Redacción. El día de retiro de Pascua de las religiosas de Huelva ha tenido lugar este año en la ermita de la Virgen de Clarines, Patrona de Beas. Este encuentro ha tenido como centro de reflexión, dos charlas dadas por el sacerdote J. Manuel Barral, párroco de las iglesias de S. Francisco y S. Rafael. En este tiempo de Pascua que marca la Liturgia, sus palabras han sido una invitación a vivir en el Espíritu. Él es quien las guía para prepararse a su llegada el día de Pentecostés. La presencia de este Espíritu en la vida de todo cristiano, y no sólo en la vida religiosa, es una llamada a ser santos y a ser testigos de Jesús Resucitado, como dicen Pedro y Pablo en sus cartas.
En este lugar tan especial y bonito ha discurrido la jornada. Pero la imagen de la Virgen no estaba. Desde la pandemia la bajaron al Pueblo para tenerla cerca, pues las romerías quedaban suspendidas. Esperan que este año, el día de su fiesta, 15 de agosto, puedan volver llevarla. Serán 5 kilómetros llenos de devoción de los peregrinos a pie, en caballos o carruajes. Rezos y cantos no faltarán.
Este nombre tan especial de la Virgen se debe al pastor a quien se apareció, allá por el año 1300, quien oía una hermosa melodía como de “clarines”. Después de encontrarse él con la Señora, sus males físicos se curaron (una mano y unas llagas) y fue la señal para ser creído por sus vecinos.
En torno a cada santuario está la tradición de una aparición reconocida y la devoción que ha suscitado en su entorno. Hoy, las religiosas han pedido a Ntra. Sra. de los Clarines que siga bendiciendo no sólo a los habitantes de Beas, sino a quienes creen que es Madre de todos bajo cualquier advocación. Con el canto del Regina Coeli se despiden de Ella.
Dan las gracias a la Hermandad de este Santuario por haberles cedido tan amablemente las instalaciones.