ArqueoHuelva. Hace tiempo que venimos denunciando, desde diferentes plataformas ciudadanas y asociaciones culturales, el atentado que el Ayuntamiento de Huelva planea ejecutar contra el Cabezo de la Joya. Su objetivo es construir cuatro torres de 15 plantas sobre la Necrópolis Tartésica más importante del mundo. Pero parece ser que el consistorio onubense tiene más planes, bastante turbios por cierto, en el devenir de nuestro patrimonio. Y es que no solo quieren destruir y encarcelar los Cabezos, seña identitaria de la ciudad de Huelva, con la construcción de edificios en sus laderas (como en San Pedro, la Joya, Mundaka o Roma), sino que además, y de forma sistemática, nos ocultan los hallazgos arqueológicos que van apareciendo, prohibiéndonos su conocimiento y disfrute.
En 2019, un nuevo derribo en la esquina de la calle San Francisco con Pérez Carasa ponía al descubierto lo que era de prever: restos arqueológicos de la ciudad histórica a pocos centímetros nuestro suelo. En la primera fase de excavaciones, ya concluida y con los resultados publicados (memoria que ya hemos solicitado a la administración), se documentaron varios niveles de época romana. Dos tumbas con inhumaciones en fosas con tegulas, en mal estado de conservación, y algunos niveles de época protohistórica. Hecho que motivó a los promotores la necesidad de replantear el proyecto; hacer una segunda fase, de cuyos resultados se está a la espera, y garantizar su continuidad para dar viabilidad a ambos mundos.
A pesar de que las labores y estudios arqueológicos han concluido, nadie, ni por parte del Ayuntamiento de Huelva, ni por parte de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, se ha pronunciado al respecto, haciendo público este descubrimiento, puesto que no han dado a conocer a la sociedad onubense lo que el subsuelo de las calles del centro esconde.
Tampoco lo hacen en relación a la obra que se está produciendo en el solar número 5 de la calle Rascón, y dónde también se han llegado a documentar ya estructuras de época protohistórica. No podemos olvidar que en el número 2 de la misma calle, con las obras de un nuevo edificio en 1993, se vació el solar sin previo aviso y sin que los restos se pudieran estudiar. Además, algunos objetos de valor incalculable, como la estatuilla del Dios Melkart que hoy podemos ver en las vitrinas del Museo provincial, fueron robados por los propios operarios de la obra y recuperados por la Guardia Civil casi veinte años más tarde ante su inminente venta en internet.
La calle Rascón está dentro del área B1 de la Zona Arqueológica de Huelva (inscrita como Bien de Interés Cultural en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz mediante Orden de la Consejería de Cultura de 14 de mayo de 2001) es una de las nueve que componen el Plan General de Investigación y difusión de la Zona Arqueológica de Huelva y por el que José Manuel Correa (Cultura y Patrimonio histórico) firmó en febrero de 2020 un convenio con la Junta de Andalucía por valor de 100.000 euros, con una vigencia de dos años: “Con esa inyección económica y con el trabajo de los investigadores de la Universidad de Huelva y de nuestra propia Consejería de Cultura, en unos años obtendremos datos relevantes e información muy significativa de los antiguos pobladores de Huelva y su entorno” apuntaba Correa. Curiosamente, y como dato significativo, José Manuel Correa también forma parte de la Junta de Compensación de La Joya y es uno de los promotores inmobiliarios, con lo cual, cómplice de su destrucción, y uno de los “terroristas patrimoniales» que tiene Huelva. Víctima y verdugo.
¿Se hará algún día en Huelva un proyecto para salvaguardar y poner en valor la ciudad histórica y sus restos para una mejor sociabilización entre pasado y futuro?
¿Tendremos que soportar los onubenses una y otra vez que se nos oculte y robe nuestra identidad e historia?
Y lo más importante, ¿veremos el dinero destinado a Cultura y Patrimonio reflejado en la sociedad onubense y no en los bolsillos de unos cuántos?
Otro ejemplo de maltrato patrimonial es lo que ocurre con la muralla pre-romana de la Plaza de San Pedro, origen de la ciudad, oculta en un garaje privado sin que ni siquiera los propios vecinos puedan visitarla o conocerla, y en cuyo local hace días que se están realizando obras para la apertura de un conocido supermercado, sin que haya, o al menos que tengamos constancia de él, un proyecto museístico o intento de integrar la muralla en la ciudad o en dicho establecimiento.
La desidia y la falta de interés de nuestros políticos están haciendo de esta, de nuestra Huelva, un lugar inerte, hostil, sin interés, personalidad e idiosincrasia. Un escenario donde el caos, la piqueta, y el cemento campan a sus anchas. Donde seguiremos escuchando una y otra vez la misma cantinela: Huelva, no tiene nada.
Desde ArqueoHuelva, asociación cultural para la defensa y difusión del patrimonio onubense, denunciamos esta situación constante y exigimos a las autoridades competentes a que no sólo informen a la sociedad de las obras que se están realizando en cuanto a materia arqueológica se refiere, sino que se realicen visitas y jornadas de puertas abiertas para que el pueblo pueda conocer in situ lo que en primera instancia le pertenece: su pasado.
Además queremos recalcar nuevamente mediante este comunicado nuestro rechazo al Plan Especial de Reforma Interior del Cabezo de La Joya del Ayuntamiento de Huelva y mostrar nuestro total apoyo al Manifiesto por los Cabezos (2019). Por ello, invitamos a toda la ciudadanía a que continúe saliendo a la calle y acudiendo a las distintas acciones que se están llevando a cabo desde los diferentes colectivos.
La Huelva trimilenaria está a punto de perderse para siempre y, más que nunca, debemos luchar por ella. Pues para caminar dignamente en el presente, es necesario conocer nuestro pasado.
1 comentario en «¿Qué pasa en Huelva con el patrimonio?»
Yo ya estoy cansada, a punto de tirar la toalla. Huelva tiene lo que lleva buscándosr desde hsce décadas: Nada. Eso por arriba. El patrimonio urbanístico ha sido asesinado casi en su totalidad y de lo poco que queda ojo porque está en peligro, como la plaza de San Pedro, que quieren convertir en un espacio anodino. Por lo que respecta a la parte subterránea…eso ya el misterio de Lourdes…ni lo llegamos a ver…Lo dicho…lo que nos merecemos. Pasividad, estupidez avaricia…o todo a la vez. La que escribe está harta.Políticos, arquitectos, onubenses…somos de pena.