Mari Paz Díaz. La reciente desaparición del Padre José Antonio Díaz Roca ha provocado que muchos moguereños recuerden la enorme vinculación que le unió a lo largo de toda su vida con la Virgen de Montemayor, la patrona de Moguer. Por este motivo, la decisión tomada por la Hermandad Matriz de Montemayor de adelantar la Venida de la Virgen para que presidiera el último adiós del párroco fue bien acogida. No en vano, Díaz Roca ha permanecido durante décadas junto a Montemayor.
Tal y como recuerda Manuel Rodríguez Moreno, José Antonio Díaz Roca nació en Moguer el 6 de marzo de 1933. Al parecer lo hizo en la calle Galinda, aunque es un dato que no ha podido ser confirmado. Sus padres, Asunción Roca y Gabino Díaz, le transmitieron desde pequeño el amor por la Virgen de Montemayor, una devoción que le marcaría el resto de su vida.
Su ordenación como sacerdote tuvo lugar el 16 de junio de 1963 y, trece días más tarde, el 29 de junio, oficiaba su primera misa en Montemayor. A partir de aquí, su trayectoria le llevaría a ocupar diferentes cargos en distintas parroquias de la provincia de Huelva, como Nerva, Cortelazor, Corterrangel-Castañuelos, Villalba del Alcor, Valverde del Camino y Bonares.
Al parecer en Valverde del Camino es recordado por ser la persona que ayudó a crear el escudo de la localidad, rehabilitado, según los archivos municipales. El escudo Heráldico Municipal de Valverde del Camino fue aprobado y reconocido por el Ministerio de la Gobernación y por la Real Academia de la Historia el 27 de Octubre de 1972.
Entonces, se produce un punto de inflexión en su vida. Tras dos años en Bonares decide marcharse a Madrid para estudiar Arte Sacro y Restauración. Su paso por la capital madrileña no caería en saco roto, ya que Díaz Roca impulsa la creación de una hermandad filial de la Matriz de Montemayor. Surge así la Hermandad Filial de Madrid, de la que formaría parte un grupo de moguereños que residía en la ciudad.
En concreto, la Hermandad filial de Ntra. Sra. de Montemayor de Madrid nació en el año 1976, logrando la aprobación definitiva un año después, en 1977, siendo su primer hermano mayor Manuel Rodríguez Lara. A partir de este momento, se inician las peregrinaciones oficiales de la Hermandad a la romería de Moguer, siendo amadrinada por la Hermandad Filial de Huelva. Su Simpecado es uno de los más llamativos de los que peregrinan hasta la romería de Moguer. Su principal peculiaridad es que se trata de la única hermandad creada fuera de Andalucía dedicada a la patrona de Moguer.
Terminados sus estudios en enero de 1.980, Díaz Roca toma posesión como coadjutor de la Parroquia de San Francisco de Asís de Huelva. Y, entre septiembre de 1983 y hasta 1989, estuvo de coadjutor en la Parroquia de San Juan del Puerto. Luego, en marzo de 1986 fue nombrado, al mismo tiempo, párroco de la Alquería.
Su llegada a Moguer se produce en julio de 1989. En su localidad natal permaneció hasta septiembre de 1991, cuando es trasladado de nuevo a Huelva capital, donde permanece hasta 1999. Su recorrido sacerdotal finaliza en noviembre de 2003 en Lucena del Puerto.
Junto a todo ello, José Antonio Díaz Roca también realizó otros servicios, ocupando los cargos de vicesecretario del Canciller y de director de la Oficina de Información del Obispado de Huelva, sin olvidar que fue director del Museo Diocesano de Moguer, situado en el Monasterio de Santa Clara.
Pero, por encima de todas estas vivencias, entre los moguereños y devotos de la Virgen de Montemayor, el Padre Roca será recordado siempre por sus pregones y escritos dedicados a la patrona, muchos de ellos publicados en la revista Montemayor y, otros, incluidos en sus libros.
Por todo ello, el sacerdote mantuvo siempre una estrecha vinculación con la Hermandad Matriz de Montemayor de Moguer y con las diferentes filiales. De hecho, Díaz Roca fue una de las personas que impulsaron la Coronación Canónica de la Virgen de Montemayor, un acto en el que fue protagonista en la noche del 15 de junio de 1991. Una figura, en definitiva, imprescindible cuando se habla de la Virgen de Montemayor ya que no faltaba en la procesión, la entrada de la Virgen en la Ermita, el domingo de Romería, la Venida o el traslado. Y, de hecho, en 2001 fue nombrado hermano mayor honorario de la Matriz de Montemayor.
Por este motivo, no fue extraño que el pasado 16 de junio de 2013, cuando se cumplían las Bodas de Oro de su Ordenación Sacerdotal, la Matriz de Montemayor le rindiera un homenaje a sus 50 años de sacerdocio, donde siempre ha tenido presente a la Patrona de Moguer.
Sus últimos años. Tras esta intensa trayectoria, hace tres años, hacia 2010, el Padre Roca cayó enfermo. Entonces, un grupo de personas cercanas a él, bien porque lo conocían de las hermandades o de toda la vida, decide hacerse cargo de él. «Le había dado un ictus cerebral y le habían diagnosticaron Alzhéimer, por lo que un grupo de personas por amistad y cariño, sin ningún tipo de interés, decidimos estar a su lado», explica Álvaro de Burgos, su persona de confianza en estos últimos años, «una relación que se inició por su falta de memoria y pérdida del equilibrio».
Burgos explica que a lo largo de este tiempo, «nos hemos estado turnando para que no se quedara solo en ningún momento, haciéndole partícipe de ello a la familia que le quedaba en Moguer y en Huelva, para que conociera la situación. Fue así como yo me dice cargo de la parte administrativa y su cuñada se encargó de buscarle a una persona para que le estuviera acompañando, especialmente durante la noche». Al mismo tiempo, «tanto nosotros como sus cuñadas, Charo y Mari, lo hemos cuidado con mucho cariño. Y así lo hemos llevado a todas partes. Para mí ha sido un privilegio asistir a una persona que le ha dado todo a Moguer, el mejor exaltador y pregonero de Moguer, porque él nos ha enseñado a querer y a vivir la fe a Montemayor. Y así lo demostraron los moguereños y el propio Obispado de Huelva en su último adiós, ya que quisieron estar presentes en su entierro», explica.
En ese último adiós, uno de los momentos más emotivos se produjo en el propio Cementerio de Moguer, ya que mientras recibía sepultura, el grupo Orujo le cantó lo que ya se ha convertido en un todo himno, las sevillanas ‘Costalero de la Virgen’, que le gustaban mucho al Padre Roca.
Una de las prioridades de este grupo de personas que han estado junto al sacerdote en sus últimos años ha sido que el legado cultural y literario de Díaz Roca se conserve para que todo el pueblo de Moguer pueda disfrutar del mismo. Por este motivo, ya se han iniciado las gestiones para que su archivo pase a conservarse en la Hermandad Matriz de Montemayor de Moguer, que dedicará una sala para que ese legado esté a disposición de todos. Y, de hecho, el párroco escribió a lo largo de su vida un buen número de obras.
Todavía no están concretados los detalles, pero la Hermandad Matriz de Montemayor ha mostrado su disponibilidad para mostrar en una de sus salas su legado, si bien aún no se sabe si será en el edificio de la Tómbola o en la misma Ermita de Montemayor. Porque, además, ese era el deseo del propio Díaz Roca para darle continuidad a su obra.
Para finalizar, Álvaro Burgos quiere mostrar su agradecimiento a todas las personas que han aportado su granito de arena en estos días, «ya que han sido muchas las personas que han ido a su casa a acompañarlo un ratito, ofreciéndose para ir a buscarlo y llevarlo a algún acto. Y así quedó patente el día de su entierro, que fue multitudinario y nos sentimos orgullosos de ver la iglesia abarrotada para acompañarlo. Porque su cuñada y yo hemos estado al pie del cañón, pero han sido muchos los que han estado ahí, como Antonio Orihuela y su esposa, que estuvieron cuando Antonio los necesitó… Y así mucha gente más».
En definitiva, José Antonio Díaz Roca es seña de identidad de todo lo que rodea a Montemayor. Y seguirá siéndolo.
Ahora, la Hermandad Matriz de Montemayor quiere recordar su figura en los cultos previos a las Fiestas Patronales de Moguer, que se celebran del 6 al 10 de septiembre. Lo hace durante la celebración de la Novena, que ha comenzado este viernes 30 de agosto. En concreto, en la eucaristía del sábado 7 de septiembre, último día de Novena, en el que participan las hermandades filiales, será recordado el Padre Roca, Hermano Mayor Honorario de la Hermandad Matriz, quien «durante sus 50 años como sacerdote siempre tuvo como referente a la Virgen de Montemayor, cuya devoción llevó y transmitió a todos los lugares en los que ejerció su labor sacerdotal», recuerda la Hermandad.
También será recordado otro sacerdote moguereño fallecido hace algunos meses, José Antonio Pérez Domínguez, primer sacerdote moguereño que predicó a mediados de los años 50 la Novena a la Virgen de Montemayor, quien por su destino sacerdotal, Sevilla, estuvo vinculado casi desde su fundación a la filial de Montemayor de Sevilla.
Visita la galería gráfica recordando la trayectoria de José Antonio Díaz Roca.