José Manuel Alfaro/ Sección de ficción ‘El Cuaderno de Muleman’. Hoy nos hacemos eco de una investigación llevada a cabo en uno de los desguaces más importantes de la provincia, en el que se está ultimando un innovador sistema para la recuperación de coches que han sufrido los daños de una inundación. Aunque el sistema está aún en fase de pruebas, se espera que una vez validado, se patente para su uso generalizado en todos los centros de tratamientos de vehículos del territorio nacional. Un sistema que podría solucionar muchos de los daños que se producen en aquellos vehículos que se han visto afectado en alguna riada, tal como sucedió hace unos meses en la localidad costera de Lepe, donde decenas de vehículos se vieron involucrados por una intensa tormenta que genero una riada nunca vista en la población lepera.
Ha sido a partir de estos hechos, cuando en este desguace, su departamento de innovación y desarrollo se puso a investigar la forma de minimizar los daños producidos a estos vehículos, especialmente los ocasionados por el agua en sus circuitos y componentes eléctricos. Aunque aún está en fase de pruebas, el sistema funcionaría extrayendo la humedad de todo el vehículo, de la misma forma que una secadora lo hace con la ropa recién extraída de la lavadora o un recipiente de arroz lo hace de un teléfono móvil que se ha caído en el váter.
De lograrse la optimización de este sistema de absorción de agua, vehículos nuevos que se hubieran visto involucrados en una riada y que en condiciones normales pasarían a declararse en siniestro total, podría volver a la normalidad, tras una puesta a punto mecánica y la eliminación total del contenido de humedad del coche. El proyecto que está siendo evaluado por una consultora internacional, por si pudiera ser objeto de financiación por parte de la Unión Europea, ya habría llamado la atención del Comisionado provincial para el reto demográfico, un ente provincial que tiene como objetivo, combatir el reto demográfico, en una comarca como del Condado, en el que no es fácil encontrar el amor, hasta que se encuentra, como nos cuenta en esta entrevista este conocido trabajador cualificado de uno de los centros de tratamientos de vehículos más punteros de la provincia, que acaba de fijar la fecha de su boda.
– ¿Llegan muchos coches a su centro de tratamiento?
– Si llegan muchos, todos los días, sobre todo porque somos un centro especializado y autorizado en el tratamiento de vehículos. Además, estamos acostumbrados a que nos lleguen coches en múltiples estados, de hecho, le podría decir que cada coche en este sentido es único. Nuestro trabajo es sencillo, el coche entra por la puerta, le hacemos una foto y después lo inventariamos, es decir pasamos todas las piezas que pueden tener una segunda vida a una gran base de datos, que después subimos a internet.
Pasan tantos coches todas las semanas por delante de ti que llega un momento el que dejas de preguntarte, como ha podido llegar este coche nuevo aquí, quien conduciría este coche destrozado en u n accidente, que ser humano habría querido deshacerse de un coche con tanto años y tan bien cuidado. Hasta que un día te llega un coche lleno de barro y agua y se baja una chica joven de la grúa y se pone a llorar mientras te da las llaves.
Llora como si fuera su primer coche, su primera letra, su primera vez o como si lo hubiera perdido todo. Y tú qué sabes lo que le va a pasar al coche, no eres capaz de decirle a la cara que cuando cruce la puerta será desguazado en piezas para vendérselas al mejor postor, es en ese momento en el que piensas que deberías de hacer algo más, que quizás deberías mirarla a los ojos y decirle yo salvaré a tu coche.
– ¿Cómo funciona el sistema?
– Estoy seguro que, si no fuera por ella, no habría ideado ningún sistema, habría seguido con mi oficio de recepcionar, inventariar, desmontar y vender cada uno de los recuerdos que forman parte de los propietarios de los coches que entran en el desguace. Pero aquella mirada me hizo pensar en la posibilidad de devolverle la vida a ese coche que yacía en el patio ahogado por una riada que se llevó ese y decenas de coches que iban entrando uno a uno en ese crematorio de coches, que es en esencia un desguace. Así que con mi experiencia y un poco de tecnología, construimos ese gran cámara de vacío capaz de extraer la humedad de cada uno de los circuitos eléctricos, a los chips de las placas base y todo elemento de la electrónica que forma parte de aquella mujer de ojos azules.
– ¿Cuánto tiempo le ha llevado diseñarlo?
– No me llevo mucho tiempo, tres citas con aquella chica, que desde que entró por el desguace no podía creer lo que había pasado. Tres cenas de sábado, tres semanas en las que trabaje sin descanso, hasta que conseguí un receptáculo hermético en el que introducir el coche, una vez eso sí, que hubiera evacuado cada gota de agua de su motor, de su salpicadero, de cada rincón de coche. Porque estaba seguro que solo podría funcionar el proceso cuando la única agua que quedara estuviera alojada en los intersticios de los chips y los cables que formaban parte del coche, de la única persona que ahora me importaba.
– ¿Qué eficacia tiene?
– Después de conocerla durante esas tres semanas, lo que menos me importaba era la eficacia de esa máquina construida bajo la sinrazón del amor. De nada me importaba que extrajera el 99% del agua de todos sus circuitos, devolviendo de nuevo la vida a su coche. A mí lo que me importaba era ahora ella, pero también su coche, que se había convertido en el vehículo perfecto, no solo para seducirla con mi palabrería, sino para demostrarle que yo era algo más que el operario cualificado de un centro de tratamiento de vehículos, que a día de hoy pudiera hacer que su coche volviera a rugir y mañana su corazón.
– ¿Cuándo estará listo?
– Si todo va bien, terminaré tres semanas antes de pedirle que se case conmigo, para esa fecha ya habré preparado la cámara de vacío para meter su coche y extraer toda la humedad de cada rincón de su ser, para después meter la llave y volverlo arrancar para que lo escuche rugir mientras le pongo un anillo en su dedo y le pido que se case conmigo. Luego vendrá las patentes, las notas de prensa, el éxito, los contratos, pero eso después del amor y del sí quiero.