podrá contar infinidad de historias de vida para ayudarte, pero con que tan solo te haga una mínima transfusión de esa alegría que le caracteriza podrás sin duda venirte arriba.

En la conversación será difícil que deje de sonreír y resaltar la vertiente amable de lo que acontece. Esta actitud se sustenta, paradójicamente, en las vivencias experimentadas en un frente duro, en las trincheras de la exclusión social, en las que discurre casi desde siempre por voluntad propia.

Luisa García Romero es activista en el Distrito 5 desde los dieciocho años. / Foto: Edith.

Esas trincheras no las pierde de vista, vive en el mismo distrito 5 donde desarrolla su compromiso humano.

Nacida en Huelva, de la buena añada del 63, Luisa estaba vocacionada desde muy jovencita para ayudar. Por eso estudió Magisterio, la sacó con buenas notas, pero no siguió la línea más común de la enseñanza pública tras opositar. Ya de primeras se puso a trabajar en la zona urbana donde menos oportunidades existen, en el ámbito más desfavorecido, tras el ‘muro’.



Luisa, con la estatua detrás de su referencia, San Juan Bosco. Foto: Edith.

Tal opción de vida le lleva a desarrollar su vocación humana y profesional, desde los inicios de la benéfica institución, en Valdocco. Allí ha batallado con los perfiles adversos de la realidad durante más de 30 años. Pero su aportación tiene un valor doble. Ha sido activista social en primera línea y lo ha hecho con la alegría por bandera. Ese plus es un motor de energía inagotable que en Luisa forma parte de su esencia.

Luisa García Romero muestra una energía y determinación inagotables. Foto: Edith.

Para ella, y para muchos otros, supone una fuente clave la creencia cristiana. La pone en práctica con un ejercicio de honestidad y coherencia, que es de las cosas de la Iglesia que no suelen ser destacadas a nivel mediático. Muy vinculada a la comunidad salesiana, considera a San Juan Bosco como referente singular, como su modelo de valores.

Con dieciocho años entró en el Centro Juvenil Salesiano y abrió la puerta a lo que sería su vida de entrega a los demás. Aún joven -lo será siempre-, transmite vibraciones que la muestran como incansable en su loable cometido. Hoy está enfocada a la Asociación Juvenil Carabela, donde sigue trabajando en la dinámica de siempre.

Hoy desempeña su labor en la Asociación Juvenil Carabela. Foto: Edith.

Nominada en los premios Buena Gente de Huelva, le preguntamos como se enteró y que pensó. Un amigo le mandó un whatssap esa mañana. Se encontraba en una reunión de la Plataforma Vecinal del Distrito 5, y confiesa que le emocionó. Luego al finalizar la reunión comprobó que le habían llegado un montón de mensajes. No se lo creía.

Piensa que los nominados que le acompañan aportan algo diferente a la sociedad, y naturalmente hay quién se acuerda de ellos para proponerlos.

Admira a Leny Väzquez y a Teodoro, el cura de la Hispanidad. Foto: Edith.

Conoce muy bien a Leny Vázquez -desde hace más de 35 años, del ‘Barrio’- de la que destaca «su gran corazón y disposición permanente a ayudar«. Así mismo a Teodoro, el cura de la Hispanidad, «un hombre de Dios, cercano, atento a las necesidades de los demás«. Para ella «grandes personas con valores humanos firmes y solidarios«.

Le ha gustado trabajar y estudiar. Tiene el Postgrado de Políticas Territoriales de Empleo. Siempre se ha sentido motivada para formar y formarse. Sabe de esto que lleva entre manos desde hace tantísimos años.

Se siente agradecida. Es feliz. Foto: Edith.

Nuestra protagonista se siente feliz. Criada en un entorno muy familiar de siete hermanos es la mayor, difiriendo nada menos que 23 años con el pequeño. Sus padres buscaron niño y la sabiduría de la Providencia les puso cinco mujeres por delante.

Y lo que más le hace feliz es ver a sus dos hijos -niño y niña- construir sus vidas. Comprobar que son personas responsables, trabajadoras y con buen corazón. A ello se suma otra gracia especial. Viven sus padres, con salud y mucha energía para seguir luchando por tod@s.

Precisamente Luisa García Romero admira en las personas «la actitud de lucha, las ganas de trabajar por los demás, la creatividad, la rapidez en las decisiones, la transparencia y la amabilidad«. Tal cual es ella, pensamos.

Enhorabuena, Luisa.

 

 

Premios Buena Gente de Huelva. Fundación Cajasol. Huelva Buenas Noticias.


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