HBN. Como cada verano, la provincia vive uno de los momentos más esperados: el Rocío Chico. Sin embargo, desde 2019 no se vive una festividad como las de antes, debido a la pandemia de Covid-19.
Por segundo año consecutivo, el Rocío Chico se celebra en Almonte y no en la aldea del Rocío, debido a que la virgen permanece en la Iglesia de la Asunción de la localidad. Desde el lunes 16 hasta el jueves 19 de agosto, la parroquia de Almonte acoge los cultos a la virgen del Rocío, con una agenda cargada de eventos muy significativos para la Hermandad Matriz.
A pesar de la situación sanitaria, muchos turistas nacionales acuden a Almonte para vivir de primera mano la festividad y poder contemplar a la Blanca Paloma en su pueblo. Además, pueden verla vestida con el traje de los Montpensier, donado por la condesa de París, S.A.R. Isabel Francisca de Orleans y Borbón. Su paso, luce en Almonte, por primera vez en los últimos cien años, con las bambalinas que recuperase la Virgen para la procesión extraordinaria de septiembre de 2018; confeccionadas en el taller de bordados del jerezano Fernando Calderón, con motivo del Centenario de su Coronación Canónica. Estrena, además, un rosario de corales y plata, bañado en oro; a juego con el rostrillo de corales. Y un nuevo broche, en forma de mariposa, en plata sobredorado y oro.
Las hermanas camaristas la han vestido con este histórico traje que la Virgen ha llevado en ocasiones tan importantes como su coronación canónica o la visita de S.S. San Juan Pablo II. El Pastorcito viste a juego, el traje restaurado en el taller de la bordadora Rocío Peláez Raposo, recientemente fallecida. La mesa del altar luce un paño realizado con terciopelo bordado de color marfil oscuro, con el emblema de María, enmarcado con galón y aderezado en su parte inferior con encaje de bolillos, con motivos eucarísticos. Todo ello, forrado y con solera de altar de damasco en color crudo.