Al amigo que se fue. A la memoria de D. Joaquín Mora Toscano (Rociero)

La Virgen del Rocío, ante la casa hermandad de Moguer en El Rocío.
La Virgen del Rocío, ante la casa hermandad de Moguer en El Rocío.

Rafael Redondo / Mazagón, Julio de Pandemia, 2021. Mi deseo no es escribir un artículo más o menos apasionado, real y al uso en el que se resalten las bondades, virtudes y cualidades de una persona en cuestión. Sí es el de ofrecer y dar testimonio y una reseña lo más veraz posible del comportamiento de una persona hacia su Hermandad de Nuestra Sra. del Rocío de Moguer y que sirva como ejemplo para los rocieros de hoy y de mañana.

Comportamiento ejemplar de quien ha dejado un estilo nuevo, una impronta, un testimonio y una enseñanza de cómo debe ser un hermano rociero de verdad.



Joaquín no se ha ido, está y estará siempre presente en la huella que ha dejado, en el ejemplo que nos ha legado, en el compromiso firme y sin fisuras que nos ha mostrado con la Virgen del Rocío a  través de su disposición y entrega por medio de nuestra querida y centenaria Hermandad de Moguer, en los actos, en las celebraciones, en los trabajos, en el Camino de Moguer, nuestro camino y, sobre todo, en su actitud firme, constante y decidida de hacer a nuestra Hermandad, lo más firme y decididamente importante dentro de todo el mundo rociero, era su ilusión que la nuestra fuese la más ortodoxa, más cumplidora y más “rociera” de todas las Hermandades.

Son muchas las anécdotas y vivencias compartidas a través de toda una vida de compartir con él ésta “Bendita Devoción Rociera” y a modo de ejemplo y para acicate de actuales y futuros rocieros doy a conocer y compartir alguna de ellas.


Puerto de Huelva

Como digo antes, además nuestros padres también amigos iban juntos a la Romería en muchas ocasiones y tengo fotos que dan fe de ello, pero mis primeras vivencias de Hermandad, fueron allá por el año 1.979, hace 40 años en los que siendo yo miembro de la Junta Directiva, y siendo ya Hermano Mayor D. Juan Ruiz Olivares, fue empeño de Joaquín el que se reanudase la tradición de que nuestra Hermandad fuese de nuevo al Rocío llevada por una yunta de bueyes, ya que, desde hacía unos años iba tirada por reata de mulos.

Para ello no solo puso a  nuestra  disposición su taller de carpintería, herrería y serrería de  la calle Friseta con su Maestro Antonio Garrido al frente para adaptar la carreta, sino que, en unión de otros hermanos, financió durante bastantes años el importe de los bueyes y boyeros, por entonces D. Teodomiro Daza, a los cuales siguieron su hijo Antonio y nietos, Antonio q.e.p.d. y Teodomiro, todos maestros boyeros y profesionales como los primeros. Como todos sabemos, esta tradición sigue imperando gracias a él y esperamos que nunca vaya a perderse.

Aparte de haber sido Hermano Mayor de nuestra Hermandad durante un mandato de cuatro muy difíciles años ya que por aquel entonces todo era mucho más dificultoso y complicado, (en nuestros Estatutos se llama así al Presidente y espero que esa genuina denominación siempre continúe), siempre estuvo pendiente y, a veces, por delante de todas las Juntas Directivas, sin tener en cuanta en modo alguno quienes la componían, ayudando y cooperando en todos los actos y, sobre todo en la preparación y actividades propias de realizar los caminos para le romería, poner tablillas, (lo hicimos varias veces con nuestro querido Ventura (q.e.p.d.), también rociero donde los haya).

En cuanto al desarrollo de la Romería, y siendo él portador de nuestro Simpecado, era guía y ejemplo para todos los Mayordomos, ya que, sin que nadie se lo pidiese, siempre estaba a la hora precisa para la Presentación del Sábado a las 12 en punto de la mañana, en la que se ponía inquieto cuando veía llegar “ la Cruz de los Espejos” de la Hermandad de La Palma y aún no estaban uncidos los bueyes a nuestra Carreta-Simpecado.

Siempre estuvo “al quite” de subir al Altar como portador del Simpecado para la Misa de Pontifical y me contó que en una ocasión se retrasaron los responsables  y se marchó solo al Altar ya pasada la hora de entrada, las 10 de la mañana, sin que nadie se apercibiere de su entrada tardía.

En otra ocasión, siendo el 75 aniversario de la Hermandad de Triana, la cual invitó al acto a todas las Hermandades de aquellas fechas, me pidió le acompañase dado que a esa hora temprana no tenía quien fuese con él en representación de la nuestra, cosa que hice de inmediato teniendo el honor de saludar en aquel acto a su Eminencia el Cardenal Amigo Vallejo, cosa que siempre le agradeceré.

Otra faceta importante de su buen hacer, ha sido el apoyo incondicional prestado en todos los órdenes, a la Hermandad de Barajas en su empeño de ser reconocida como filial de la Matriz de Almonte. Facilitándoles el camino, estancia y actos en la Romería y en todos los quehaceres necesarios.

Como anécdota y prueba de su entrega y desvelo, puedo comentar aquí que, tras haber sido yo Pregonero de dicha Hermandad, dos años posteriores les falló en Pregonero que tenían previsto para el Pregón de ese año y, con su sorna y sabiduría característica, me lo comunicó de tal manera que adiviné que me estaba pidiendo de nuevo que pregonase de otra vez a la Hermandad, cosa que tuve que realizar, desinteresadamente, en el plazo de una semana.

Con la pérdida, aparte de yo perder a un amigo y un maestro en las artes “Rocieras”, siento también que nuestra Hermandad ha perdido un apoyo importante, un hombre bueno y desinteresado que siempre ayudó  y estuvo incondicional en todo y para todo lo que la Hermandad necesitase.

Joaquín ha representado un referente, un estilo de bondad y buen hacer que, difícilmente podrá olvidarse, por tanto, repito, lo echo de menos como amigo y como maestro.

Que la Virgen del Rocío te premie en tus desvelos por Ella y el Pastorcito desde el cielo representado en estas Marismas Azules que tú tanto has soñado te reciba a sones de tamboril y gaita.

Por tanto, quiero dejar por merecida una petición a la actual Junta Directiva o a las que puedan venir en el futuro y es que se haga en Junta General la propuesta de nombrar a D. JOAQUIN MORA TOSCANO, HERMANO MAYOR HONORARIO A TITULO POSTUMO, DE LA MUY ANTIGUA, FERVOROSA Y REAL HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DEL ROCIO DE MOGUER, ya que por su entrega, generosidad, persistencia y devoción hacia la Madre es sobradamente merecedor de ello.

Creo que con esto que he intentado plasmar aquí el objetivo que me marqué esta conseguido cual fue, “dar testimonio para rocieros actuales y futuras generaciones” del ejemplo, entrega, sacrificio y devoción a la Señora de las Marismas y Patrona de Almonte que Joaquín sentía pues aparte de caballero, fue un gran rociero, a través de nuestra más que tri-centenaria Hermandad del Rocío de Moguer, a quién pedimos fervorosamente a la Madre proteja y guie por esos caminos de La Rocina.

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