Rosa Maldonado. La costa de Huelva se pinta en amplias temporadas del año de los colores vivos de las buganvillas. En realidad es una planta muy representativa de la llegada del verano, pero con buenos cuidados extienden su mejor ‘vestimenta’ durante muchos meses. Más allá de su amplia presencia en la provincia, si nos damos una vuelta por la capital onubense podemos encontrar llamativos ejemplares de diversas tonalidades, en especial rosas, naranjas y moradas.
Y ese color intenso que resalta tanto en los lugares donde crecen no se debe realmente a la flor, que es muy pequeña. Lo proporcionan las brácteas, que son las que precisamente se encargan de proteger a estas diminutas flores.
A la buganvilla le gusta el buen tiempo, por eso se encuentra tan bien en Huelva. Es fácil observarla en distintos lugares de nuestra ciudad.
Unas más cuidadas y otras menos, pero siempre destacando por el referido colorido.
Por ejemplo, hay una buganvilla espectacular en la Casa del Guarda del Barrio Obrero. Parece muy cuidada y destaca su intenso color rosa en la entrada de la terraza del bonito establecimiento. Precisamente en ese Barrio Reina Victoria tiene significativa presencia nuestra protagonista.
En este colorido y personalísimo grupo de viviendas hay algunas entre los coquetos chalets erigidos por la antigua Compañía de Riotinto que lucen orgullosos sus trepadoras buganvillas, añadiendo alegría visual a la que ya de por si tiene este inigualable enclave de Huelva.
En otras viviendas particulares de la capital también sus propietarios han optado por cultivar buganvillas. Estas plantas necesitan algunos cuidados, pero en general son fuertes y teniendo en cuenta su origen, Brasil, lo principal es que no sufran bajas temperaturas.
La Buganvilla se defiende con poca agua. En invierno no necesita prácticamente nada, con la de la lluvia tendrá suficiente.
Durante el estío con que se riegue una vez a la semana puede cumplir sus expectativas vitales, aunque en nuestra tierra tampoco pasa nada si le damos más de beber, sobre todo en días como los que estamos pasando ahora en estos calurosos albores veraniegos. Las buganvillas son ‘todoterrenos’ del cultivo ornamental.
Esta flor acostumbra a vivir en suelos de carácter pobre, no tolera nada bien el exceso de abono. Los cuidados que el suelo o la tierra necesita son más bien pocos.
Siguiendo nuestro periplo urbano, nos encontramos con estas plantas en propiedades de las urbanizaciones de la zona nueva entre El Saladillo y la Avenida de Andalucía. En esta misma arteria podemos apreciar también algunas muestras de este impresionante colorido, como llegando desde Sevilla y cerca de la fuente del Burro.
Entre las buganvillas de viviendas particulares que, al fin y al cabo, aun siendo privadas alegran la vista del común de los ciudadanos, tienen también especial presencia las del Conquero.
Las hay en la calle Pedro Gómez, y también en las proximidades de la propia estatua del célebre pintor onubense de los cabezos. Algunas solo satisfacen a sus propietarios, dado que se encuentran en patios interiores.
Llamativas son así mismo las de varios chalets del Paseo de Los Naranjos. Cerca de allí se encuentra también, en el antiguo Instituto Femenino, una enorme buganvilla que cubre la valla de la fachada y que puede tener un largo de unos quince o veinte metros.
Otros edificios y espacios públicos de Huelva también cuentan con la ilustre trepadora como protagonista de su embellecimiento. Colegios, parques y paseos también optan por esta planta tan atractiva.
Es el caso, entre otros, del Colegio García Lorca, en la zona del Huerto Paco, y a Delegación de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta, en la Avenida de Andalucía. Esta última tiene varias, situadas en las vallas exteriores que dan a la Avenida y a la calle transversal.
En un espacio de jardín muy diáfano destacan varios ejemplares que se nos muestran muy cuidados.
Resultado de estas atenciones es su espectacular colorido que verdaderamente llama la atención en la zona.
No lejos de esta sede departamental del una consejería andaluza en Huelva, en el propio paseo por el que tantos onubenses hacen running o simplemente andan disfrutando de un ambiente verde y despejado, hay unas buganvillas que dan frescura al entorno, en la parte central de la Avenida de Andalucía.
Hay quien atribuye facultades mágicas a las buganvillas. Belleza, limpieza, resplandor y pasión son términos conectados en esferas emocionales a estas plantas tan características. Pero también se identifican en ellas propiedades curativas. Para problemas hepáticos, asma, bronquitis, dolores menstruales y presión arterial baja.
Más allá de estos aspectos lo que es indudable es que las Buganvillas alegran la vista y así lo hacen, si cabe, en una ciudad ya de por si tan luminosa como Huelva.