Redacción. El Hospital Infanta Elena ha vuelto a reactivar su Comisión de Humanización, formada por profesionales del centro con distintas responsabilidades y categorías, con el firme propósito de impulsar el desarrollo de estrategias de humanización, apostando así por una asistencia más cálida, más cercana y más empática con los pacientes y con sus familiares. Esta línea de trabajo, fundamental en un entorno sanitario, se hace aún más necesaria tras la etapa de pandemia, que tantos cambios ha provocado en la organización y en la relación con los pacientes.
Se trata de un órgano de naturaleza consultiva y de asesoramiento, constituido antes del verano, pero que en estos días se encuentra impulsando nuevas iniciativas recogidas en el Plan de Humanización de la Consejería de Salud y Familias, atendiendo siempre a las particularidades y las formas de trabajo del Hospital Infanta Elena y, sobre todo a las necesidades de sus pacientes y profesionales. Ya se encuentra conformado el grupo de trabajo que se encargará de implantar el Programa Sueño, con la intención de incorporar algunas medidas que favorezcan el descanso nocturno de los pacientes.
Este plan forma parte de una estrategia dirigida a avanzar en la excelencia y la calidez de la atención sanitaria ofrecida a la ciudadanía y constituye uno de los pilares fundamentales para ofrecer una atención de calidad centrada en la persona. Su objetivo general es impulsar el desarrollo de estrategias de humanización en la sanidad pública que respeten la dignidad de las personas y sus derechos; que incorporen aspectos de valor real para el paciente y condiciones de trabajo adecuadas para sus profesionales; que fomenten la escucha y la participación en un entorno confortable y en un marco ético de equidad y de excelencia en la atención.
En un primer momento y por parte de los miembros de la Comisión, que se integran dentro de las diferentes direcciones del centro, se está realizando un análisis pormenorizado de la situación actual, planteándose como primer punto la identificación de las distintas áreas de mejora en aspectos relacionados con este ámbito, y la propuesta de líneas de trabajo que permitan profundizar en una cultura de la humanización que trascienda en los diferentes aspectos que rodean la asistencia sanitaria y la relación con los pacientes y familiares.
Aunque el equipo de trabajo inicial sea más limitado, la finalidad es que las medidas impulsadas se trasladen a todas los servicios y profesionales, con el objetivo de que impregnen todas las actuaciones del centro con la intención de ofrecer una atención integral a los pacientes, teniendo en cuenta tanto sus necesidades sociales, emocionales, psicológicas y, por supuesto, físicas. El plan propugna, no solo promover y proteger la salud, sino también garantizar un ambiente que ayude a la recuperación del paciente y que contribuya a ofrecer un entorno también agradable para el profesional, permitiendo establecer relaciones más cercanas y saludables.
El Plan de Humanización en sí cuenta con cuatro líneas estratégicas. La primera consiste en generar una cultura de humanización en el sistema sanitario público que trascienda a toda la organización sanitaria. La segunda línea desarrolla acciones para promover espacios, recursos e innovaciones tecnológicas que garanticen el respeto por la dignidad del paciente. La tercera persigue potenciar una atención de calidad y personalizada, que contemple todas las dimensiones de la persona y aporte resultados tangibles para el paciente. Por último, la cuarta línea busca centrar la atención sanitaria en un marco de escucha activa, comunicación, decisiones compartidas y corresponsabilidad.
A partir de cada línea estratégica se plantean objetivos específicos, con el fin de poder ser reproducidas en cualquier centro sanitario del sistema sanitario público andaluz y acercarse a la persona enferma desde una perspectiva integral. Además, la formación en humanización a los profesionales será también una herramienta para conseguir que éstos adquieran un buen desarrollo competencial y obtener buenas prácticas humanizadas, que repercutirán directamente en la calidad de la atención a los pacientes y sus familias.
La implementación de esta estrategia supondrá, entre otras acciones, la unificación de todas las medidas y actividades encaminadas a mejorar el confort de los pacientes, garantizar la privacidad e intimidad; la detección de pacientes frágiles y su valoración de apoyo familiar o social; la atención orientada a la recuperación de personas con procesos crónicos que requieren adaptación de su proceso vital; la colaboración con asociaciones, grupos de apoyo u otros recursos no sanitarios para pacientes y familias o el manejo adecuado de las habilidades de comunicación.