La Huelva recién descubierta. Cuatro ermitas y cuatro estilos arquitectónicos

cuatro ermitas

Antonio Delgado Pinto. Cuatro ermitas y cuatro estilos arquitectónicos. La arquitectura de nuestra ciudad y de nuestra provincia forman parte de nuestro amplio patrimonio y se manifiesta en esta nueva serie Huelva recién descubierta mediante el color y la perspectiva.

Muchos viajes durante mi infancia en nuestro viejo Gordini nos llevaban a pasar junto a la ermita de Villalba del Alcor. Inmediatamente venían a mí imágenes de la cúpula de Florencia y de su autor, el arquitecto Brunelleschi, vistas en la televisión o el cine. Desde entonces la singular arquitectura de este edificio siempre me ha llamado la atención. Más tarde, en los años noventa, el destino definitivo de mi mujer en el colegio de esta localidad, me hizo acercarme y conocer de primera mano la historia de esta original construcción. Luego he ido comprobando que cada una de las ermitas de nuestra provincia tiene su propia historia y peculiaridades.



Esta semana traemos cuatro ermitas levantadas en diferentes momentos: la ermita medieval de San Benito Abad, construida entre los siglos XII y XIII, algo alejada de El Cerro de Andévalo; la ermita mudéjar de San Blas, en Zalamea la Real, labrada un par de siglos después; la ermita de Santa Águeda, en Villalba del Alcor, construida a finales del siglo XIX; y la más moderna de las cuatro, la ermita de Santa Bárbara, patrona de los mineros, levantada en el nuevo pueblo que se fue formando en Minas de Riotinto, cuando a causa de la ampliación de la Corta Filón Sur hubo que desalojar el primitivo pueblo.

Conozcamos más acerca de estas cuatro ermitas de nuestra provincia:


Puerto de Huelva

Las enormes arcadas de la ermita de San Benito.

ERMITA DE SAN BENITO ABAD. El Cerro de Andévalo

A pesar de que no hay muchos documentos que lo atestigüen, parece ser que esta ermita fue construida entre los siglos XII y XIII. Su carácter medieval está plasmado magníficamente en la arquitectura pétrea del edificio. El hecho de que El Cerro de Andévalo esté a una veintena de kilómetros por carretera de este lugar, hace que, en toda la provincia de Huelva, sea esta probablemente la ermita más lejana al núcleo poblacional al que pertenece.

A mediados de los años ochenta del siglo pasado tuvo lugar una profunda reforma del edificio, que dejó su aspecto actual bastante diferente al que tuvo en su origen.

La fachada mudéjar de la ermita de San Blas.

ERMITA DE SAN BLAS. Zalamea la Real

Este templo mudéjar fue edificado en el siglo XV, lo que lo hace ser el segundo en antigüedad de este pueblo. Paradójicamente y según consta en los archivos municipales, la ermita estuvo dedicada en los primeros tiempos a santa María de Ureña, documentándose su advocación a san Blas en pleno siglo XIX.

El terremoto de Lisboa causó tales desperfectos en el edificio que hubo que trasladar sus imágenes y mobiliario a la iglesia de Zalamea, mientras se reconstruían sus techumbres. Al parecer, sus muros incluyen restos de antiguas construcciones romanas.

La ermita de Santa Agueda parece il duomo de Florencia en miniatura.

ERMITA DE SANTA ÁGUEDA. Villalba del Alcor

Este edificio, con innegables connotaciones florentinas, está dedicado a santa Águeda y se edificó en el siglo XIX, aunque la imagen original de la Virgen fue tallada algo antes, a mediados del siglo XVIII. Robada en el saqueo que sufrió el edificio durante la guerra civil, fue sustituida por la que podemos ver actualmente, obra de Antonio Illanes, célebre imaginero de la cercana localidad de Umbrete.

Las edificaciones levantadas en las últimas décadas cerca de la ermita han disminuido considerablemente el gran impacto visual que tuvo en su momento.

Espadaña y arco de piedra en la fachada de la ermita de Santa Bárbara.

ERMITA DE SANTA BÁRBARA. Minas de Riotinto

A principios del pasado siglo se inició la construcción de esta pequeña ermita de piedra y ladrillo. Exteriormente, la acusada inclinación de su cubierta de teja plana le da una indudable semejanza a las capillas anglicanas y presbiterianas de la época, no en vano su construcción fue auspiciada por la entonces todopoderosa Rio Tinto Company. La única puerta está rematada por un arco de medio punto peraltado, mientras que las ventanas terminan en arcos de medio punto mínimamente rebajados.

Ubicada entre la plaza Ernest Lluch y la avenida de la Esquila, en sus inmediaciones están también el Archivo General, el Museo Minero y el Centro de Salud.

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