Pilar Zamora. El próximo día 2, festividad de la Presentación del Niño Dios en el Templo, día de la Candelaria, los religiosos tenemos nuestro fiesta especial (lo mismo que el 19 de marzo es el día del seminario). Para facilitar la participación se ha adelantado a este domingo.
Cerca de cuarenta religiosos nos hemos reunido en la parroquia de Sta. María Madre de la Iglesia para celebrar juntos la Eucaristía y dar gracias a Dios por haber sido llamados a esta forma de vida consagrada.
En este término, se incluye toda forma de vida de consagración al Señor: religiosos, institutos de vida apostólica, pías uniones y vírgenes consagradas. La esencia es la misma: la consagración personal en castidad al servicio del Señor dentro de la Iglesia. Luego varían el acento evangélico que cada instituto destaca, las formas internas de llevar la fraternidad y la misión apostólica.
La misa ha sido presidida por el párroco D. Francisco Jesús Martín (Quico, para amigos y feligreses) quien ha sabido aunar sus palabras ante la variedad de participantes que allí estaban: niños de la catequesis, familias, fieles en general; hoy, también, los religiosos. Con él concelebró el nuevo Delegado para la vida Consagrada, D. Julián Jiménez.
Junto al altar se había colocado un cuadro de Jesús Buen Pastor y tres palabras: COMUNIÓN, MISIÓN Y PARTICIPACIÓN. Palabras que expresan el ser de los religiosos en la Iglesia.
En un momento dado los religiosos leímos una formula común de renovación de los votos, encendimos una vela que fuimos depositando en torno al altar.
El encuentro se cerró con unas palabras de agradecimiento de la Presidenta de Confer, Pilar Domínguez.
El próximo domingo, día 6, en las misas se leerá un comunicado informando al pueblo de Dios sobre la Vida Consagrada como una forma de presencia ante todos.
Hoy, consagración religiosa, al igual que el sacerdocio, es también una llamada para que los jóvenes se planteen la posibilidad de vivir el seguimiento a Jesús en estas formas de entrega.