Fran Oliva. La semana pasada, un alimentó se convirtió en protagonista del debate político nacional: la carne.
El pasado miércoles, el Ministerio de Consumo lanzó una campaña por redes sociales llamada #MenosCarneMásVida. Una iniciativa del ministerio de Alberto Garzón que le causó la crítica de varios compañeros de gabinete como Luis Planas o Reyes Maroto, de la oposición y del sector ganadero. Un debate que saldó el presidente Pedro Sánchez apuntando a que le gusta el «chuletón al punto».
En el sector de la industria cárnica en Huelva, destaca, por encima de todo, Ovipor. La única cooperativa ganadera de la provincia lleva 40 años de existencia. Este año ha alcanzado una facturación anual de 21 millones de euros y aglutina a más de 800 ganaderos en Huelva, Sevilla, Extremadura y el Alentejo portugués. Un año en el que ha destacado el crecimiento del 38% en la comercialización de leche de cabra, un 35% en bovino, un 15% en ibérico y un 30% en productos terminados, según datos de la cooperativa en su Asamblea General ordinaria de 2021.
Una empresa que se extiende internacionalmente ya que ha participado en la creación de EA Group, la mayor comercializadora de ovino en Europa, con 700.000 animales al año.
Pasar de 250 a 100-125 gramos de carne por ración
Sobre el consumo de carne, hemos hablado con Pablo Antonio López Cáceres, Vicedecano del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Andalucía y dietista-nutricionista del Recreativo y del Sporting de Huelva.
Nos relata Pablo que «el consumo de carne debe ser moderado» y que «lo que pasa con la carne y el pescado es que comemos raciones que consideramos normales pero son elevadas. Estamos comiendo más carne o pescado por ración de la que necesitamos en un plato. La ración al día de carne debe ser entre 100 y 125 gramos. Si atendemos a las recomendaciones de la AESAN, seria lo que está en las guías alimentarias, un consumo de 3-4 raciones de carne a la semana. El problema es que, por ración de carne, comemos 250 gramos, el doble por día o plato. Ahí esta la clave, qué comemos más cantidad de carne por plato de la que deberíamos».
Consumo excesivo, dañino para la salud
Un consumo excesivo de carne, nos advierte el especialista, tiene efectos perjudiciales en la salud «a nivel de grasa. Los consumos de carne roja y las carnes procesadas son los que más hay que reducir dentro de las carnes. No es lo mismo un filete de carne que una hamburguesa o una salchicha ya que estas últimas tienen grasas saturadas por los derivados cárnicos. A parte, un excesivo consumo de carne puede derivar en problemas cardiovasculares». Un debate, el del efecto de la carne roja y procesada en la salud, que lo ha puesto encima de la mesa la OMS desde hace tiempo.
Carne magra y compatibilizar proteina cárnica con la vegetal
Y apunta claramente el dietista-nutricionista que tipo de carne es más saludable. «Se recomienda a las carnes más magras. Carnes como pollo o conejo y cortes más magros de la ternera o del cerdo como lomo y solomillo antes que un entrecot. Esto no significa que no podamos comer un entrecot pero no podemos comerlo tres veces a la semana y en cantidades por encima de una ración recomendada».
Y además, cree que «si consumimos las raciones de alimentos que realmente debemos de tomar, no hace falta sustituir nada porque estamos comiendo lo que necesitamos. La proteína de origen animal, la de alto valor biológico, la aporta las carnes, el pescado, los lácteos y el huevo. También están las proteínas vegetales, que pueden complementar a la proteína animal, que las aporta las legumbres o los frutos secos. Yo pienso que más que sustituir una por otra hay que compatibilizarlas en su justa medida».