Antonio Delgado Pinto. Huelva es una gran desconocida para muchos, pero no solo para foráneos, también para los propios onubenses. De Sierra a Costa, pasando por Andévalo, Condado y Campiña, nuestra tierra tiene un sinfín de lugares bellos, a la par que desconocidos para la mayoría.
El onubense Antonio Delgado Pinto nos presenta cada sábado cinco lugares imperdibles de la provincia de Huelva. En esta ocasión, nos recoge monumentos e infraestructuras que datan del siglo XIX.
Apunta todos estos rincones que un buen choquero que se precie debe conocer.
PUENTE SALOMÓN. Un coloso sobre el río Tinto
Aún quedan fotos de cuando la riada de 1888 destruyó el antiguo puente Salomón, construido una docena de años antes. Este nuevo puente que vemos aquí se levantó ese mismo año y mide sesenta y ocho metros de largo, siendo el más espectacular de todos los realizados por la compañía británica. Al igual que el resto de los puentes de este ferrocarril minero, fue diseñado por George Bruce, el mismo ingeniero al que debemos el embarcadero de mineral de Riotinto, uno de los grandes iconos de nuestra ciudad.
El puente Salomón está situado en uno de los parajes más desconocidos y de mayor belleza del río Tinto, a la entrada norte del túnel de su mismo nombre, cuyos ciento cuarenta metros lo hacen el mayor de todo el trazado. Pocas cosas hay tan emocionantes en nuestra provincia como llegar hasta aquí y rendir honores a este coloso de acero que ha cumplido ya sobradamente el siglo de existencia.
MUELLE DE THARSIS. El embarcadero más antiguo de la ría del Odiel
Este muelle fue construido en 1871 en la margen derecha del río Odiel para embarcar el mineral extraído de las minas de Tharsis, situadas a 47 kilómetros al norte de aquí.
Al proyecto original de William Moore y James Pring se le añadió un nuevo ramal en 1915, diseñado por William Arrol, que fue desmontado en los años noventa del siglo pasado, después de que el embarcadero quedase sin uso. Su original oficina-puente lo hace, en cierta medida, semejante al desaparecido muelle Norte, en la orilla de enfrente.
Navegar por sus inmediaciones procura una gran desazón, es fácil comprobar cómo día a día se van oxidando los pilares de fundición que penetran en el fondo marino. Sin embargo, recientemente se ha aprobado la restauración de este embarcadero que forma parte ineludible del paisaje de la ría desde hace ciento cincuenta años.
ACUEDUCTO LAS VIÑAS. Conducciones de agua del siglo XIX
Este acueducto formaba parte de un complejo sistema de conducciones de agua encaminado a la cementación de piritas de baja calidad, procedente de Tinto Santa Rosa y Sotiel Coronada, antes de ser procesadas y exportadas. Estas minas empezaron a ser explotadas a mediados del siglo XIX, en un principio por empresas francesas y después por otras británicas.
Fueron unas de las pocas minas onubenses cuyo mineral fue transportado durante un corto espacio de tiempo por un cable aéreo.
Caminar por este paisaje de silencio y belleza es una de las grandes cosas que uno puede hacer sin necesidad de salir de nuestra provincia.
TRITURADORA TRAYLOR. El gigante caído
Encontré esta gigantesca máquina cerca del lugar donde en su día se levantó el poblado de Naya. Se trata de una trituradora Traylor, construida en 1903 en Allentown, Pensilvania. Las vagonetas descargaban el mineral sobre ella para ser triturado antes de llegar al concentrador. Gracias a la información facilitada por la Fundación Río Tinto, sabemos que los 4 HP de su alimentador Ross permitían triturar hasta 150 toneladas de mineral por hora a un tamaño de diez centímetros aproximadamente.
Esta trituradora dejó de funcionar en 1968, desde entonces ha sido expoliada y su maquinaria vendida al peso como chatarra, al igual que ocurrió con las otras dos trituradoras más pequeñas de la misma marca que estaban ubicadas también aquí y que han desaparecido por completo.
ESTACIÓN DE ZUFRE. El ferrocarril minero sumergido
Las minas de Cala fueron las únicas de nuestra provincia cuyo mineral se embarcó en el río Guadalquivir, en el término de San Juan de Aznalfarache concretamente. Estas minas, muy cercanas a las de Teuler o la Sultana, fueron explotadas desde época romana y más recientemente por compañías portuguesas, británicas y francesas.
Inaugurado en 1905, el ferrocarril tenía una longitud total de 98 kilómetros y funcionó durante medio siglo. El tendido ferroviario comenzó a ser desmantelado en 1955, siendo desmontados sus últimos tramos en 1960. Una parte del camino de hierro quedó sumergida en 1987, cuando se acabó de construir el embalse de Zufre.
La sequía que afecta actualmente a gran parte del sur de la península ha hecho que las aguas del pantano desciendan tanto que han emergido, por primera vez desde entonces, la estación de Zufre y algunas construcciones anejas, como el muelle de carga, los almacenes, el depósito de agua e incluso el horno del pan, con el que contaron todas las estaciones de esta línea. Hace unos días hemos remado hasta allí mi hermano Pedro y yo para ver de primera mano estas edificaciones que han estado casi treinta y cinco años bajo el agua.
6 comentarios en «La Huelva desconocida. Cinco enclaves mineros de finales del Siglo XIX y principios del XX»
Valiosa y preciosa información de éstos lugares, tan cerca y a la vez tan lejos.
Gracias a la persona que dedicó parte de su tiempo en investigar para que otros como yo, podamos presumir de saber éstas cosas.
Muchas gracias a ti, Paco, por leer el trabajo y por comentar!!
Tmbn sería interesante, saber cómo llegar hasta estos lugares..
Ciertamente, Antonio. Muchos de estos lugares son de fácil acceso, otros no tanto. Sin embargo, muchas veces estos sitios se preservan mejor cuando son poco visitados. Da pena y rabia cuando, al cabo de unos años, vuelves a un lugar que has conocido intacto y te lo encuentras saqueado.
Un abrazo y muchas gracias por comentar.
Mi gratitud hacia el Sr. Delgado Pinto por tan valiosa y magnífica información, todas ellas, joyas de nuestra historia reciente que forman parte de nuestra provincia. Estos espacios divulgativos/informativos son necesarios para el conocimiento de todos, que sepamos valorar y reconocer una provincia abandonada e ignorada.
Así es, José. Nuestra provincia es la gran desconocida y muchas veces también la más olvidada. A veces no somos conscientes de la importancia de nuestro propio patrimonio. Nuestro sistema defensivo de torres de almenara (siglos XVI y XVII) o los trazados ferroviarios mineros (siglo XIX) son solo dos ejemplos de una riqueza patrimonial de la que pocas provincias pueden presumir.
Un abrazo y muchas gracias por tu comentario.